Ibn Barraŷān: Abū l-Ḥakam ‘Abd al-Salām b. ‘Abd al-Raḥmān b. Muḥammad b. ‘Abd al-Raḥmān al-Lajmī al-Ifrīqī al-Išbīlī. Conocido además como Ibn Abī al-Riŷāl y también por el sobrenombre de al-Gazālī de al-Andalus. ¿Sevilla?, 450-470 H./1058-1078 C. – Marrakech (Marruecos), muḥarram 536 H./VIII-IX.1141 C. Maestro sufí y experto en Teología, Exégesis coránica, Geometría y Aritmética.
Su familia, procedente del norte de África, se debió de trasladar a Sevilla antes de que naciera aunque los datos sobre lugar y fecha de nacimiento encontrados en las fuentes son muy poco concretos. Tenemos muy pocos datos sobre su vida. Debió vivir la mayor parte de su vida en Sevilla aunque probablemente también viajó a menudo por distintas ciudades de al-Andalus. Aparentemente solo tuvo un maestro, Muḥammad b. Aḥmad b. Manẓūr. Se le conoce como un gran sufí que nunca se alejó de los ulemas ni de la tradición. Le gustaba vivir en soledad y se le consideraba versado en la ‘Ilm al-ḥurūf o Ciencia de las Letras (ciencia que otorga vital importancia al uso, pronunciación y forma de las letras introducida en la Península por el considerado primer sufí andalusí, Ibn Masarra, en el siglo IX).
El emir almorávide ‘Alī Ibn Yūsuf lo hizo llamar a la capital Marrakech junto con otros dos maestros sufíes, Abū Bakr Muḥammad b. al-Ḥusayn al-Mayūrqī e Ibn al-‘Arīf de Almería. La popularidad que tenían estos maestros sufíes significaba un peligro para el emir y el imperio almorávide que debían temer la aparición de un nuevo mahdi o guía espiritual que hiciera peligrar su poder. El sobrenombre con el que se conocía a Ibn Barraŷan, “al-Gazālī de al-Andalus”, posiblemente por su similitud ideológica, era un motivo añadido para generar desconfianzas al emir. Las obras del sufí persa al-Gazālī habían sido perseguidas y quemadas en los primeros años del Imperio Almorávide, a finales del siglo XI. El emir no dejó marchar de la capital a Ibn Barraŷān que murió al poco tiempo sin saberse exactamente las causas. Mandaron tirar el cuerpo a los basureros de la ciudad pero Ibn Hizrihim, sufí de Fez que propagó las ideas de al-Gazālī por el Magreb, estaba paseando por la ciudad, lo vio y alertó a la población. El emir rectificó y se celebró un funeral al que asistió mucha gente. De los tres sufís que fueron llamados a Marraquech solo sobrevivió al-Mayūrqī después de haber sido encarcelado y azotado, pues Ibn al-‘Arīf también pereció por las mismas fechas en circunstancias aún no esclarecidas.
Obras de ~: Šarḥ asmā’ Allāh al-ḥusnà (Comentario sobre los más bellos nombres de Dios), se puede consultar una ed. crítica y est. de P. de la Torre, Madrid, 2000 (Fuentes arábico-hispanas, n.º 24); Kitāb al-Iršād ilà subul al-šidād (Libro de la guía recta sobre los caminos de las dificultades); Tafsīr al-Qur’ān (Comentario sobre el Corán).
Bibl.: Ibn Jallıkan, Wafayāt, ed. de M. Guckin de Slane, vol. II, Paris, Leland-Stanford Univ. Library, 1843, pág. 642; C. Brockelmann, Geschichte der arabischen Literatur, vol. I, Leiden, E. J. Brill, 1943-1949, pág. 434; P. Nwyia, “Note sur quelques fragments inédits de la correspondance d’Ibn al-‘Arīf avec Ibn Barrajān”, en Hespéris (Paris), n.º 43 (1956), págs. 217-21; al-Ḏahabī, Siyar A‘lām al-Nubāla, ed. de S. al-Qar‘awī, Mu’assasat al-Risāla, Beirut, 1985, págs. 72-73 (n.º 44); Ibn al-Zubayr, Ṣilat al-ṭila, ed. de A. S. al-Harrās y S. A’rab, Rabat, Maṭba‘a Fuḍala, 1993-1995, págs. 31-33 (n.º 45); Ibn al-Abbār, Kitāb al-Takmila li l-Kitāb al-Ṣila, ed. de A. S. Harrās, Dār al-Ma‘ārifa, vol. I, Casablanca, 1996, pág. 247 (n.º 1797); P. de la Torre Gordo, “Ibn Barraŷān, Abū l-Ḥakam”, en J. Lirola Delgado y J. M. Puerta, Vílchez (dirs.), Diccionario de Autores y Obras Andalusíes, t. I, Granada, Biblioteca al-Andalus, 2002, págs. 578-581.
Marc Saurina Lucini