Villanueva Gutiérrez, Eustasio. Villegas (Burgos), 29.III.1875 – Burgos, 22.IX.1949. Fotógrafo aficionado y relojero.
Hijo y nieto de relojeros, siguió la tradición familiar. Su abuelo Lesmes Villanueva Duque fundó una casa constructora de relojes de torre, en Quintanaortuño (Burgos), antes de 1840. Su padre Manuel Villanueva del Cerro continuó la fabricación e instalación de grandes relojes para campanarios. Se estableció en la ciudad de Burgos y patentó un sistema de péndulo regulador.
El joven Eustasio se inició en la industria relojera familiar, pero se independizó al casarse en 1901 con Bernardina Vadillo Gómez. Abrió una tienda en la Plaza Mayor de Burgos, donde vendía relojes de pared y de bolsillo, despertadores, joyas, gramófonos, aparatos fotográficos, y otros artículos nacionales y de importación. En un viaje profesional a París se interesó por las placas fotográficas en color (“autocromas”), que fueron comercializadas a partir del año 1907 por la casa Lumière.
En 1913 Eustasio Villanueva ya era un experto fotógrafo aficionado. Datadas en ese año se conservan placas de vidrio “autocromas” estereoscópicas, para ver en relieve, en tres dimensiones, con un aparato o visor apropiado. Por ejemplo, una vista de la cocina del Hospital del Rey, en plena actividad, que también repitió en placas monocolores. Casi todas sus fotografías se distinguen por sumar perfección técnica y belleza estética.
Sus temas preferidos fueron los grandes monumentos del pasado: iglesias románicas, góticas y renacentistas; torres, castillos y palacios. Recorrió la extensa provincia de Burgos en todas las direcciones, obteniendo espléndidas vistas estereoscópicas; como algunas del claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos. En la capital, tomó más de ciento cincuenta encuadres diferentes de la catedral; destacando la excepcional fotografía del campanero de San Gil, volteando una campana, y al fondo viéndose las agujas de la catedral. Otro de sus monumentos más queridos fue la Cartuja de Miraflores, donde fotografió la vida monástica de clausura. Precisamente, entre sus obras maestras hay varias de la Cartuja, como la fotografía titulada La Comunidad, en la que once monjes están rezando de pie, en penumbra. O la titulada Entierro, de octubre de 1925, que es una instantánea durante la procesión del entierro del hermano Bernardo Tarín (que antes de ser religioso escribió el libro La Real Cartuja de Miraflores, firmando con su nombre original: Francisco Tarín y Juaneda).
El Ministerio de Cultura, en 1986, adquirió el archivo fotográfico de Eustasio Villanueva, que había sido muy bien conservado por su familia. La parte más importante consta de mil placas estereoscópicas positivas, listas para ser observadas en un gran aparato estereoscópico original fabricado por Richard Frères, hacia el año 1912. Todas esas placas de vidrio son del formato 6 x 13 centímetros. Las imágenes son monocolores, pero no exactamente en blanco y negro, sino con virados o teñidos, especialmente en color rojizo o sepia. Al ser estereoscópicas, cada placa contiene dos vistas muy parecidas, pero no iguales, tomadas con una cámara de dos objetivos.
Bibl.: VV. AA., Eustasio Villanueva fotógrafo de monumentos (Burgos 1918-1929), Madrid, Museo de San Isidro, 2001; Fotografías estereoscópicas de Eustasio Villanueva (Burgos, años 20), Burgos, Diputación Provincial de Burgos y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2002.
Carlos Teixidor Cadenas