Ayuda

Elías Martínez Gil

Biografía

Martínez Gil, Elías. Valencia, 1822 – 1892. Médico.

Fue director de los Museos Anatómicos de la Facultad de Medicina de Valencia desde 1846. El plural “museos” se refería a las secciones de anatomía normal, patológica y micrográfica, que sirvieron de principal escenario inicial de la práctica sistemática en Valencia de la histología y la histopatología basadas en la teoría celular. El desarrollo que llegaron a alcanzar se refleja en el hecho de que la facultad celebrara en 1873 un “claustro en favor de la histología”, que elevó una protesta al Gobierno porque se hubiera dotado únicamente la cátedra madrileña de la disciplina. Los nueve puntos en los que se basó la protesta son: primero: que desde hace algunos años vienen dándose en las cátedras de anatomía descriptiva y general y en la de Anatomía Topográfica o Quirúrgica de esta facultad explicaciones de histología, todo lo extensas y minuciosas que permiten asignaturas tan vastas [...]; segundo: que antes de que por el decreto de 9 de noviembre de 1866 se exigieran en la enseñanza de la Anatomía General las nociones y uso del microscopio, se empleaba ya éste en las lecciones de Histología dadas en esta escuela; tercero: que igualmente se emplea este medio de demostración en la asignatura de Fisiología; cuarto: que en las clínicas, cuando algún caso patológico lo requiere para establecer el diagnóstico de una dolencia de un modo fijo y preciso, o para comprobar previamente el formado, se recurre a las demostraciones de los elementos morbosos y de las metamorfosis que los tejidos experimentan, lo cual constituye conocimientos detallados en Anatomía Patológica; quinto: que para satisfacer a estas necesidades del servicio de la enseñanza, cuenta la facultad con preparaciones microscópicas frescas que oportunamente se confeccionan, con las naturales conservadas y las ampliaciones artificiales que facilitan en gran manera la comprensión de lo que en el microscopio se observa [...]; sexto: que posee y emplea esta facultad los medios necesarios para la disección, inyecciones y preparación completa de objetos microscópicos destinados a la enseñanza y preparados en la sección de museos anatómicos, haciendo uso para las demostraciones de los microscopios más perfeccionados de Amici, Chevalier, Nachet y Harnack; séptimo: que en las cátedras de Patología Quirúrgica y Médica y en la de Ginecología sirven de base las alteraciones de los elementos constitutivos de los tejidos y órganos para el estudio de las enfermedades; octavo: que en la obra de Anatomía Descriptiva y General publicada por uno de los catedráticos de esta asignatura en Valencia [la de José María Gómez Alamá] se exponen las ideas más útiles si bien elementales en el ramo de la histología [...] y asimismo el catedrático de Patología Quirúrgica, autor de un trabajo de la inflamación [León Sánchez Quintanar], funda el estudio de ésta en las evoluciones de los elementos anatómicos comprobadas con el microscopio; noveno: que deseoso este centro de enseñanza de dar toda la extensión posible a los estudios histológicos, propuso al Ministerio de Fomento, el 31 de enero de 1872, el establecimiento de un gabinete y cátedra práctica de experimentación con objeto de ampliar los conocimientos adquiridos en las diferentes asignaturas [...] y a pesar de no haber correspondido el gobierno a las instancias del rectorado, se halla establecida y agregada a los museos anatómicos una sección práctica de Histología e Histoquimia, aplicada a las exigencias de la enseñanza médica.

El interés por la histología era compartido también por los estudiantes, que convirtieron a Schwann y a Virchow en figuras mitificadas. Cuando, cinco años después de esta protesta institucional, se jubiló Schwann, la Sociedad Médica Escolar le dirigió una felicitación que éste contestó con una interesante carta.

La excepcional competencia técnica de Martínez Gil condujo a que fueran premiados con medallas los “trabajos anatómicos” que, en nombre de la Facultad, presentó en la Exposición Universal de París (1867) y en la de Viena (1873). En el terreno histopatológico, destacan sus análisis microscópicos de las lesiones, en especial los tumores de los casos operados por Enrique Ferrer Viñerta, catedrático de Clínica Quirúrgica. Ambos pertenecieron a la Sociedad Histológica Española desde su fundación en 1874 por Aureliano Maestre de San Juan, el primer maestro de Cajal. La labor de Martínez Gil culminó con su Tratado de anatomía de los humores o de hidrología orgánica general del cuerpo humano, con sus deducciones aplicables a la higiene, a la patología y a la terapéutica (1883). En esta obra, que sobresale desde el punto de vista técnico, asoció su experiencia micrográfica con una rigurosa información sobre química fisiológica e incluso con algunos materiales de las entonces nacientes biofísica y microbiología médica.

La parte introductoria, que parte de supuestos fundamentales basados en el movimiento molecular, admite las “lagunas” del conocimiento científico de los humores orgánicos. La segunda está dedicada a una consideración general de la “materia líquida en el organismo”, distinguiendo entre caracteres (numéricos, físicos, químicos y organolépticos) y propiedades, vocablo que designa los procesos hidrodinámicos, químicos y vitales. La tercera, a la “composición elemental de los humores”, tanto desde el punto de vista químico como anatómico. Tras el estudio monográfico de una veintena de elementos químicos, se incluye el de casi un centenar de principios inmediatos divididos en principios minerales o no carbonados (cloruros, sulfatos y fosfatos), y orgánicos. A continuación figuran los elementos anatómicos de los humores, siendo especialmente detallada la exposición de los hematíes, los leucocitos, los espermatozoides y los óvulos. El texto termina con una propuesta de clasificación de los humores derivada de los estudios biológicos y una síntesis de su composición.

En páginas aparte, se incluyen sesenta y dos figuras micrográficas, según las observaciones del autor y de los más autorizados biologistas, que responden a las técnicas minuciosamente expuestas en los distintos capítulos.

Un año después de la publicación del Tratado de Martínez Gil, Cajal pasó a ocupar una de las cátedras anatómicas de la Facultad de Medicina de Valencia.

Conocía muy bien su labor, entre otras razones, porque su padre se había licenciado en ella.

 

Obras de ~: Tratado de anatomía de los humores o de hidrología orgánica general del cuerpo humano, con sus deducciones aplicables a la higiene, a la patología y a la terapéutica, Valencia, Imprenta de Manuel Alufre, 1883.

 

Bibl.: J. M.ª López Piñero, F. Jerez Moliner y A. Martínez Almagro, Clásicos morfológicos valencianos del Renacimiento al siglo XIX, Valencia, Morphos, 1997, págs. 134 y 145- 147; J. M.ª López Piñero y F. Jerez Moliner, Contribuciones valencianas a la imagen científica del cuerpo humano y de los animales y las plantas del mundo (siglos xvi a xix), Valencia, Cátedra de Eméritos de la Comunidad Valenciana, 2004 (2.ª ed.) (CD interactivo); J. M.ª López Piñero, La medicina y las ciencias biológicas en la historia valenciana, Valencia, Ajuntament, 2004, págs. 276-280.

 

José María López Piñero

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía