Ayuda

García Ramírez

Biografía

Ramírez, García. El de Viguera. ?, c. 970 – c. 1004- 1005. Rey, Ayo, magnate.

Al difunto monarca pamplonés García II Sánchez (999) no le había sobrevivido ninguno de sus hermanos, pues habían desaparecido sucesivamente Ramiro (992) y Gonzalo, quien junto con su madre Urraca Fernández había tenido encomendado el territorio o, mejor, el disfrute de la porción regia de utilidades en los distritos u honores del antiguo condado de Aragón.

Tampoco quedaban al parecer hermanas del Monarca difunto a cuyos esposos cupiese encomendar la potestas regia o nudo “principado”, eventualidad planteada en el derecho sucesorio vigente como ulteriormente se puede comprobar, por ejemplo, en el testamento de Ramiro I de Aragón. Se recurrió, por tanto, conjunta o sucesivamente a Sancho y García Ramírez, hijos del mencionado Ramiro “el de Viguera” y, por tanto, miembros relevantes de la familia regia (prolis regis), que habían confirmado los dos por ese orden los documentos suscritos por su primo García II Sánchez y por su sobrino segundo el heredero del Reino Sancho el Mayor en vida de su padre y cuando contaba ya siete años de edad. Si por algún tiempo, como es bastante probable, Sancho y García Ramírez, llegaron a hacerse cargo conjunta o separadamente de las funciones del pequeño Monarca y lucieron por extensión el título de “reyes”, lo harían, por cuanto se ha indicado, a falta de otro pariente más próximo y exclusivamente en calidad de tutores o “eitanes” durante la minoridad y como custodios (in baiulia) de la persona y herencia del nuevo Rey. En todo caso, parece que ni su padre ni ellos mismos de ningún modo pudieron haber recibido como legado patrimonial un “Reino” de Viguera inexistente, ni siquiera hay constancia de que en su caso concreto hubiesen llegado a regir siquiera a título vicarial el distrito u honor riojano de este nombre. El citado Sancho Ramírez, que debió de fallecer tempranamente, sólo consta efectivamente en una donación particular al Monasterio de San Salvador de Leire, expedida el 11 de septiembre de 1002, “reinando el rey Sancho Ramírez” (Regnante rex Santio Ranimiriz). Sobre su hermano García Ramírez se dispone de dos esquemáticos textos coetáneos pero, sobre todo, de una expresiva alusión en un documento expedido medio siglo después. Por otro lado, se puede deducir que sus bienes patrimoniales habían comprendido un conjunto de villas en el valle de Yerri, como Riezu, Villanueva y Erendazu así como la de Labiano, en el valle de Aranguren lindante por el norte con el término de Pamplona, así como diversas heredades en tierra riojana, como en diversas villas entre San Millán de la Cogolla, Nájera y Logroño.

