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Joaquín Quesada Guisasola

Biografía

Quesada Guisasola, Joaquín. Madrid, 4.V.1886 – 17.V.1963. Mecánico de la Aviación Española, desde los primeros tiempos de la Aeronáutica Militar hasta convertirse en ingeniero técnico aeronáutico.

Fueron sus padres Antonio Quesada Ramos y Josefa Guisasola Rivas. El 1 de agosto de 1907 era anotado como recluta en caja y el 2 de febrero de 1908 pasaba a ser “recluta en filas”. Desde el año anterior figuraba como ajustador de máquinas en la vida civil. Inició sus servicios en la Aeronáutica a principios de 1908 como soldado del Cuerpo de Ingenieros, ya que, debido a su profesión citada de “ajustador de máquinas”, fue destinado al Batallón de Ferrocarriles. El 17 de enero de 1910 terminó los cursos de cabo y de fogonero, siendo ascendido a cabo de Ingenieros por elección el 1 de febrero del mismo año.

En aquel momento, 6 de febrero de 1910, fue destinado a la Compañía de Ferrocarriles del 7.º Regimiento Mixto de Ingenieros de Melilla. Meses más tarde regresó a Madrid para asistir al primer curso de la Escuela de Mecánicos Automovilistas, cuando ya había sido nombrado cabo de Ingenieros en la Reserva Activa, con las curiosas denominaciones entonces al uso. Mientras duró el curso, y a petición del jefe del Servicio de Aeronáutica, coronel Vives, seleccionado por éste, fue llamado para “asistir como mecánico a las experiencias del globo-dirigible” que se realizaban en el Polígono de Experiencias de Guadalajara.

Terminado el curso fue nombrado mecánicoautomovilista y destinado al “Centro Electrotécnico para atender las necesidades del servicio de automovilismo en la Corte y agregado al servicio de Aerostación” en Guadalajara, donde obtuvo, por oposición, el título de mecánico de dirigible.

En su Hoja de Servicios consta que “Demostró, en ambas actividades, gran competencia y abnegado espíritu de trabajo, aparte de una técnica sorprendente que dejó patente a todo lo largo de la Historia de la Aeronáutica Española”. Cuando se decidió la adquisición de un dirigible para la aerostación militar fue él quien, como técnico, acompañó a Pau (Francia) a los comisionados para presenciar las pruebas y aprender el manejo del aparato. El 14 de agosto de 1909, participando en la citada comisión formada por el coronel Vives y el capitán Kindelán, viajó a Francia para tomar parte en las pruebas del dirigible encargado por el Gobierno español y que construía la casa Astra- Ambós. El dirigible, con el nombre de España, fue adquirido para nuestras fuerzas aéreas y de él fue el único mecánico, yendo siempre a bordo en todas sus ascensiones y viajes, incluso en el vuelo que en él realizó el rey Alfonso XIII en 1913. Durante su destino en el Parque Aerostático realizó catorce ascensiones, con una duración de trece horas y veintitrés minutos.

El 1 de marzo de 1912 fue designado como aspirante a maestro de taller de ingenieros en prácticas y el 23 de julio del mismo año nombrado maestro de taller de material de ingenieros en cuyo cargo fue confirmado años después oficialmente el 1 de julio de 1918. El mecánico Quesada comenzó como soldado del Cuerpo de Ingenieros, ya que era ajustador mecánico de profesión. Era un ejemplo de infatigable tenacidad; su experiencia de la vida civil, su espíritu de trabajo y su gran capacidad le hicieron merecer la confianza de sus superiores hasta el extremo de ser agregado como técnico a diversas comisiones de estudios.

Siempre, todos los oficiales que trabajaron con él hablan de su gran competencia y abnegado esfuerzo en el trabajo así como de su técnica sorprendente.

