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Diego Girón de Rebolledo

Biografía

Girón de Rebolledo, Diego. ?, p. s. xvii − Tarragona, 1682. Canónigo.

Hijo de una familia noble de origen castellano instalada en la ciudad de Tarragona a mediados del siglo xv y posteriormente desplazada a Barcelona. En los siglos xvi y xvii adquirieron numerosas propiedades en localidades próximas del Camp de Tarragona (Riudecols, les Irles). En 1627 fue nombrado coadjutor del priorato de la catedral de Tarragona, una de las dignidades canonicales. Se incorporó al Capítulo catedralicio en 1631 y ocupó los cargos de archivero (1632), oidor de cuentas (1634) y síndico (1635). Sin embargo, residió habitualmente en Barcelona. Desde esta ciudad representaba al Capítulo de Tarragona y gestionaba diversos asuntos por su cuenta, en especial los relacionados con la Corona ante el virrey de Cataluña. Cuando estalló la Guerra de los Segadores (1640-1652), Girón de Rebolledo se quedó en Barcelona al frente de un grupo de canónigos tarraconenses partidarios de la Generalidad de Cataluña y del rey de Girón de Rebolledo, Fernando 166 Francia, y, por tanto, opuestos al rey Felipe IV. Desde Barcelona, Girón de Rebolledo actuó como vicario general del arzobispado tarraconense, recaudando rentas y publicando edictos. Esta actitud le enfrentó directamente con los canónigos partidarios del rey Felipe IV residentes en Tarragona (que desde finales de 1640 se había rendido a las tropas españolas), y muy especialmente con el vicario general, Miguel Aguiló, y el arzobispo electo Pau Durán.

A pesar de contar con el apoyo del arzobispo francés Marca —a la sazón, verdadero hombre fuerte del rey de Francia en Cataluña—, las presiones del Capítulo tarraconense en Roma dieron sus frutos: a partir de 1645 se le prohibió que actuara como vicario general. Cuando acabó la guerra (1652), fue sometido a un proceso interno en el que tuvo que retractarse públicamente de sus acciones anteriores en contra del Rey. Volvió a Tarragona, sus rentas fueron secuestradas y estuvo durante varios años sin ocupar ningún oficio capitular. Más tarde recuperó su fama y buen nombre: contó con la confianza de diversos arzobispos, que lo nombraron su procurador para presentar las bulas de nombramiento papal ante el Capítulo.

A su muerte, legó al Capítulo sus cuantiosas propiedades, y muy especialmente una espléndida colección de tapices flamencos, que aún hoy se conservan en el Museo Diocesano. Además, legó los fondos necesarios para continuar las obras de edificación, por él iniciadas, en la seo tarraconense de una capilla dedicada a la Inmaculada Concepción. Dicha capilla, de formas y proporciones impresionantes, conserva en su interior el sepulcro del canónigo benefactor.

En 1843, en el nomenclátor urbano de la ciudad de Tarragona, aparece ya una calle dedicada al canónigo.

 

Bibl.: J. M.ª Madurell Marimón, La capilla de la Inmaculada Concepción de la Seo de Tarragona, Tarragona, Diputación Provincial, 1958; A. Jordà Fernández, Església i poder a la Catalunya del segle xvii, Barcelona, Abadía de Montserrat, 1993; R. Corts i Blay, J. Galtés i Pujol y A. Manent i Segimon (dirs.), Diccionari d’Història Eclesiàstica de Catalunya, Barcelona, Claret-Generalitat de Catalunya, 1998-2001, 3 vols.

 

Antonio Jordà i Fernández