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Jesualdo Iglesia Rosillo

Biografía

Iglesia Rosillo, Jesualdo de la. Sevilla, 15.IV.1869 – Madrid, 11.XII.1964. General, gobernador militar, juez militar, inspector judicial.

Hijo de José de la Iglesia Guillén, comandante de Infantería, y de Carolina Rosillo. En una breve necrológica aparecida en el diario ABC se decía que el finado era el general de más edad del Ejército y entre los distintos cargos que desempeñó en su larga y brillante vida militar figuraban los de gobernador militar durante la “Guerra de Liberación” y la de general inspector de los Juzgados Militares de España.

En su hoja de servicios figura que ingresó en la Academia General Militar el 27 de agosto de 1984, en la que estuvo hasta el 26 de marzo de 1989, fecha en que salió de alférez de Infantería; teniente en 1890, capitán en 1897, comandante en 1910, teniente coronel en 1917, coronel en 1923, general de brigada por elección en 1930, con dicha graduación pasó a la situación de reserva en 1931, prestando servicios en 1937, general de división honorífico en reserva en 1940, a partir del 11 de junio de 1940, y reserva sin destino desde el 3 de mayo de 1952, siendo el total de servicios prestados hasta el 11 de diciembre de 1964 de ochenta años, tres meses y trece días, más dos años, ocho meses y seis días de abono del período de su permanencia en Filipinas, cuando aún era colonia española.

En 1894 fue destinado a Filipinas, incorporándose en Mindanao, territorio en estado de guerra, donde permaneció en diversos destinos de Infantería y de la Guardia Civil, en la que ingresó ascendiendo al grado de capitán, participó activamente en la lucha contra las guerrillas nacionalistas, lo que le hizo acreedor de varias condecoraciones militares, siendo el último destino la propia capital, Manila, desde donde embarcó con su regimiento, por la evacuación del territorio, en el vapor Patricio de Satrústegui, arribando a Cartagena el 2 de abril de 1898.

Continuó su carrera profesional, con la movilidad en los diversos destinos y ciudades, propia de la mayoría de los oficiales del Ejército en los treinta primeros años del siglo xx, siendo de destacar los meses de julio a septiembre de 1918, que pasó en Tetuán (Marruecos) de ayudante del general jefe del Ejército de España en África, desde donde marchó a Barcelona, guarnición en la que prestó, desde el 13 de marzo al 8 de abril de 1919, con su batallón, servicios extraordinarios de vigilancia de zonas, con motivo de hallarse la plaza en estado de guerra.

En enero de 1931 fue designado por la autoridad superior de la región para el mando de los Somatenes Armados de Cataluña, del que tomó posesión, marchando en el mes de febrero a Lérida para instruir diligencias judiciales relacionadas con el movimiento subversivo de la ciudad de Jaca (Huesca).

Proclamada la Segunda República en España el 14 de abril de 1931, pasó voluntariamente a situación de 2.ª reserva, que le fue concedida, cesando en el mismo día en el mando de 2.ª brigada de la 7.ª división y de los Somatenes Armados de Cataluña, así como en el de la Presidencia de la Junta General de Vestuario y Equipo. Fijó su residencia en Madrid, donde permaneció desde 1932 hasta 1936, año este último donde se hizo constar literalmente en la anotación de ese año: “Producido el Glorioso Alzamiento Nacional el 18 de julio permaneció en la misma situación y residencia y ante las reiteradas persecuciones, registros, y prisión que sufrió en la Provisional establecida en la Calle Duque de Sexto en el mes de octubre, el día 3 de noviembre logró acogerse a la Legación de Suiza en Madrid y refugiado en la misma terminó el año”.

Hasta que el 7 de julio de 1937, haciendo uso de documentación falsa y nombre supuesto, salió en dirección a Valencia, donde embarcó en un buque francés y partió en la misma noche para Hendaya, el día 11 pasó a Irún y seguidamente a Fuenterrabía, presentándose a las autoridades militares. Marchando posteriormente a Burgos el 14, hizo su presentación y fue autorizado para marchar a Zafra (Badajoz), donde fijó su residencia en situación de reserva.