Volaba como pasajero con los pilotos del primer curso que se impartió en Cuatro Vientos a cargo de profesores franceses, para asegurarse del perfecto funcionamiento de los aeroplanos que mantenía. Como premio a los desvelos de Joaquín Quesada, jefe de Mantenimiento de Línea, fue ascendido de ayudante a maestro. Hay pocos casos en la historia de la aeronáutica de una vocación tan clara como la de Quesada, que simultaneaba su responsabilidad como jefe de Línea con el aprendizaje de toda la técnica para el manejo de los dirigibles, pues era también el mecánico jefe del dirigible España.

En 1911, había sido elegido, por el coronel Vives, director general de Aeronáutica, para la puesta en marcha y organización del Centro Experimental y Escuela de Aviación del recién creado aeródromo de Cuatro Vientos, “donde quedó prestando los servicios de su clase afecto a la experimentación de aeroplanos”.

En 1912 fue nombrado, por oposición entre veinte aspirantes, maestro de taller del material de ingenieros (asimilado a teniente) y destinado al Parque Aerostático, alternando su trabajo entre Guadalajara y Cuatro Vientos.

En marzo de 1913 marchó a Francia e Inglaterra para adquirir material aéreo, realizando varios vuelos de prueba en distintos aviones. A su regreso fue destinado, exclusivamente, a la recién creada Aeronáutica Militar, realizando todos los vuelos de prueba en los que podía participar.

Al partir para Tetuán, a finales de 1913, la primera escuadrilla, mandada por el capitán Kindelán, que intervino en la guerra de Marruecos, formó parte de la expedición, al mando de dos sargentos, cincuenta y cinco cabos y un camión-taller, para el montaje, reparación y revisión de los doce aviones que componen esta primera fuerza aérea de combate. Participó en numerosos vuelos, como bombardero, cuando sus obligaciones en tierra se lo permitían.

Permaneció en Tetuán hasta 1915, regresando a Cuatro Vientos, cuando ya había dejado debidamente organizados los talleres y preparado el personal suficiente.

Por los servicios prestados durante su estancia en África en los años 1914 y 1915, le fue concedida la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo.

Al iniciarse en Barcelona la construcción de los motores de aviación Hispano fueron frecuentes sus desplazamientos a la fábrica, donde “prueba los primeros prototipos, haciendo numerosas advertencias y proponiendo modificaciones que son llevadas a cabo inmediatamente, dada su acreditada experiencia en puesta a punto de motores de aviación. Con Marcus Birkigt, fundador de la empresa, ayudó a crear el motor de avión Hispano-Suiza de 140 caballos, de ocho cilindros en V que en 1915 cumplió satisfactoriamente una prueba de rodaje de 50 horas”. El 30 de agosto de 1916 asistió a la recepción de los primeros motores Hispano Suiza de aviación. En 1917 participó en las recepciones de material tanto en Barcelona como en Sevilla. En 1919, junto al capitán Álvarez de Rementería, su primer director, participó en las tareas de creación y puesta en marcha de la primera Escuela de Mecánicos de Aviación, de la que fue profesor durante seis años, tiempo en el cual visitó el aeródromo de Cuatro Vientos una escuadrilla de De Havilland británica con sus correspondientes pilotos y mecánicos.

Al salir para Londres, el motor Rolls de uno de los aviones no funcionaba correctamente, siendo incapaces los mecánicos ingleses de reparar la avería.

Se pidió ayuda a los españoles y se presentó voluntario Quesada, con la condición de que lo dejaran a él solo, sin los ingleses. Al cabo de dos horas el motor estaba reparado, quedando sorprendido el piloto inglés al comprobar que el motor daba 50 revoluciones más que en los vuelos anteriores. Al llegar a Londres, las Fuerzas Aéreas Inglesas (RAF) enviaron, a través de la Embajada de España, una felicitación al rey Alfonso XIII, que transmitió a Quesada, otorgándole un Diploma de Honor. También recibió una oferta para que ingresara en la RAF como oficial mecánico.

