Arróniz Gómez, Eusebio. Zúñiga (Navarra), 16.X.1885 – Arequipa (Perú), 1.XI.1959. Misionero claretiano (CMF).
Vivió en el seno de una familia sencilla y muy religiosa. A los doce años ingresó en la Congregación Claretiana y profesó en 1902. Fue ordenado sacerdote en 1910 y al poco tiempo destinado a Chile para dedicarse a las misiones.
En 1912 viajó hacia el Perú, donde se consagró como un hombre santo. Su vida misionera puede ser dividida en dos etapas; la primera, marcada por su dedicación a la docencia en seminarios, y la segunda, por su labor de misionero popular.
Durante los primeros dieciséis años ejerció su labor de profesor en los seminarios Central del Perú y Arquidiocesano de Trujillo, donde destacó sobre todo por su carácter cercano y amigable con los jóvenes.
En esta última ciudad fundó la segunda brigada de scouts en el Perú, círculo propicio para combinar su espíritu misionero y aventurero y cultivar en los jóvenes valores humanos y cristianos.
En 1928 experimentó un cambio radical de misión: fue destinado como párroco a Cajabamba, pueblo rural enclavado en la serranía del norte del país, de difícil acceso y de marcada pobreza. Durante dieciséis años desarrolló una gran labor misionera: supo llevar de forma sencilla y profunda el Evangelio; marcó de tal forma la vida de los habitantes, que las nuevas generaciones aún lo recuerdan como un santo misionero.
Resaltó por su amor pastoral, su creatividad misionera, su contagiante alegría, su sencillez, su espíritu deportivo y artístico y su incansable dedicación a todos, especialmente a los más alejados de la Iglesia.
En 1945 pasó a Huacho, sencilla villa ubicada al norte de Lima. Durante su permanencia de trece años transformó la ciudad con su dedicación misionera.
Combinó con libertad y creatividad la evangelización con la solidaridad y la promoción humana, y todos encontraban en él un padre y un amigo. Suprimida la casa misionera de Huacho, en 1958 se dirigió a Arequipa para fundar una parroquia, tarea riesgosa que a sus setenta y tres años emprendió con disponibilidad y entusiasmo. Al poco tiempo entregó su vida al Señor. La población de Huacho pidió sus restos y los colocaron junto a la puerta del cementerio, donde acuden para recordar y sentir su cercanía de pastor.
Bibl.: A. Martín Flamarique, “Necrología del R. P. Eusebio Arróniz Gómez” y A. Meza-Cuadra, “El Rdo. Padre Eusebio Arróniz visto por quien más pudo conocerle”, en Boletín de la Viceprovincia de Perú-Bolivia (BVPB), año XXIV, n.° 39 (1960), págs. 349-356 y 357-360, respect.; “Multitudinario homenaje rindió la ciudad de Huacho a los restos mortales del Rvdo. P. Eusebio Arróniz”, en BVPB, año XXVII, n.° 44 (1962), págs. 20-23.
Carlos Sánchez Miranda , CMF
