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Isabel de Aragón o de Portugal

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Biografía

Isabel de Aragón o de Portugal, Santa. La reina santa. Zaragoza, 4.VI.1271 – Estremoz (Portugal), 4.VII.1336. Reina de Portugal, infanta de Aragón, santa.

Hija de Pedro III de Aragón y de su mujer, Constanza de Nápoles, era, por su ascendencia materna, nieta de Manfredo, el cual había usurpado las Coronas de Nápoles y de Sicilia. Por parte de padre era nieta de Violante de Hungría y sobrina de santa Isabel, reina de Hungría. En conformidad con la memorialística histórica, nació en Zaragoza el 4 de junio de 1271. A su vez, José de Barboza, en su Catalogo Cronológico, Histórico y Crítico de las reinas de Portugal y sus hijos, escribe que resulta dudoso afirmar que su nacimiento tuviera lugar en la ciudad aragonesa, y apunta la posibilidad de que éste hubiera acontecido en Barcelona, al considerar que la Corte de los reyes aragoneses permaneció durante largo tiempo en esa ciudad catalana.

Aunque se sabe muy poco acerca de su niñez, existe una corriente histórica que defiende la idea de que, desde su más tierna edad, manifestaba señales de profunda fe religiosa, que se consustanciaba en la práctica constante de oraciones, la abstinencia y el uso de cilicios para la mortificación de su cuerpo.

Cuando Alfonso III de Portugal falleció, el 16 de febrero de 1274, le sucedió su hijo Dionís, que apenas tenía diecisiete años. Ocho años después de haber iniciado su reinado, el joven Monarca tomó la decisión de esposarse con la princesa Isabel, cuando ésta apenas tenía diez años. Isabel era disputada por los herederos de los Reinos de Francia y de Inglaterra, lo que obligó a los negociadores portugueses a una batalla diplomática para lograr su propósito.

La princesa Isabel recibió de su novio en arras los castillos de Vila Viçosa, Monforte, Sintra, Ourém, Feira, Gaia, Lanhoso, Nóbrega, Santo Estevão de Chaves, Portel, Monforte de Rio Livre y Montalegre. La boda se efectuó en Barcelona, mediante procuración del Rey portugués el 11 de febrero de 1282, cuando había cumplido once años. Viajó a Portugal acompañada por su padre hasta la frontera de Castilla. A partir de este Reino la acompañó Jaime, hijo de Alfonso X el Sabio. Entró Isabel en Portugal por la frontera de Braganza, donde le esperaba Alfonso, hermano de Dionís, que le hizo compañía hasta Trancoso, donde la esperaba el Rey, lo que ocurrió el 24 de junio de 1282.

Durante su estancia en tierras de Portugal, la Reina puso en práctica sus virtudes intrínsecas. Donde llegaba acogía a los pobres, les daba comida y lavaba sus pies. Procedía de igual modo con otros desafortunados a quienes daba generosas limosnas. Atendía con el mayor cuidado y afecto a los hijos ilegítimos del Rey que buscaban en la Reina el agasajo y la amistad.

En 1298 la reina Isabel acompañó a su marido hasta la frontera, en Fuente Guinaldo, con la finalidad de entrevistarse con su hija la reina Constanza, casada con el rey Fernando IV. Acompañó aun a su marido en la importante misión, realizada conjuntamente con su hermano Jaime II, de arbitrar la contienda entre Fernando IV y el infante Fernando de la Cerda.

Ambos disputaban el Trono de Castilla. El éxito en la resolución del pleito se debió en buena medida a la acción apaciguadora de la Reina.

Empeñado el Monarca en ocupar un lugar destacado en las relaciones políticas con Castilla y Aragón, tomó la iniciativa, en julio de 1304, de emprender un largo viaje hasta esos dos reinos. Jaime II exigió la presencia de su hermana, cuya intervención política consideraba indispensable debido a su trato y a su ejemplar llaneza. Las relaciones entre los tres Reyes redundaron en un éxito pleno, y se acordó que la soberanía de Castilla se aplicara a Murcia y Molinaseca.

