Solórzano, Gonzalo de. Torralba (Cuenca), p. s. xvi – Noreña (Asturias), 26.IX.1580. Eclesiástico, catedrático, obispo de Mondoñedo y Oviedo.
Era natural de la villa de Torralba, señorío de los Carrillo de Albornoz, de la diócesis de Cuenca. Fueron sus padres Gonzalo de Muelas y Morillas, de una familia que se decía procedente de los primeros conquistadores de Cuenca, y su mujer, Catalina de Solórzano, de origen montañés. Era primo del historiador y poeta Alonso de Espinosa, arcediano de Tineo.
Estudió en la Universidad de Salamanca, donde fue colegial del Mayor de Santiago El Cebedeo, vulgo de Cuenca, en 1550. Experto teólogo y aficionado a las obras clásicas, fue continuo lector de Plinio, tuvo en aquel estudio general, por sustitución, la cátedra de Sagrada Escritura, que tenía en propiedad el famoso maestro Gallo, entonces ausente. Magistral de la iglesia de Zamora, Felipe II, lo presentó para la sede de Santo Domingo, en América, pero no la aceptó. El 13 de enero de 1567 fue preconizado obispo de Mondoñedo, mitra de que tomó posesión el 18 de octubre siguiente. Promovido a la diócesis de Oviedo el 18 de febrero de 1570, tomó posesión de ella, por procurador, el 18 de mayo, y entró por primera vez en la ciudad episcopal el 28 de junio siguiente. Sin embargo no estuvo contento en Asturias, pues en 1574 pedía a Felipe II que lo sacara de aquellas montañas, en donde padecía numerosos pleitos y disgustos.
Durante su pontificado en Oviedo, la mitra se vio despojada de casi todo su señorío, por autorización papal a Felipe II, a fin de sufragar los gastos de la Corona, a cambio de ciertas compensaciones económicas.
Como obispo ovetense tuvo ocasión de promocionar a diversas piezas del cabildo de la catedral, a numerosos parientes, allegados y paisanos.
Todos los autores están de acuerdo en que la desamortización le produjo tal disgusto que a su consecuencia falleció. Muerto en Noreña, su cuerpo fue sepelido en esta villa, de allí un criado suyo, cura de San Miguel de Lada, Langreo (Asturias), clandestinamente lo llevó a su parroquia. Descubierto el hurto, el nuevo obispo de Oviedo, fray Francisco de Orantes y Villena, mandó depositarlo en la catedral. En 1582, al fin, se le trasladó, según los deseos del difunto, a su villa natal.
En Torralba fundó una capilla bajo la advocación de la Conversión de San Pablo, a cuyo servicio debían de estar seis capellanes, uno de ellos con título de mayor, y dos de los cuales se dedicarían a la enseñanza de primeras letras y gramática a los naturales de la localidad.
Dejó también renta para la educación de niñas.
Fuentes y bibl.: Archivo Capitular de Oviedo, Actas capitulares, 12. Posesiones, 2; Archivo de la Universidad de Salamanca, lib. 2288; Informaciones de colegiales del Mayor de Santiago o Cuenca (1550-1578), Expediente de Gonzalo de Solórzano (1550).
Fr. M. Risco, España Sagrada, XXXIX, Madrid, Viuda e hijo de Marín, 1795, págs. 130-133; G. González Dávila, Teatro eclesiástico de la santa Iglesia de Oviedo, Madrid, José Porrúa Turanzas Editor, 1959, págs. 85-86; t. de Avilés, Armas y linajes de Asturias y antigüedades del Principado, Oviedo, Grupo Editorial Asturiano, 1991, págs. 268-269; M.ª A. Faya Díaz, Los señoríos eclesiásticos en la Asturias del siglo xvi, Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 1992; M. Barrio Gozalo, El Real Patronato y los obispos españoles del Antiguo Régimen (1556-1834), Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2004, pág. 172.
Manuel de Abol-Brasón y Álvarez-Tamargo