Por disposición de Franco y orden de la Secretaría de Guerra de 16 de noviembre de 1937, fue designado para desempeñar el cargo de gobernador militar de la plaza y provincia de Badajoz, haciéndose cargo del mismo el 27 de dicho mes. En ese puesto realizó, por orden y autorización de sus superiores, viajes a diferentes localidades de Andalucía y Extremadura, en febrero y marzo de 1939 marchó a Sevilla para asistir a unos consejos de guerra como juez instructor, siendo autorizado por el ministro del Ejército (general Varela) para fijar su residencia en Madrid. Se le concedió por Decreto de 31 de mayo de 1940 el empleo de general de división honorífico de Infantería por los relevantes servicios prestados a la causa "nacional".

Seis días más tarde por una orden del antes referido ministro del Ejército, de 11 de junio de 1940, trasladada con fecha 27 del mismo, cuando ya tenía setenta y un años, se le nombró “juez especial de Procedimientos de Espionaje con jurisdicción en toda España y dependiendo de la Auditoria de Guerra de la 2.ª Región Militar”, con sede en Sevilla y por otra orden del mismo mes se le confirmó en el anterior destino en su nuevo empleo, según telegrama postal del subsecretario del Ejército de 17 de agosto y, por otra orden del ministro del Ejército, se dispuso que el anterior destino tuviera el carácter de permanente, dichas tres órdenes, calificadas en la Hoja de Servicios de “Comunicadas”, tenían la característica de no ser publicadas ni en el Boletín Oficial del Ejército, ni tampoco en el Boletín Oficial Estado (BOE), por lo que podían y debían ser declaradas de “secretas”, sin validez legal alguna, según disponía el Código Civil vigente, que establecía que las normas y disposiciones legales deberían obligatoriamente ser publicadas en la Gaceta, en el BOE o en el Boletín Oficial del Ejército.

El 5 de julio tomó posesión en Sevilla, saliendo el 2 de agosto para Granada, al objeto de practicar diligencias judiciales. Continuó lo que quedaba del año 1940 y en los sucesivos, con una frenética actividad investigadora y viajera, que es detallada minuciosamente en su hoja de servicios, relatándose las diferentes ciudades en las que se siguieron actuaciones: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Zaragoza.

En 1941 consta que siguió desarrollando actividades instructoras como “juez especial de Espionaje y otras actividades marxistas” en ciudades como Madrid, La Coruña, Zaragoza, Teruel, Albarracín, Valencia, Barcelona, Madrid, Cuenca, El Escorial, a las que siempre se desplazaba acompañado de su ayudante de campo y su secretario.

Estaba en posesión de la Medalla de Plata de la Cruz Roja Española y de la Cruz del Mérito del Águila Alemana con Estrellas y Espadas, otorgada por el Reich alemán, condecoración creada en 1937, no era de carácter militar, sino que representaba una forma de premiar a personalidades extranjeras, de las que solicitó y obtuvo el consiguiente permiso para usarlas en su uniforme. También tenía la Medalla de Campaña por su actuación en los años 1937 a 1939 como gobernador de Badajoz.

El 22 de septiembre de 1941, el ministro del Ejército, Varela, dispuso que siguiera en el cargo de “juez especial de Espionaje y otras actividades derivadas de las organizaciones marxistas de la 1.ª Región”, con carácter fijo y residencia en Madrid, dependiendo de la autoridad judicial de dicha región, realizando posterior viaje a Ciudad Real a instruir un sumarísimo de urgencia.

En 1942 visitó Salamanca, Zamora, Segovia, Valladolid, Zaragoza y Palencia, después de instruir procedimientos contra organizaciones comunistas y en 1943, las de Sevilla, Zaragoza, Barcelona y Valencia.

El 16 de noviembre de ese último referido año, el nuevo ministro del Ejército, Carlos Asensio Cabanillas, dispuso su cese como juez especial con jurisdicción en todo el territorio nacional, cargo para el que fue designado el coronel Eymar Fernández y nombró al general Jesualdo de la Iglesia, a la edad de setenta y cuatro años, para desempeñar funciones de inspector en todos los juzgados especiales de espionaje y de los que entendiesen las transgresiones comprendidas en la Ley de 2 de marzo de 1943, reguladora del delito de rebelión, con jurisdicción en todo el territorio nacional y zona del Protectorado.

Figuran a partir de 1944 las ciudades y plazas donde realizó el general Jesualdo de la Iglesia su nueva labor de supervisión e inspección de los juzgados especiales militares: Valladolid, Oviedo, Burgos, Pamplona, San Sebastián, Jaén, Sevilla, Córdoba, Barcelona, Zaragoza, Valencia, Algeciras y Granada.