Se desconoce el papel de tutores de la milicia regia que, durante el citado intervalo de tutela del Rey menor de edad, es decir, hasta 1004, correspondía desempeñar a sus hipotéticos tutores ante la agresiva y persistente amenaza musulmana. Almanzor había arrasado la ciudad de Pamplona y su Catedral de Santa María justo cuando se había perdido toda noticia sobre García II Sánchez, muerto seguramente entonces y casi al mismo tiempo que Vermudo II de León (999). De la incursión lanzada por el caudillo cordobés al siguiente año se sabe vagamente que discurrió por las “colinas de Pamplona”, probablemente cerca de las riberas del Ebro hasta una cierta iglesia de Santa Cruz que fue incendiada. En esta campaña provenían las tropas sarracenas de tierras castellanas, donde en Peña Cervera, sobre la cabecera del río Esgueva y a corta distancia de Clunia, habían arrollado en un reñido combate (29/30 de julio de 1000) a las fuerzas cristianas reunidas “desde Pamplona hasta Astorga”. Había capitaneado esta gran coalición de guerreros de las dos monarquías hispano-cristianas el conde Sancho García de Castilla, el más poderoso de los condes del Reino de León, estrechamente emparentado con la familia regia de Pamplona. Suplía entonces a uno u otro de los dos soberanos a quienes por su rango superior hubiese correspondido el supremo mando militar de la coalición, pero el leonés Alfonso V apenas había cumplido los cinco años de edad y el pamplonés Sancho sólo había llegado a los diez. Aparte de una alusión muy general a una campaña sarracena (1001) por los dominios pamploneses, hay noticia sobre la correría que a comienzos del verano de 1002 atravesó ciertos parajes riojanos desde Canales de la Sierra y el valle del Najerilla hasta un lugar que tal vez quepa identificar con Almonasterio, emplazado posiblemente en el término de la actual villa navarra de San Adrián, junto a la desembocadura del río Ega en el Ebro. En su retorno ya por tierras sorianas el Ejército cordobés habría sido por fin derrotado en Calatañazor, batalla magnificada por las crónicas cristianas. En todo caso, acosado presumiblemente por citado el conde castellano Sancho García, el űāųib hasta entonces invencible acabó sus días enfermo el 10 de agosto de regreso en la importante posición musulmana de Medinaceli. Aunque no hay indicios expresos de que hubiesen participado en estos acontecimientos los eventuales “reyes” Sancho y, en particular, García Ramírez, fallecidos probablemente uno o los dos durante esos años o muy poco después acaso en alguno de los referidos encuentros con las fuerzas cordobesas.

Hay constancia fehaciente de que García Ramírez dejó de su unión matrimonial con una tal Toda, dos hijas llamadas Toda y Fronilda. La primera casó en su momento con Fortún Sánchez, hermano de leche (collactaneus) de Sancho III Garcés el Mayor y luego su más estrecho colaborador y hombre de confianza (collaganeus), así como mandatario o “tenente” de Nájera, el distrito u honor de mayor importancia del Reino, y más adelante ayo o “eitán” del hijo y sucesor del mismo rey, García III Sánchez, a quien se mantuvo fidelísimo hasta sucumbir escudándolo en la batalla de Atapuerca (1054). De un concubinato del mismo García Ramírez nació una hija de nombre desconocido, la cual, ausente del solar familiar y “tanto en vida como muerta ya su madre”, mantuvo relaciones incestuosas (peccavit et fornicata est cum fratre suo) con otro hijo natural de su padre y quizá de la misma madre, turbio relato que con toda crudeza puso en boca de la antedicha Fronilda, “hija del rey García [Ramírez] y de la reina doña Toda”, el anónimo monje que redactó el acta de su donación de sus heredades en Turrillas, muy cerca de Logroño, a favor del Monasterio de Santa María de Irache.

 

Bibl.: E. Levi-Provençal, “España musulmana hasta la caída del califato de Córdoba (711.1031 d. C.)”, en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, 4, Madrid, Espasa Calpe S. A., 1950 (5.ª ed. 1985), págs. 414-443; A. Ubieto Arteta, “Monarcas navarros olvidados: los reyes de Viguera”, en Hispania, 10 (1950), págs. 3-24; J. M. Lacarra, Historia política del reino de Navarra desde sus orígenes hasta su incorporación a Castilla, t. I, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1972, págs. 156-170; A. Cañada Juste, “Un milenario navarro: Ramiro Garcés, rey de Viguera”, en Príncipe de Viana, 42 (1981), págs. 33-378; M.ª J. Viguera, Aragón musulmán, Zaragoza, Librería General, 1981, págs. 125-133; A. Ubieto Arteta, Orígenes de Aragón, Zaragoza, Anúbar Ediciones, 1989, págs. 297-304; A. Cañada Juste, “Las relaciones entre Córdoba y Pamplona en la época de Almanzor (977-1002)”, en Príncipe de Viana, 53 (1992), págs. 371-390; Á Martín Duque, “El reino de Pamplona”, en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, 7-2, Madrid, Espasa Calpe, 1999, págs. 124-126 y 216-218.

 

Ángel Martín Duque

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares