Zarraonaindía Montoya, Telmo. Zarra. Asúa (Vizcaya), 20.I.1921 – Bilbao (Vizcaya), 23.II.2006. Futbolista.
Su nombre ha quedado para siempre como referencia de ariete impetuoso, rematador, abrazado perpetuamente al gol y, sin embargo, noble hasta el punto de despreciar ocasiones cuando el portero adversario yacía en el suelo, doliéndose después de un choque. Ya en la infancia, viendo preparar la maleta a su hermano mayor, guardameta titular del Arenas guechotarra y Osasuna, soñaba con ser futbolista profesional algún día. La oportunidad le vino tras la Guerra Civil. Ocho partidos con el Erandio, en los que cantó cinco goles, le bastaron para ingresar en el Atlético de Bilbao, donde desarrollaría casi toda su fecundísima carrera.
Campeón de Liga la edición 1942-1943 y de Copa en 1943, 1944, 1945 y 1950, fue veinte veces internacional entre 1945 y 1951, saliendo a un promedio de gol por partido. Tampoco quedan atrás sus índices en el Campeonato de Liga, donde pudo cantar 259 dianas en 276 partidos y se hizo con el entorchado de máximo anotador en los campeonatos 1944-1945, 1945-1946, 1946-1947, 1949-1950 y 1950-1951. Su marca, por cierto, aún no ha sido superada. Formidable cabeceador, hasta el punto de definírsele como la mejor cabeza europea después de la de Churchill, su gol más famoso, mitificado por la retransmisión radiofónica de Matías Prats, lo anotó con el pie en el Mundial carioca de 1950, haciendo hincar la rodilla a Inglaterra. Cuando aquel Athletic cuya delantera se recitaba de memoria —Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza— tuvo que abordar el imprescindible relevo generacional, se enroló en el Indauchu, entonces encuadrado en Segunda División. Corría el año 1955 y sumaba treinta y cuatro años y medio, demasiados en apariencia, si bien resultaría sumamente rentable no sólo para el devenir deportivo del modesto club, al anotar veinticuatro goles, sino para las arcas de todos los equipos encuadrados en el Grupo Norte de esa categoría, cuyos campos se llenaron a reventar.
Animado por su buen rendimiento se incorporó al Baracaldo, también militante de Segunda, en vísperas del campeonato 1956-1957. Le fueron tributados dos homenajes nacionales, en el primero de los cuales llegó a entonarse por los altavoces del estadio Santiago Bernabéu un himno compuesto para la ocasión. Debutó como internacional empatando a 2 contra Portugal en Lisboa, el 11 de marzo de 1945, y se despidió con empate a 0 frente a Suecia en Estocolmo, el 17 de junio de 1951. Con su fallecimiento, acaecido al sufrir un infarto en su domicilio bilbaíno, se cerraba una de las páginas más brillantes del fútbol español. Antes de iniciarse los partidos correspondientes a la jornada 25 de Primera División y 26 de Segunda, se guardó en todos los campos un emotivo minuto de silencio en su memoria.
Fuentes y bibl.: Archivo del Centro de Investigaciones, Historia y Estadística del Fútbol Español.
Una vida de cara al gol: Zarra, el ariete de La Furia, Madrid, Marca, 1954; A. A palategui Aguirre, Zarra, Zarauz, Itxaropena Argitaldaria, 1965; J. de Olaso, Cuando el balón no es redondo, Bilbao, J. de Olaso, 1967; J. M.ª Múgica, P. Crespo y J. Baños, Athletic Club, Bilbao, International Book Creation, 1985; J. Baños et al., Equipos con Historia: Athletic Club, Madrid, Universo Editorial, 1990; V. Martínez Calatrava, Historia y estadística del fútbol español, Sitges (Barcelona), Fundación Zerumuga-V. Martínez, 2002-2006, 5 vols.; El Correo Español, 24 de febrero de 2006, editorial y págs. 46-51; El Mundo Deportivo, 24 de febrero de 2006, págs. 2-9; D. Guerra Gómez y B. de Matías Sánchez, Del gol de Zarra al de Iniesta: porque no siempre fuimos campeones, Huesca, Titano, 2012.
José Ignacio Corcuera Lizaso