Quijada de Solórzano y Dueñas, Jerónimo de. Paredes de Nava (Palencia), c. 1595 – Milán (Italia), 1652. Caballero de la Orden de Santiago, consejero de Indias, gran canciller de Milán.
Nacido en Paredes de Nava era hijo de Juan Quijada de Solórzano, natural y vecino de Paredes de Nava, que ganó ejecutoria de hidalguía en Valladolid (21 de febrero de 1614), regidor por el estado de hijosdalgo en Paredes de Nava (1619), y de María Manuela de Dueñas, natural y vecina de la misma villa.
Se graduó de bachiller y licenciado en Leyes, desempeñándose como procurador del estado de hijosdalgo de Paredes de Nava y fue elegido su regidor por dicho estado (1620).
Fue nombrado fiscal de la Real Audiencia de Galicia, plaza desde la que fue promovido a la Fiscalía de lo Civil de la Audiencia y Chancillería Real de Valladolid (18 de noviembre de 1633), de la que prestó juramento antes que acabara el año (12 de diciembre de 1633) y cinco años más tarde fue promovido a una plaza supernumeraria de oidor en el mismo tribunal (4 de marzo de 1638) con la comisión de ir a desempeñar el corregimiento de Vizcaya, a cuyo destino partió después de haber tomado posesión como oidor (11 de marzo de 1638). No regresó a Valladolid, pues cuando todavía permanecía en Vizcaya se le concedió una plaza supernumeraria de alcalde de Casa y Corte (11 de octubre de 1639), autorizándole a que prestara juramento ante el Consejo de Cantabria (25 de junio de 1640).
Fue promovido a una plaza togada en el Consejo de Indias para la vacante del fallecido licenciado Juan de Mena (23 de diciembre de 1644), pero casi no llegó a servirla porque a los pocos meses fue nombrado gran canciller del Estado de Milán (mayo de 1645), para sustituir a Briceño que regresaba a los Reinos de España, pero conservando su plaza en el Consejo con antigüedad, salario y emolumentos (17 de junio de 1645) y agraciado con un hábito de la Orden de Santiago partió a servir tal destino, en el que se mantuvo hasta su muerte y durante cuyo desempeño tuvo permanentes conflictos con el gobernador y con el Senado de Milán debido a sus pretensiones de ejercer una serie de competencias que le eran desconocidas por ambas instituciones.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Quitaciones de Corte, leg. 21; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Consejos, lib. 726, fols. 195r.-196r., 374v.-375r. y 395r.-396r.; Consejos, lib. 727, fols. 3v.-4v., 21v.-22r., 238v.-240r., 264v.- 265v. y 269r.; Órdenes-Expedientillos, exp. 2.843; Órdenes- Santiago, exp. 6.771; Secc. Nobleza, Frías, c. 1.439, d. 1.
E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias. Su historia, organización y labor administrativa hasta la terminación de la Casa de Austria, I, Sevilla, Universidad, 1935, pág. 360; M.ª S. Martín Postigo, “Los fiscales de la Real Chancillería de Valladolid”, en Anuario de Estudios Medievales, 18 (1988), pág. 426; C. Domínguez Rodríguez, Los Oidores de las Salas de lo Civil de la Chancillería de Valladolid, Valladolid, Universidad, 1997, pág. 60; G. Signorotto, Milán español, Madrid, La Esfera de los Libros, 2006, págs. 93, 160-165, 170 y 255.
Javier Barrientos Grandon
