Díaz de Haro, María. ?, m. s. XIII – ?, c. 1305. Abadesa cisterciense (OCist.) de San Salvador de Cañas (La Rioja).
Perteneciente al linaje de los Haro, señores de Vizcaya, caben tres posibilidades acerca de su filiación.
En primer lugar, que fuese la hija de Lope Díaz de Haro III y Constanza de Bearn. Esta hipótesis vendría avalada por la vinculación de Constanza con el monasterio de Cañas, ya que al enviudar ingresó en él y fue abadesa al menos entre los años 1262 y 1285. Sin embargo, se plantean ciertos problemas cronológicos que obligan a rechazar esta identificación, ya que esta María Díaz, casada con el infante Juan en 1285, no enviudó hasta 1312, mientras que la abadesa figura en la documentación entre 1302 y 1304.
Una segunda opción sería de la hija de Diego López de Haro V, aunque también en este caso hay algunos inconvenientes: en 1305 o 1307 esta María Díaz casó con Juan Núñez de Lara, es decir, poco después de las fechas en que se habla de María Díaz como abadesa; esta dificultad podría solventarse suponiendo que hubiese renunciado a los votos religiosos para casarse, algo poco habitual pero posible. Resulta más difícil hacer compatible esta identidad de personas con los datos adicionales que la abadesa aporta sobre su madre, de la que dice que se llamaba Mayor González; sin embargo, la mujer de Diego López era la infanta Violante, hermana de Sancho IV, y aun suponiendo que se hubiese vuelto a casar, no sería posible que una hija de ese segundo matrimonio tuviese en 1303 edad suficiente para ser abadesa.
Ante estas dificultades, hay que optar por suponer que esta abadesa María Díaz de Haro es una tercera persona.
Sí se puede afirmar que, antes de ingresar en el cenobio de San Salvador de Cañas, estuvo casada, posiblemente con Rodrigo Gil, por quien estableció un aniversario en el hospital de Carrión en 1303. Es lógico pensar que habría enviudado poco antes de profesar como monja.
A pesar de algunas informaciones, que adelantan su abadiato a los años 1274-1286 o lo prolongan hasta 1316, las pruebas documentales sólo permiten afirmar rotundamente que fue abadesa de San Salvador de Cañas entre 1302 y 1304, ya que entre 1274 y 1289 figuran otras abadesas (Urraca López y Aldonza), así como a partir de 1310 (Mayor Ortiz).
En cualquier caso, es la última abadesa de este monasterio de Cañas vinculada a la casa de Haro y, como miembro de esa familia, tuvo también fácil acceso a la Corte real; ello puede deducirse de la obtención, en un plazo muy breve, de tres privilegios del rey Fernando IV: concesión de mercado franco en la villa de Cañas y protección, frente a los recaudadores reales, para los lugares abaciales de Quintanilla de San García y de Valluércanes.
Pocas noticias más se tienen de ella, aparte de algunos documentos de gestión patrimonial del monasterio.
Seguiría ejerciendo como abadesa hasta la muerte, como era práctica habitual, pero sin que se pueda precisar ese momento; desaparece de la documentación en 1305, pero hasta 1310 no se constata la presencia de otra abadesa.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Clero, carpeta 1025.
F. Abad León, Real monasterio de Cañas: nueve siglos de fidelidad, Logroño, Ochoa, 1984; G. Baury, Étude socio-économique du Monastère de Cañas: 1169-1300, Paris, G. Baury, 1996; Les religiesuses en Castille, xiie-xiiie siècles: Ordre Cistercien et patronages aristocratiques, Saint-Denis, Université Paris VIII, 1999.
Margarita Cantera Montenegro
