Fernández Vítores, Juan Manuel. Fresneda de la Sierra (Burgos), 27.XII.1796 – Valladolid, 3.IX.1863. Político conservador.
Hijo de propietarios y labradores, en 1812 se trasladó a Valladolid, donde su hermano Buenaventura le colocó al frente de un molino de chocolate y una lonja de coloniales. No realizó estudios universitarios, pero su hermano mayor, Manuel Tomás Fernández de Santa Olalla, doctoral de la catedral de Salamanca y compañero y amigo de Manuel Joaquín Tarancón, se preocupó de que privadamente ampliara su formación.
Poco después, en 1818, contrajo matrimonio con Gregoria Guerra y Aragón, natural de Villarramiel de Campos, provincia de Palencia. Con ella vivió en el palacio del Almirante, solar en que poco después se construyó el teatro Calderón; en esa vivienda tenía cuatro criados, lo que demuestra su alto nivel de vida.
Durante el primer tercio del siglo xix Fernández Vítores se puso siempre de lado de los liberales, decantándose posteriormente por el moderantismo. Fue miembro de la Milicia Nacional en los años del Trienio Liberal, cuerpo al que también perteneció en los años treinta como soldado. Tuvo que emigrar a París cuando se restableció el absolutismo fernandino, capital en la que permaneció durante 1823 y a la que volvió años después por motivos comerciales.
A partir de la muerte de Fernando VII ocupó importantes cargos locales en Valladolid, siendo varias veces concejal y diputado provincial. En 1835 ostentó la presidencia de la Diputación Provincial y fue alcalde de Valladolid en dos ocasiones, entre 1837 y 1838 y en 1844; también formó parte de la Junta Provisional de Gobierno en el pronunciamiento de 1843 contra Espartero. