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Juan Álvarez Alonso

Biografía

Álvarez Alonso, Juan. Juan Alonso. Valladolid, p. t. s. xvi – San Francisco de Quito (Ecuador), s. t. s. xvi. Oidor.

Nació en la ciudad de Valladolid, aunque es difícil precisar la fecha concreta. Respecto a su nombre, aunque era conocido como Juan Álvarez, su nombre completo era el de Juan Alonso Álvarez. Consiguió la licenciatura en Derecho y realizó sus primeros inicios profesionales en la Chancillería vallisoletana, en la cual desempeñó la tarea de abogado.

La presencia en América tiene lugar a partir de 1543 cuando se sabe que está en Tierra Firme. El 1 de marzo de 1543 ocupó el cargo de oidor en la Audiencia de Lima, convirtiéndose en el segundo oidor de dicha Audiencia. Una vez allí realizó una vida turbulenta. Recibió una amonestación muy severa por parte del virrey Blasco Núñez Vela, por llevar consigo a su amante y por realizar su traslado desde la ciudad del Nombre de Dios a la de Panamá en hombros de indios y negros. Sólo alegó en su defensa que era su ama de llaves. Poco después tuvo lugar, en la ciudad de Lima, otro problema con el alcalde Juan Alonso Palomino. Debido a que Juan Álvarez se creyó ofendido por la actitud del alcalde Juan Alonso, tras no disminuir el trote de su caballo y no quitarse la gorra delante del oidor. Ante esta actitud Juan Álvarez le amonestó públicamente y además le rompió la vara, símbolo del desempeño de la alcaldía. También mantuvo un litigio con fray Pedro Muñoz por el trato dado a los nativos. Asimismo, se sabe sobre el mandato de un castigo a un soldado y que consistía en propinarle doscientos azotes. Este castigo fue por la acusación, que el soldado hizo, de ser hijo de confeso y amancebado y, por tanto, no merecedor de desempeñar el cargo de oidor.

Hay que destacar la importancia, no sólo jurídica, sino también política que desempeñó este personaje dentro de las guerras civiles existentes en el virreinato del Perú desde 1537 a 1554. Los cronistas destacan la gran astucia del personaje y su fuerte carácter. En el plano, ya más político, hay que señalar, de este personaje, la actitud de odio y desprecio, en un primer momento, hacia Núñez Vela. Siendo también el principal instigador de su captura. Capturado el virrey, firmó en 1544 una provisión con Lisón de Tejada por la cual hacía a Cepeda presidente, gobernador y capitán general. Después, fue el encargado de custodiar a Núñez Vela y llevarlo prisionero ante la Corona.

Aunque para el desempeño de esta tarea, tuvo ciertos reparos por parte del oidor Ortiz de Zárate. Conocedor de la personalidad de Juan Álvarez, pensaba que dejaría libre al virrey Núñez Vela para merecer su perdón.

Álvarez salió con el virrey del puerto de Huaura rumbo a Panamá. Durante el trayecto, se cumplieron los temores de Ortiz de Zárate, dando libertad al virrey a cambio del perdón. Esto hizo que este viaje se truncara y se desembarcase en Tumbez. En ese momento se va a originar el viraje político de Juan Álvarez.

Apoyando la actitud de la Corona, a la vez que desde Lima Gonzalo Pizarro, mandaba maldiciones contra Juan Álvarez.

Juan Álvarez pasó de opositor a fiel y dócil seguidor de Núñez Vela. Va a intentar conseguir la confianza de éste, lo que le hará ir a Guayaquil en busca de gente para luchar por la causa del virrey. Pero tendrá que huir, ya que Hernando Pizarro arribó en Bachicao con la armadilla rebelde. Las acciones bélicas, en las que secundó al virrey, fue en la toma de la ciudad de San Miguel y la retirada de Popayán; también en Quito asistió a la derrota de Iñaquito, donde recibió tres heridas de hacha en la cabeza.

Va a ser objetivo de muchos intentos de asesinato por parte de sus anteriores amigos. Éstos intentaron echar solimán en las heridas de Álvarez para que se le infectasen. Finalmente, tras la invitación a cenar en la casa del oidor Cepeda, va a ser envenenado. Cuatro días después, y tras vómitos, náuseas y mareos fallece.

El entierro tuvo lugar en San Francisco de Quito sin los honores que su cargo de oidor requerían.

 

Bibl.: A. de Zárate, Historia y descubrimiento de la Conquista del Perú y de las guerras y cosas señaladas en ella, acaecidas hasta el advenimiento de Gonzalo Pizarro y sus secuaces, que en ella se rebelaron contra su Majestad, Madrid, Atlas, 1853 (col.

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Demetrio Pérez Gómez