El 29 de septiembre de 1921 se le confirmó como maestro de taller dentro del personal de cuerpos subalternos de ingenieros, que el 2 de octubre de 1923 se cambió a la denominación de ayudante de talleres militares y fue asimilado a teniente. A primeros de septiembre del año 1922, pasaba a las plantillas del Servicio de Aviación. Aunque seguía destinado en Cuatro Vientos, estuvo la mayor parte del tiempo en Barcelona para la puesta a punto de los motores de aviación que fabricaban la Hispano y la Elizalde.

En la Hispano de Barcelona participó en la puesta a punto del motor Hispano 300, así como en el Elizalde 450. También fue enviado a Francia e Inglaterra en todas las comisiones que se crearon para la adquisición de material aeronáutico, pasando prácticamente todo el año 1927 en dichos países. Asistió en Londres a la comisión con el capitán Gonzalo Taboada para reconocer y efectuar pruebas en los cuarenta motores Rolls Royce A.81 adquiridos, volviendo al cabo de poco tiempo con el capitán Andrés del Val. En general, siempre que se tratase de adquirir material aéreo en el extranjero era llamado Quesada, siendo felicitado en todas las ocasiones “por los valiosos servicios prestados, aportando precisas observaciones y datos muy concretos, con gran capacidad de trabajo”.

En 1924, cuando se aprobó el nuevo Reglamento de Mecánicos concediéndoles categoría militar, fue invitado a ingresar en él, pero renunció a ello, puesto que en el recién creado Cuerpo de Mecánicos aún no existía el empleo de teniente que él ya ostentaba.

Algunos de los muchos mecánicos que han destacado en la historia de la aviación española han sido conocidos fundamentalmente por sus hazañas en vuelo; puede recordarse a Pablo Rada, Modesto Madariaga, Pedro Arozamena, Pedro M. Calvo Alonso, Daniel González el Chispa, Carlos Liedo, etc. Sin embargo, Joaquín Quesada, posiblemente uno de los mejores mecánicos de la aviación española, no fue tan conocido al no haber participado en los grandes vuelos de la década de 1920. Su labor se desarrolló casi siempre en tierra, en los talleres de fabricación, montaje y reparación, tanto en la industria como en las unidades aéreas de su época. También realizó “más de 300 horas de vuelo entre globos, dirigibles y aviones, como tripulante, observador técnico e incluso como bombardero en África”.

En 1928 pasó a la situación de “supernumerario” sin sueldo. Recibió numerosas ofertas de empresas inglesas y francesas, dada la fama adquirida durante sus comisiones de servicio en el extranjero, pero renunció a ellas para aceptar la oferta de la fábrica española Loring, en la que ingresó como jefe de compras. Permaneció en la empresa de Jorge Loring desde primeros de noviembre de 1928 hasta el 30 de octubre de 1933.

El 28 de febrero de 1933 figuraba como ayudante de Talleres Militares en situación de retirado extraordinario.

En ese período anterior a la Guerra Civil, manejaba una pequeña flota de dieciocho automóviles al servicio del Casino Gran Peña de Madrid. En mayo de 1936 le había requerido su ayuda el coronel Alfredo Kindelán para el movimiento en preparación como enlace con el coronel Alberto Álvarez de Rementería.

Quesada puso a su disposición su garaje de la calle Vallehermoso de Madrid y sus automóviles.

La Guerra Civil le sorprendió en Madrid, donde poseía talleres y automóviles que le fueron incautados por el Gobierno. Ante su protesta fue encarcelado, aunque por poco tiempo. Estuvo oculto durante varios meses en Madrid y fue encarcelado en la Checa de Porlier el 3 de agosto de 1938, pero fue liberado el día 15 del mismo mes.

Al finalizar la guerra, después de ser depurado en octubre de 1939 sin cargo alguno en su contra, se presentó al general Kindelán, su antiguo jefe, que ordenó su reincorporación al Servicio de Aviación.

