Dutari, Jerónimo. Pamplona (Navarra), 21.IV.1671 – Santiago de Compostela (La Coruña), 5.VIII.1717. Jesuita (SI) y misionero popular.
Jerónimo Dutari fue uno de los grandes misioneros populares que jalonan las distintas etapas de este ministerio total de la palabra, tan desarrollado por los jesuitas, muy especialmente en España e Italia. Estudiaba Teología en Pamplona, su tierra natal, cuando entró en la Compañía de Jesús. Realizó su tiempo de noviciado, como era habitual en la provincia de Castilla, en Villagarcía de Campos, aunque continuó después su formación en Santiago de Compostela (entre 1689 y 1692) y Salamanca (donde prolongó su estancia hasta 1698). Inició su actividad docente como profesor de Filosofía en Pamplona y de Teología Moral en Salamanca y Valladolid. A partir de 1704, Jerónimo Dutari fue un notable misionero por tierras de Navarra, País Vasco, Castilla y Galicia, aunque estos trabajos los compatibilizó con el gobierno de los colegios de Logroño, Palencia, Burgos y Santiago de Compostela, donde finalizó sus días. De hecho, el provincial castellano le concedió licencia para dedicarse durante tres meses al año a misionar por ciudades y aldeas.
Dutari recibió la encomienda de estos trabajos, del que luego fue general de la Compañía de Jesús, Tirso González, y se la transmitió al que se iba a convertir en el gran misionero popular del siglo XVIII, Pedro de Calatayud. El método misional de Jerónimo Dutari fue recordado por el también jesuita Luis de Losada.
Continuó las directrices establecidas por otro de los grandes misioneros de la Compañía, Jerónimo López, especialmente en la vuelta a las procesiones de penitencia, convertidas en momentos culminantes del espíritu de conversión que se pretendía desplegar en las misiones. Una práctica, la de aquellas procesiones de penitencia que, aunque ensayó con éxito Dutari en una misión desarrollada en la ciudad de Burgos, era ya criticada por la nueva espiritualidad ilustrada que abogaba por el final de estas demostraciones públicas que consideraba vacías de contenido. Después, las procesiones de penitencias fueron retomadas en las misiones del citado Pedro de Calatayud.
Encontró en las Escuelas de María, de las que fue fundador, una forma de perduración de su trabajo evitando el olvido de lo que había sido predicado, así como la llamada a la conversión, principal objetivo de las misiones. Inicialmente, se las conocía como las Congregaciones de María Santísima, llamadas por el propio Dutari con el nombre mencionado de las Escuelas de María. Éstas podían estar compuestas por setenta y dos miembros (en referencia a los varones apostólicos), de los cuales veinticuatro podían ser sacerdotes, mientras que el resto eran seglares. Los congregantes debían hacer demostración de los medios para el ejercicio de las virtudes cristianas. De esta manera, se trataba de alcanzar el objetivo, que no era otro que la santidad, a través de la confesión y la comunión frecuentes, la enseñanza de la doctrina cristiana, las actitudes de reverencia y silencio en los templos (convertidos en otros instantes en lugares de convivencia), la lectura espiritual, además de la meditación de sus contenidos. En las páginas de lectura podían estar presentes algunas importantes obras de la espiritualidad jesuítica, como eran (en aquel siglo XVIII) el Compendio de la Doctrina Cristiana del padre Pinamonti o el de las Meditaciones de Luis de la Puente. Los congregantes se reunían y éstos podían acusarse públicamente de las faltas cometidas. No se podía olvidar la práctica de los Ejercicios Espirituales durante ocho días al año, pudiendo coincidir con la Pascua de la Navidad. No se debía olvidar el rezo del Miserere, el canto del salmo De Profundis y otras oraciones penitenciales.
Con todo se afianzaban aquellos contenidos que antes habían recibido en los sermones y pláticas de las misiones populares. En el ámbito devocional, destacó Jerónimo Dutari en el impulso de la novena dedicada a san Francisco Javier. Era la llamada novena de la gracia, a este jesuita misionero, celebrada en los primeros días del mes de marzo.
Obras de ~: Alfabeto o Cartilla de las letras griegas, Salamanca, Imprenta de María Estévez, 1700; Reglas y Constituciones de la Congregación o Escuela de María, Burgos, 1715; Vida Christiana o práctica fácil de entablar con medios y verdades fundamentales, contra ignorancias, Salamanca, 1718; Christavaren Bicitza, edo bicitza berria eguiteco bidea, Iruñeco Libruguille, Antonio Castillaren, 1760; Catecismo de la doctrina christiana escrito por el P. Gaspar Astete y añadido para su mayor declaración con varias preguntas y respuestas por el licenciado Don Gabriel Menéndez de Luarca [...] nuevamente aumentado lo da a luz juntamente con el librito intitulado Vida christiana o Práctica fácil de entablar con medios y verdades fundamentales escrito por el P. Jerónimo Dutari y una breve explicación de la Bula de la Santa Cruzada, Valladolid, Imprenta Manuel Santos Matute, 1787; Plan de vida cristiana, Madrid, Administración del Apostolado de la Prensa, s. f.
Bibl.: L. de Losada, Noticia de la vida y virtudes del Venerable Padre Gerónimo Dutari de la Compañía de Jesús, escrita por un discípulo suyo, Salamanca, Imprenta Francisco García Honorato y San Miguel, 1720; E. Cotarelo y Mori, Bibliografía de las controversias sobre la licitud del teatro en España, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1904, págs. 240-244; A. Astrain, Historia de la Compañía de Jesús en su Asistencia de España, Madrid, Viuda de López del Horno, 1925; J. Burrieza Sánchez, “Ciudades, misiones y misioneros jesuitas en la España del siglo xviii”, en Investigaciones Históricas, 18 (1998), págs. 75- 108; Ch. E. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu-Universidad Pontificia Comillas, 2001.
Javier Burrieza Sánchez
