Fue hijo del III conde de Miranda, mayordomo de la emperatriz Isabel. Estudió Teología en Salamanca bajo la dirección de Francisco de Vitoria, donde ocupó la Cátedra correspondiente a esta disciplina entre los años 1547 y 1550. Por su virtud y santidad, se hizo merecedor de que se le nombrase abad de Castro, en la diócesis de Burgos y abad de San Isidoro de León. Por indicación de Domingo de Soto, el emperador Carlos V lo presentó para el obispado de Segovia y el papa Julio III lo preconizó el 27 de junio de 1550, tomando posesión de la diócesis el 24 de septiembre de 1550. Asistió al Concilio de Trento, participando en las últimas sesiones de la segunda etapa. El 14 de enero de 1552 fue nombrado miembro de la comisión de la redacción de los cánones sobre la misa y el sacramento del orden. Los días 12 de enero y 24 de abril de 1552 tuvo sendas intervenciones sobre el sacramento del orden y la misa y sobre la supresión o prorrogación del Concilio respectivamente. [...]