Carpena Pellicer, Fructuoso. Hellín (Albacete), c. 1870 – ?, 1936 post. Antropólogo criminalista, dramaturgo.
Gracias a las investigaciones inéditas de Francisco Fuster Ruiz sobre historia de la literatura albacetense, y al libro del cronista oficial de Hellín, Antonio Moreno García, se sabe algo de este personaje, más conocido fuera de España que dentro de ella. De joven emprendió estudios musicales de piano y violín; sin embargo, se licenció en Derecho y a los veinticuatro años era notario de Hellín y casó con una hellinera. A partir de la lectura de Tolstoi se despierta en él su interés por la redención de los presidiarios, renuncia a su carrera notarial y se consagra a la Antropología criminal, ciencia que, afirmaba, no podía estudiar en libros sino en cárceles y presidios. El Ministerio de Gracia y Justicia autorizó a Carpena la visita de las que él llamó “dolientes clínicas humanas”. Luego de larga peregrinación por España, sin sueldo alguno, publicó su Antropología criminal (1909), de gran impacto en el extranjero, admirada por algunos especialistas españoles, como Salillas y Cadalso. Le valió el nombramiento de académico de Jurisprudencia y Legislación. Siguió su dedicación a la ciencia penal y, con personas eminentes, como Francos Rodríguez, Juarros, Piga, Serrano Batanero y otros, fundó el Instituto Criminológico Español, del que fue presidente. Recibió el encargo de estudiar la criminalidad de los indios de Bolivia y allí se fue. Numerosas universidades americanas lo invitaron a dar conferencias; estuvo en los Estados Unidos, México, Cuba, Puerto Rico, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay y la Argentina. Quince años después de su periplo americano, volvió a España, viudo, pobre y enfermo y, a pesar de su amistad con Cossío, Ramón y Cajal, Salillas y otros, se refugió en un asilo, el llamado Instituto Cervantes, de la Asociación de Escritores y Artistas de Madrid, donde permaneció cuatro años, sin más ingresos que algunos trabajos pagados en la Revista de Jurisprudencia y Legislación. Un día entregó en el Ministerio de Justicia un escrito en que solicitaba ser repuesto en su condición de notario. En la Gaceta de Madrid, del 8 de diciembre de 1935, aparece la llamada “Ley Carpena”, por la que se le reconoció su profesión de notario y se lo incluyó en el escalafón notarial. Había dedicado su vida a la sublime idea de fundar una Federación Internacional de la Cruz Penitenciaria —la Cruz Roja de los delincuentes y presos—, de cuyo Consejo supremo fue presidente.
Según el cronista de Hellín Antonio Moreno: “Las últimas noticias que de él se tienen son de principios de 1936 [citado en la revista Estampa, Madrid, 15 de febrero de 1936], y no revelan nada sobre sus últimas actividades, ni siquiera del lugar y/o fecha de su muerte”.
Sigue siendo un personaje casi desconocido. No aparece, por ejemplo, en el Manual del librero... (1950) del bibliógrafo Palau ni en el Diccionario Histórico de la Antropología Española (1994) de Carmen Ortiz García y Luis Ángel Sánchez Sánchez.
Obras de ~: Antropología criminal, Madrid, Fernando Fe, 1909 (2.ª ed., pról. de R. Salillas, juicio crítico de J. H. Wigmore, Madrid, Mateu Artes Gráficas, 1922); S. G. Martín del Val, Hampa criminal: “el carterista”, pról. de ~, Valencia, Tipografía Española [c. 1910]; Der Kriminelle mensch: vergleicheicheudes studium an einer schädelserie. Übersetzung aus dem spanischen, Berlin, s. f. (“Preface” fechado en 1913); Archivos criminológicos, Madrid, Imprenta V. Rico, ¿1914?; Una mujer es condenada a muerte, conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid [...] el día 25 de Mayo último, Madrid, Vicente Rico-Instituto Criminológico, 1914; La canción que no muere, tragedia en cinco actos (Teatro de la Princesa, 28 de febrero de 1925), Madrid, Imprenta de G. Hernández y Galo Sáez, 1925; La estrella de la tarde, comedia dramática en tres actos, Madrid, G. Hernández y Galo Sáez, 1925; Rosa-Cruz, drama en tres actos, Madrid, G. Hernández y Galo Sáez, 1925; Hermanos-lobos y hermanos-delincuentes, Palabras preliminares de J. Maldonado Ayuso, Madrid, Sociedad General Española de Librería, 1930.
Bibl.: Academia de Jurisprudencia y Legislación, Lista General de los Señores Académicos en el mes de Mayo de 1910, Madrid, Imprenta Hijos de M. O. Hernández, 1910, pág. 47; VV. AA., The National Union Catalog, vol. 96, London and Wisbech, Mansell, 1970, págs. 236-237; A. Moreno García, Gente de Hellín, Albacete, Instituto de Estudios Albacetenses, 1982, págs. 133-137.
Fernando Rodríguez de la Torre