López de Ribera, Pedro. El Espinar (Segovia), ú. t. s. xv – ?, 28.VI.1556. Consejero de Castilla.
Miembro del Colegio del Arzobispo de Salamanca, su matrimonio con Ana Vázquez de Arce (hija del doctor Martín Vázquez) y la coincidencia de hallarse el Emperador en dicha ciudad en el momento en que concluyó su doctorado (junio de 1534), le posibilitaron iniciar una rápida promoción, que comenzó siendo uno de los elegidos por Carlos V para los ascensos que dispuso antes de su partida a Túnez. Poco después, fue distinguido por el Emperador al encontrarse entre los tres oidores acrecentados nombrados, frente a las incorporaciones formales, a raíz del aumento en la confluencia de casos que debía tratar la Audiencia vallisoletana en pleno proceso de visitas a las chancillerías organizado por Pedro Pacheco, obispo de Mondoñedo. Sus compañeros de nombramiento fueron el doctor Collado y el licenciado Oviedo, constituyendo los ordinarios los licenciados Acuña, Diego Soto y el doctor Martín Ortiz.
La propagación de una epidemia de peste en Valladolid en esos años, obligó al traslado de la Chancillería a Medina del Campo. Coincidiendo con este suceso, López de Ribera consiguió recibir la plaza de oidor en propiedad. Durante ese tiempo, las fuentes dan a entender un agrio trato con el presidente Fernando de Valdés, tras cuya promoción a la presidencia del Consejo de Castilla en 1539, López de Ribera, al contrario que sus compañeros de ejercicio judicial en la Audiencia, no logró ascender al Consejo Real, plaza que ocupó Hernando Niño, sucesor de Valdés en la presidencia de Castilla cuando fue promovido a la Suprema Inquisición. Por otros cauces consiguió ser nombrado decano entre los oidores vallisoletanos, siendo del agrado del Emperador su eficacia en la obtención de empréstitos, que seguramente fue uno de los motivos que le facilitaron su reanudado ascenso cortesano, ocupando la vacante de Ibáñez de Aguirre con título del Consejo Real de 11 de febrero de 1548.
Su continua designación para el ejercicio de destacadas comisiones, refleja su cambio de posiciones y su acercamiento a su inicial contrincante, el presidente Hernando Niño. Esta circunstancia facilitó claramente su elección, junto a Mercado de Peñalosa (sustituido poco después por Martínez de Montalvo), para ser uno de los dos oidores del Consejo Real que por orden de 1549 debían ingresar en Contaduría Mayor para asesorar la resolución de pleitos financieros. La confianza de Niño se demostró no sólo en el mantenimiento de este ejercicio, sino también en la visita del aposento cortesano que, fundándola en un capítulo de Cortes, le confirió. Rechazada esta medida por el príncipe Felipe y reconsiderada con el licenciado Galarza, se decidió finalmente denegarla y, en todo caso, que se sustituyera su nombramiento por un alcalde de Corte y un mayordomo de los regentes.
En 1552, López de Ribera ejerció como consejero en la presidencia del Honrado Concejo de la Mesta y de nuevo en la sustanciación de pleitos en Contaduría, en 1553, con Anaya, y en 1555 con Martínez de Montalvo. Cuando la visita realizada al Consejo Real desde 1553 por Diego de Córdoba, no quedó enteramente exento de cargos; no obstante, existen pruebas documentales de que fueron menores, siendo uno de ellos haber recibido en su casa regalos por parte de un juez de residencia. Finalmente, la marcha del príncipe en julio de 1554 y la casi total extinción de la visita que produjo, le permitieron proseguir con normalidad su ejercicio en el despacho del Consejo durante la regencia de Juana, labor a la que se dedicó hasta su fallecimiento.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Estado, leg. 13, n.º 186; Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 5 y leg. 37, n.os 756-760.
P. Girón, Crónica del Emperador Carlos V, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1964, págs. 42-43; P. Gan Giménez, “El Consejo Real de Castilla: tablas cronológicas (1499-1558)”, en Chrónica Nova, 4-5 (1969), págs. 138- 139; El consejo Real de Carlos V, Granada, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1988, pág. 257; V. de Cadenas y Vicent, Diario del Emperador Carlos V. Itinerarios, permanencias, despachos, sucesos y efemérides relevantes de su vida, Madrid, Hidalguía, 1992, pág. 235; C. Domínguez Rodríguez, Los oidores de las salas de lo civil en la Chancillería de Valladolid, Valladolid, Publicaciones de la Universidad, 1997, págs. 44-45; I. J. Ezquerra Revilla, “Pedro López de Ribera”, en J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527-1598). La configuración de la Monarquía hispana, Salamanca, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1998, pág. 423; “Pedro López de Ribera”, en J. Martínez Millán (dir.), La Corte de Carlos V, vol. III, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, págs. 250-251.
Alejandro López Álvarez