Reingresó en el Servicio de Material el 19 de octubre de 1940, y comenzó a prestar sus servicios en la Jefatura de Industria y Material de la 1.ª Región Aérea.

Estuvo como agregado al Ministerio del Aire hasta fin de marzo de 1941 y poco después, durante breve tiempo, en el Regimiento de Automóviles hasta junio del mismo año. Se le declaró libre por completo, sin responsabilidad alguna, en las diligencias practicadas para averiguar su conducta durante la contienda.

En diciembre de 1939, se había creado el Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos. En febrero de 1940 según el Boletín Oficial del Estado n.º 48 se convocó un concurso-oposición para cubrir noventa y cinco plazas de ayudantes de ingeniero en el que “podrán concursar todos los Mecánicos, Armeros, Radios y Fotógrafos del Ejército del Aire que tengan el empleo de Teniente, Alférez o Brigada y los Ayudantes de Taller procedentes del Ejército que presten servicios en Aviación”.

Joaquín Quesada solicitó su ingreso en la 1.ª promoción, presentándose en julio en la Academia de Ingenieros Aeronáuticos y realizando un curso abreviado de tres meses, obtuvo el número uno entre los treinta y nueve que terminaron. Durante 1942, después de terminado el curso, pasó a efectuar prácticas. A continuación, se le concedió el título de ayudante de ingeniero aeronáutico con la especialidad de Aerotecnia, incluyéndosele con el número uno de su escala como ayudante del Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos, asimilado a comandante, con antigüedad de 28 de enero de 1943. Esta escala se inició con un comandante, cuatro capitanes, once tenientes y veintitrés alféreces.

De esta primera promoción (y de las siguientes) de ayudantes de ingeniero formaron parte numerosos mecánicos, entre ellos Pedro Mariano Calvo Alonso, que se hizo famoso por el vuelo Madrid-Manila, que obtuvo el número nueve y fue asimilado a teniente.

Joaquín Quesada figuró en la Inspección de la Zona Territorial de Industria n.º 1 hasta final de mayo de 1943, luego pasó destinado a la Sección de Servicios de Material de la Dirección General de Industria y Material permaneciendo allí hasta su pase a la situación de retirado por haber cumplido la edad reglamentaria, con el empleo de comandante, en 1954. En 1945, recibió la Placa de la Orden de San Hermenegildo y en 1946 fue vocal del Tribunal de Exámenes de prácticas para maestros de Taller en la Maestranza de Cuatro Vientos. En 1947 figuraba como jefe del Negociado de Organización en la Sección de Material.

En 1949 recibió la Cruz al Mérito Aeronáutico con distintivo blanco de 2.ª Clase.

De su matrimonio tuvo cuatro hijos: Carmen, Pilar, Joaquín y Ángela. Continuó viviendo en Madrid hasta su pase a la situación de retirado. En ese momento, continuó trabajando en el puesto que ocupaba en el antiguo Ministerio del Aire a petición de su jefe, hasta última hora de su vida, apenas unos meses antes de fallecer a consecuencia de una enfermedad incurable.

Su larga vida laboral mereció que el Ministerio de Trabajo le concediera la Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo de 2.ª Clase, que le fue otorgada el 19 de julio de 1949.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General e Histórico del Ejército del Aire (Villaviciosa de Odón, Madrid), Exps. personales y Hojas de Servicio.

J. Gomá Orduña, Historia de la Aeronáutica Española, pról. de S.A.R. el Infante D. Alfonso de Orleans y Borbón, Madrid, Prensa Española, 1946; VV. AA., Historia de la Aviación Española, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Aérea, 1988; Empuje (Revista del Sindicato Español de Oficiales Técnicos de Vuelo), n.º 59 (junio de 1997); M. Lage Marco, Hispano Suiza 1904-1972. Hombres, empresas, motores y aviones, Madrid, LID Editora Empresarial, 2003.

 

Rafael de Madariaga Fernández