Opisso Sala, Ricard. Tarragona, 20.XI.1882 – Barcelona, 21.V.1966. Dibujante, ilustrador y pintor.
Nació en el seno de una familia acomodada. Su padre, Alfred Opisso, pese a ser licenciado en Medicina, se dedicó al periodismo y a la crítica artística, desde las páginas de distintas publicaciones. Fue director de la Ilustración Ibérica y codirector de La Vanguardia. Su afición a las Bellas Artes le llevó a la redacción de la obra Arte y artistas catalanes, que analizaba y valoraba la obra de los principales exponentes pictóricos de la última década del siglo xix. La inclinación y la aguda sensibilidad de su padre hacia las artes plásticas, sumadas a unas dotes innatas para el dibujo del joven Ricard, fueron decisivas para el inicio de su carrera artística. No obstante, a pesar de ser descendiente directo del antiguo director de la Escuela de Bellas Artes, el pintor Pere Pau Muntanya, tuvo una formación al margen de la institución. Su trayectoria se inició cuando entró de aprendiz en el estudio de Gaudí en la Sagrada Familia a mediados de la última década del siglo xix. Allí realizó labores de delineante, fotógrafo, e incluso de modelo para las esculturas de la fachada del Naixement del Templo Expiatorio. Compaginó su trabajo en el estudio del arquitecto con el aprendizaje de dibujo del natural en el Círcol Artístich de Sant Lluchy y la asistencia al cenáculo de jóvenes pintores de Els Quatre Gats. De dicho grupo formaban parte los artistas más inquietos del ámbito barcelonés: Pablo Picasso, Joaquim Mir, Isidre Nonell, Carles Casagemas, entre otros rebeldes de gran talento.
En los primeros años del nuevo siglo abandonó el estudio de Gaudí y se dedicó intensamente hasta su muerte, y de manera casi exclusiva, a la ilustración gráfica en numerosas publicaciones periódicas de diverso carácter. Inició su trayectoria de ilustrador en la revista de sátira política catalanista conservadora ¡Cucut! vinculada a la Lliga Regionalista. Posteriormente trabajó para la más izquierdista y republicana Esquella de la Torratxa y ocasionalmente para la Campana de Gracia. En dichas publicaciones, sus dibujos ilustraban de manera irónica las situaciones arbitrarias y absurdas de la actualidad política internacional y de nuestro país. Igualmente colaboró en otras publicaciones de distinta temática, incluso erótica, en las que firmaba con el pseudónimo de “Bigre”. Sus dibujos se encuentran en revistas como Papitu, KDT, El Caloyo, Bartolo, La guindilla, en infantiles como TBO, Pocholo y en deportivas como Xut y Campeón. También ilustró obras literarias, manuales de urbanidad, realizó carteles, anuncios, etc. En un ámbito temático más concreto cabe señalar que durante la década de 1920 sus composiciones de multitudes, publicadas mayoritariamente en l’Esquella de la Torratxa y que se distinguían por representar eventos y fiestas callejeras, alcanzaron una gran popularidad. En ellas se representan con hilarante humor las situaciones absurdas y los despropósitos de un gran número de personajes que llenan la totalidad de la composición. El aspecto tumultuoso y alegremente dinámico de estas obras llamaba poderosamente la atención del público, que se deleitaba contemplando una por una el cúmulo de anécdotas divertidas que protagonizaban los personajes.
En general, la calidad y la amplia difusión de sus creaciones le aportaron un sólido reconocimiento, sobre todo en el género del dibujo humorístico. Por otra parte, su no tan abundante producción pictórica estuvo siempre presente en las exposiciones artísticas oficiales de Barcelona y en las colectivas más significativas de la ciudad. A partir de la tercera década de siglo realizó exposiciones individuales de dibujos que evocaban el mundo artístico del cambio de siglo y que gozaron de una significativa aceptación por parte del público y de la crítica. Inicialmente, en su juventud su lenguaje expresivo fue afín al de los creadores posmodernistas de su generación, pero evolucionó adaptándose a la sensibilidad del Noucentisme y de las tendencias artísticas posteriores, sin llegar nunca a los postulados vanguardistas. Del mismo modo, la constante temática de su obra fue la representación de la cotidianidad callejera y del ambiente artístico bohemio del fin de siglo. Todo ello le convirtió en un verdadero cronista gráfico costumbrista. Dicha circunstancia le comportó un prestigio que iría más lejos del estricto mundo de las Bellas Artes. A Ricard Opisso se le ha considerado como uno de los dibujantes más representativos del arte catalán de las primeras décadas de siglo xx. Su producción gráfica refería el ambiente popular de la sociedad barcelonesa con un humor incisivo y cargado de ironía. Asimismo, dejó un testimonio gráfico inigualable de la bohemia modernista finisecular, sobre todo de los personajes asiduos a la taberna de Els Quatre Gats. Sin ninguna duda fue uno de los dibujantes más populares y queridos por la sociedad del siglo pasado y actualmente ocupa un lugar de excepción en la historia de las artes gráficas en el ámbito catalán.
Obras de ~: Andamios de la Sagrada Familia, 1898-1900; El pintor Joaquim Mir, 1898; Autorretrato, c. 1900; Vendedor de Pavos, c. 1900; Dibujando en el bar, c. 1900; La hora del té, c. 1905-1910; Pareja con buldog, c. 1915-1920; Cotilleando, 1920; La Rotonda, 1927; En el café París, 1927; Banquete homenaje a Opisso, 1932; La joven del sofá, 1940.
Escritos: Barcelona, Barcelona, Llibreria Espanyola, 1926.
Bibl.: T. Salvador, Álbum d’Opisso, Barcelona, Marte, 1965; J. M. Cadena, Opisso, Barcelona, Saturno, 1970; VV. AA., Exposición Ricardo Opisso. 1880-1966, Barcelona, INLE, 1979; Opisso, Barcelona, Nou Art Thor, 1986; VV. AA., Opisso 1880-1966, Barcelona, Fundació Caixa de Pensions, 1988; J. M. Cadena, Opisso, Barcelona, Petritxol 8, 2003; J. À. Carbonell y N. Vélez, Opisso, Tarragona, Fundació Caixa Tarragona, 2003.
Jordí À. Carbonell