En cuanto a Aragón, pasaría a ejercer soberanía sobre Cartagena, Elche y Alicante. En señal de reconocimiento Fernando IV ratificó la entrega del Algarbe efectuada por Alfonso X a Dionís.

La inestabilidad política y social empezó a extender sus tentáculos con la guerra civil iniciada en 1317 entreel Rey y su hijo el príncipe heredero Alfonso, que se arrastró hasta el año de la muerte del Monarca, ocurrida el 6 de enero de 1325. Uno de los factores de la discordia consistía en los celos que el príncipe denotaba hacia su hermanastro Alfonso Sánchez, por quien el Monarca nutría el mayor afecto. La reina Isabel sufrió muchísimo con la mala conducta de su hijo en relación con su padre. Este hecho no impidió que Isabel avisara a su hijo siempre que éste corría peligro.

Otras veces le ayudaba con dinero cuando se sentía agobiado. Avisado el Monarca de la conducta de su mujer, le privó de algunos rendimientos provenientes de sus propiedades. Enfadado el Monarca, obligó a su mujer a un destierro en la villa de Alenquer, sin que pudiera salir sin permiso.

La guerra civil se desarrolló a lo largo de diversas etapas, sin que la Reina pudiese superar las dificultades existentes. A finales de 1323, mal aconsejado, el príncipe partió con sus partidarios en dirección a Lisboa. Los ejércitos se encontraron en esta ciudad, siendo la batalla inminente. La Reina se interpuso entonces entre los dos contendientes, padre e hijo.

Se dirigió hacia el infante censurándolo por no haber respetado la paz anteriormente firmada con su padre en Leiria. Asimismo, de inmediato habló con el Rey y calmó su ira. El infante se dirigió a su padre y le imploró su perdón. Gracias a Isabel, la paz fue firmada el 25 de febrero de 1324.

El Rey, durante su enfermedad, fue atendido cariñosamente por la Reina. Después de su muerte, en 1325, la Reina partió como peregrina a Santiago de Compostela en el mes de junio, medio año después de la muerte de su marido. Asistió en esta ciudad, el 25 de julio, a las conmemoraciones en honor del santo apóstol. Lo hizo con discreción y humildad, haciéndole donación de su corona. Otra ofrenda consistió en un paño con los símbolos de Portugal y Aragón.

En 1335, año del jubileo, volvió Isabel a Santiago como peregrina anónima, con el propósito de orar por la salvación de su alma. Sintiéndose enferma se dirigió a Estremoz para entrevistarse con el rey Alfonso IV. En esta ciudad falleció, víctima de un cáncer, el 4 de julio de 1336, a los sesenta y cuatro años de edad. El féretro fue llevado a Coímbra el 13 de julio de ese año, siendo enterrado en la tumba que ella mandó construir. Isabel obtuvo el rango de santa el 25 de mayo de 1625 por decisión del papa Urbano VIII.

 

Bibl.: F. Francisco de la Figanière, Memórias das Rainhas de Portugal, vol. I, Lisboa, Typographia Universal, 1859; F. da Fonseca Benavides, Rainhas de Portugal, vol. I, Lisboa, 1878; A. de Vasconcelos, Dona Isabel de Aragão. A rainha Santa, vols. I y II, Coimbra, Arquivo da Universidade, 1891-1894; R. de Pina, Chronica de El Rey Don Afonso IV, Lisboa, Biblion, 1936; Crónica de D. Dinis, Porto, Civilização, 1945; Crónica de D. Dinis, ed. crítica de C. da Silva Tarouca, Coimbra, Universidade, 1947; A. San Vicente Pino, Isabel de Aragón. Reina de Portugal, Zaragoza, Diputación Provincial, Institución Fernando el Católico, 1971.

 

Humberto Baquero Moreno

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