Por Orden, también comunicada, de 30 de septiembre de 1944, del ministro del Ejército, general Fidel Dávila Arrondo, se le ampliaron las facultades inspectoras para los juzgados que entendieran en las actividades comunistas y de hechos tendentes a perturbar el orden público, cuando respondieran a una organización de carácter general, saliendo desde Madrid el 12 de octubre para inspeccionar los juzgados de Granada, Málaga, Melilla, Tetuán, Tánger, Ceuta y Algeciras, regresando el 25 de ese mes y volviendo a salir el 21 de noviembre para los juzgados de Jaén, Córdoba y Sevilla.

En 1945 se le concedió la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco pensionada con el 10 por cien del sueldo de su empleo, en atención a los relevantes méritos y servicios, publicándose en el Boletín Oficial del Ejército. En ese año inspeccionó los juzgados especiales militares de las plazas de Oviedo, Barcelona, Burgos, Pamplona y San Sebastián, Zaragoza, Valencia, Albacete, Murcia, Cartagena y Alicante.

Cuando la Alemania nazi y la Italia fascista habían sido ya vencidas y la dictadura iniciaba una etapa de “adaptación”, se habían aprobado, el 17 de julio de ese mismo año, el Fuero de los españoles y el nuevo Código de Justicia Militar. Por Orden de 5 de septiembre del general Dávila, ministro del Ejército, le fueron ampliadas sus facultades inspectoras al general Jesualdo de la Iglesia, “a los Juzgados especiales que se crean en la misma fecha para velar por el exacto cumplimiento de los derechos individuales establecidos en dicho fuero para los detenidos por la Policía Gubernativa o fuerzas con las debidas facultades”, referencia esta última a la Guardia Civil.

Hasta la fecha no hay constancia alguna de dónde pueden encontrarse estos últimos procedimientos, pero sí se sabe que inspeccionó los juzgados de la II y IX Región, en las plazas de Almería, Granada, Málaga, Córdoba, Jaén y Sevilla.

Desde enero de 1946 hasta que se acordó su cese en el cargo y función de inspección de juzgados especiales militares el 3 de mayo de 1952, ya con ochenta y dos años, también por orden comunicada de Muñoz Grandes, entonces ministro del Ejército, siguió desarrollando su actividad inspectora en esos seis años últimos, con la inspección de los juzgados de Lugo, La Coruña, Ferrol, Burgos, Pamplona, Bilbao, Barcelona, Zaragoza, Oviedo, Valladolid, Granada, Almería, Málaga, Jaén, Córdoba, Algeciras, Sevilla, Valencia, Alicante, Murcia, Castellón de la Plana, y, nuevamente en 1951, Sevilla, Córdoba y Granada.

No deja de ser paradigmático y significativo que, disponiendo el Ejército de Franco de un Cuerpo Jurídico Militar profesionalizado, desde los inicios de la sublevación militar del 18 de julio de 1936, con exigencia a los que en él ingresaban de ser licenciados en Derecho, los dos jueces militares instructores especiales designados para la represión de la oposición política, el general Jesualdo de la Iglesia Rosillo (1940-1952) y el coronel Enrique Eymar Fernández (1943-1964), ambos nombrados para esos cargos y funciones represivas, mediante irregulares órdenes comunicadas, procediesen de Infantería, careciesen de títulos y formación jurídica, también los dos de avanzada edad y además en situación de reserva, siendo responsables de la instrucción de miles de sumarísimos en ese negro período de la dictadura.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. C.G., leg. t. 20, 33 fols.

C. Caballero Jurado et al., Atlas Ilustrado de la División Azul, Madrid, Susaeta Ediciones, s. f.; ABC (Madrid), 12 de diciembre de 1962, pág. 82, y “esquela”, pág. 100; M. Rodríguez Chaos, 24 años de cárcel, París, 1969 (col. Ebro); J. M.ª Laso Prieto, De Bilbao a Oviedo pasando por el Penal de Burgos, Oviedo, Pentalfa Ediciones, 2002; C. Fernández Rodríguez, Madrid clandestino, La reestructuración del PCE 1939-1945, Madrid, Fundación Domingo Malagon, 2002; J. J. del Águila Torres, “El General Jesualdo de la Iglesia Rosillo, primer Juez Militar Instructor del Juzgado Especial de Espionaje. Un perfil biográfico para la represión”, en VV. AA., III Congreso Internacional de Historia de Nuestro Tiempo de la Universidad de la Rioja, Logroño, 11 al 13 de noviembre de 2010.

 

Juan José del Águila Torres

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