Raja, Vicente. España, s. m. s. XVII – p. t. s. XVIII. Mariscal de campo del Ejército español, gobernador y capitán general de Cuba desde 26 de mayo de 1716 hasta el 23 de agosto de 1717, en que fue expulsado de la isla por un motín.
No se conocen más datos biográficos anteriores a su nombramiento como capitán general y gobernador de la isla de Cuba que el que siendo brigadier ascendió a mariscal de campo por sus servicios en la Guerra de Sucesión y posteriormente por su buen gobierno de la plaza de Puigcerdá. Llegado a La Habana en la flota mandada por Manuel López Pintado, relevó en el mando de la isla al gobernador Casas-Torres el 26 de mayo de 1716. Le acompañaba una comisión destinada a estudiar e implantar un impuesto general en Cuba y otros territorios de Ultramar sobre las siembras de tabaco. Esta comisión del tabaco la constituían el intendente Salvador Olivares, el primer visitador Diego Daza y el licenciado Pedro Nicolás Morales, con el doble carácter de asesor general y juez especial de la nueva renta. Enseguida llegó el teniente coronel Gómez de Maraver a ejercer las nuevas funciones de teniente de rey de la plaza de La Habana, un cargo creado el año 1716, con el carácter de segundo jefe superior de la isla, para concentrar en un solo mando militar y político la vacante que pudiera producirse en la Gobernación y Capitanía General.
Comenzó el mandato de Raja con los buenos resultados de la extracción, mediante buceos, de la flota naufragada hacía unos quince años antes en el mar, al norte de La Habana. Hoyo Solórzano fue quien inició los buceos que lograron rescatar unos cuatro millones de pesos de la carga hundida. Se divulgó por las Antillas este éxito y algunos mercaderes de Jamaica y la Barbada fletaron dos navíos al mando del corsario Enrique Jennings, quien con trescientos hombres atacó el almacén, malamente protegido por una pobre patrulla, donde se depositaban los rescates. Robó 350.000 pesos y en vez de regresar a Jamaica se declaró corsario independiente. Envalentonado su segundo, el capitán Carpenter, se presentó ante La Habana.
Un fuerte contraataque le obligó a rendirse. En juicio sumarísimo, convicto y confeso de crímenes contra españoles, fue ahorcado.
En estas turbulencias se hallaba Cuba cuando se mandó establecer una factoría general para compra de tabaco, en ejecución del Decreto de 11 de abril de 1717. Dice el historiador cubano Pezuela (1868), muy españolista, que la innovación no perjudicaba a los sembradores y cosecheros de tabaco, llamado vegueros, pero sí a los especuladores, intermediarios, quienes azuzaron a sus proveedores para que protestaran contra la venta forzosa del tabaco a la factoría del monopolio. Se destacaron en las protestas los vegueros de la campiña cercana a La Habana, principalmente agricultores canarios. Ante los primeros actos de violencia, el obispo de La Habana, Jerónimo Valdés, con algunos clérigos bien vistos lograron apaciguar un tanto los ánimos. Pero los intermediarios y algunos religiosos, principalmente dominicos, se pusieron al lado de los vegueros, incitándoles a una rebelión.
Quinientos vegueros se concentraron en Jesús del Monte, cerca de La Habana, y se apoderaron de las reses que iban a abastecer el mercado de La Habana el 21 de agosto de 1717. La Habana estaba mal guarnecida y para colmo, los soldados llevaban meses sin cobrar sus pagas. Además, el teniente rey tuvo una actuación más que dudosa. Los vegueros entraron en La Habana gritando: “¡Viva Felipe V! ¡Muera el mal gobierno! ¡Que nos gobierne el cabo subalterno!”.
Acuarteladas las tropas, los sublevados impidieron que se les llevase el rancho. Raja se acobardó o no quiso derramar sangre. Y, después de resignar el mando en el teniente rey Gómez de Maraver, se embarcó, con los miembros de la comisión del tabaco, en los galeones que para recoger el tabaco habían llegado a La Habana mandados por Nicolás de Zelaya.
De esta forma, Raja se convirtió en el primer gobernador general de América española que fue literalmente expulsado de su cargo por un motín popular.
Esto ocurrió el 23 de mayo de 1717.
Llegados a Cádiz e informado el Rey de los acontecimientos, destacó inmediatamente a Gregorio Guazo como nuevo capitán general para que arreglase la situación. Ni Pezuela ni otros historiadores han encontrado rastro de la vida de Vicente Raja en España a partir de su regreso.
Bibl.: A. de Alcedo, Diccionario Geográfico-Histórico de las Indias Occidentales ó América, vol. I, Madrid, Imprenta de Benito Cano, 1786, pág. 703; J. De la Pezuela, Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de la Isla de Cuba, vol. I, Madrid, Imprenta del Establecimiento de Mellado, 1863, pág. 189; vol. IV, Madrid, Imprenta del Banco Industrial y Mercantil, 1866; J. de la Pezuela, Historia de la Isla de Cuba, vol. II, Madrid, Carlos Bailly-Bailliere, 1868, págs. 292-305; A. Ballesteros y Beretta, Historia de España y su influencia en la historia universal, vol. V, Barcelona. Salvat Editores, 1949; J. Rivero Muñiz, Las tres sediciones de Los Vegueros en el siglo xviii, La Habana, Asociación Nacional de Cosecheros de Tabaco de Cuba, 1951, págs. 21-44; VV. AA., Historia de la Nación Cubana, vol. II, La Habana, Ed. Historia de la Nación Cubana, 1952, págs. 11-14; F. Portuondo, Historia de Cuba, 1492-1898, Habana, Ed. Pueblo y Educación, 1965, págs. 179-180; R. Guerra, Manual de Historia de Cuba desde su descubrimiento hasta 1868, La Habana, Ed. de Ciencias Sociales, 1971, págs. 141-143.
Fernando Rodríguez de la Torre