Flores de Valdés, Diego. Gijón (Asturias), c. 1535 – Burgos, f. s. XVI. Marino, caballero de la Orden de Santiago y almirante de la Flota de Indias.
Miembro de una noble familia asturiana con raigambre marinera, sus buenos contactos en la Corte facilitaron que fuera nombrado por Felipe II general de la Flota de Indias. Realizó numerosos viajes entre España y América, aunque siempre de carácter oficial —por ejemplo, para transportar al virrey Francisco de Toledo al Perú (1569)—, pero nunca en misión exploratoria.
En 1579, tras el regreso de Sarmiento de Gamboa de su viaje de exploración y colonización al estrecho de Magallanes, y tras escuchar el relato de los peligros que aquella zona corría de escaparse al control español por los numerosos corsarios y navegantes extranjeros que por allí se internaban, Felipe II decidió enviar una poderosa flota y numerosos colonos para fundar ciudades en el cono austral de América. Flores de Valdés fue nombrado general de la Armada del Estrecho, para disgusto de Gamboa, que figuraría como segundo de la expedición.
El 25 de septiembre de 1581 zarparon de Sanlúcar de Barrameda veintitrés naves y casi tres mil personas, entre ellos cuatrocientos soldados y trescientos cincuenta colonos con veintiún niños y treinta mujeres, que debían poblar las villas y fortines del estrecho de Magallanes. El viaje estuvo marcado por las tormentas y las disputas entre Gamboa y Flores de Valdés. Apenas salieron a mar abierto, una tempestad dispersó los barcos y obligó a regresar a puerto a toda la flota. Meses más tarde, frente a Río de Janeiro (Brasil), varias tormentas y la enfermedad de numerosos marineros obligaron a hacer una nueva y larga parada. Por fin, en enero de 1583, intentaron entrar en el estrecho, pero los fuertes vientos contrarios y las corrientes se lo impidió. Para entonces los enfrentamientos entre Gamboa y Flores de Valdés se habían agudizado: el general deseaba volver a España y olvidar aquel infierno, mientras Gamboa insistía en cumplir el mandato real.
Finalmente pactaron regresar a Brasil y reparar las naves más dañadas. Una vez en Río de Janeiro, surgieron las mismas discusiones entre los capitanes.
Decidido a regresar, el 2 de junio de 1583, Flores de Valdés ordenó zarpar de Río de Janeiro con la parte más numerosa de la flota hacia España, dejando a Gamboa con cinco navíos y poco más de quinientas personas. Antes de abandonar Brasil, se dirigió a la Bahía de Todos los Santos, donde los portugueses le habían avisado de que se escondían unos corsarios franceses. Los piratas galos huyeron sin resistencia y Valdés aprovechó las provisiones y bastimentos de los huidos para pertrechar sus naves. Finalmente, el 7 de julio de 1584 arribó a Sanlúcar.
A pesar de este incidente, en 1587 Felipe II le nombró consejero del almirante y jefe de uno de los escuadrones de la Gran Armada contra los ingleses. Su actuación en la fallida conquista de Inglaterra fue muy discutida. El 31 de julio de 1588, el barco de su primo Pedro Flores de Valdés sufrió una avería y Diego Flores ordenó que se le abandonase a merced de los ingleses. Esto sirvió para minar la moral del resto de la flota al comprender que a nadie se le iba a esperar o acompañar en las tragedias.
A su regreso a España, tras la derrota, Diego Flores Valdés fue procesado y encarcelado en la prisión de Burgos, donde murió poco después, siendo uno de los hombres más odiados y despreciados de la Armada española.
Bibl.: A. Landin Carrasco, Vida y Viajes de Sarmiento de Gamboa, Madrid. Instituto Histórico de la Marina, 1945; M. Lewis, The Spanish Armada, London, Pan Books Ltd., 1960; J. M.ª González Ochoa, Quién es Quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.
José María González Ochoa