Ripalda y Ureta, Lorenzo de. Ripalda (Navarra), 1646 – ?, 1695 post. Sargento mayor de batalla e ingeniero militar al servicio de Carlos II, cabo subalterno de Orán (segundo cabo o teniente del rey) y caballero de Santiago desde 1691.
Estando destinado en la plaza de Larache, Lorenzo de Ripalda era nombrado gobernador interino el 19 de marzo de 1679, en sustitución del maestre de campo don Diego Pacheco de Arce, al que el rey mandaba a Gibraltar. El Consejo de Guerra decidía respecto al citado maestre de campo que “el dicho maestre de campo don Diego Pacheco, sobre los cargos que se le impusieron, se pronunció sentencia definitiva en 24 de octubre de 1681 y se le absolvió de ellos, mandándole restituir el gobierno de Alarache”, cesando Ripalda en el mando de la plaza.
Después de su estancia en Larache estuvo trabajando en Orán, de donde llegaba a Ceuta en 1692. Al poco de llegar a esta plaza se hizo cargo de la construcción del castillo de San Amaro (de planta poligonal, con cuatro baluartes), situado prácticamente en el alto de donde se produjo el desembarco de Juan I de Portugal al mando de la Armada portuguesa, en agosto de 1415. El castillo fue construido durante el mandato de don Sebastián González de Andia, marqués de Valparaíso, gobernador de la plaza de Ceuta entre los años 1692 y 1695.
También realizaba la terminación del castillo del Desnarigado, “que tubo principios del general Barona, y con su eficacia se construyó el de San Amaro, cuio suelo permanecía sin reparo”. El castillo del Desnarigado defendía, contra un posible desembarco, una cala cercana a Ceuta, lugar de reunión habitual de corsarios procedentes de Marruecos. Ya utilizado por los árabes, fue aprovechado desde 1415 por los portugueses. La conversión a una moderna fortificación comenzó con la construcción de una torre, ordenada por el general Bernardo Barona y terminada en 1693. Era una torre semicircular, con una prolongación de planta cuadrada para almacenes, albergando cinco cañones con sus correspondientes troneras.
Ripalda trabajaría como ingeniero, con gran iniciativa y valor, en el sitio de Ceuta o “Sitio de los Treinta y tres años” (del 23 de octubre de 1694 al 22 de abril de 1727). El sitio fue llevado a cabo por el sultán de Marruecos, Muley Ismaíl, que previamente había tomado La Mamora, Tánger, Larache y, finalmente, Arcila en 1691.
A finales de noviembre de 1694, poco más de un mes después del inicio del asedio, Carlos II ordenó al superintendente y administrador general de la Real Fábrica y Minas de Azogue de Almadén que enviara a Ceuta 10 o 12 mineros, remitiendo la misma orden a los administradores de las minas de Linares y Guadalcanal para que mandaran a su vez 25 o 30 mineros, que se hicieran cargo de excavar minas y contraminas mientras durara aquel sitio. Con aquellos obreros especializados, dirigidos en los primeros momentos por los maestros de obras Diego Peralta y Juan de Ochoa, el general de batalla e ingeniero Lorenzo de Ripalda inició la construcción de un sistema de minas y contraminas que pronto se extendería bajo el campo exterior y que tendría gran importancia en la defensa de la plaza.
Durante el sitio, tal como se ha anticipado, se distinguió don Lorenzo Ripalda, “muy experto en achaques de guerras contra sarracenos”, gracias al cual se recompusieron las fortificaciones y se prepararon minas, se ahondaron los fosos y se acumularon otros medios de defensa. Con los primeros ataques mediante minas de los sitiadores, se hundieron algunos lienzos de la muralla de le circunvalación de La Almina, que se rellenaron con maderas y fajinas, además de provocar gran número de bajas. En el trabajo de contraminas, los ingenieros, dirigidos por Lorenzo Ripalda, Lorenzo de Quesada y Juan de Ochoa (además de ingeniero era maestro minador y maestro mayor de obras de la catedral de Ceuta), murieron el 24 de febrero de 1695 por asfixia, debida al humo producido por la voladura de un hornillo, con el que se quería destruir una mina del enemigo.
En 1696 el ingeniero Francisco Hurtado desde Ceuta, solicitaba que se le pagase el sueldo como maestre de campo, amparando su reclamación en que otros ingenieros que sirvieron en la plaza, como Ripalda así lo cobraban. Esto significa que Lorenzo Ripalda ya no figuraba como destinado en Ceuta, sea por cambio de destino o bien por fallecimiento.
Fuentes y bibl.: J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. A. Ruiz Oliva, Fortificaciones Militares de Ceuta: siglos XVI al XVIII, Ceuta, Instituto de Estudios Ceutíes - UNED, Centro Asociado de Ceuta, 2002; J. L. Loureiro Souto, Los conflictos por Ceuta y Melilla: 600 Años de controversias, tesis doctoral, UNED, 2015; J. Corbalán de Celis y Durán, “Gobernadores de Melilla en el último tercio del siglo XVII”, en Aldaba, 43 (2018), págs. 13-68; L. Mauricio, “Una importante parte del rico Patrimonio de Ceuta en ruinas, el Castillo de San Amaro”, en El Pueblo de Ceuta, 26 de julio de 2020 [en línea], disponible en https://elpueblodeceuta.es/art/50421/una-importante-parte-del-rico-patrimonio-de-ceuta-en-ruinas-el-castillo-de-san-amaro; “Fuerte Desnarigado (Ceuta)”, en Portal de Cultura de Defensa [en línea], disponible en https://www.defensa.gob.es/portaldecultura/cultural/fortificaciones/ceuta/fortificacion_104.html.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño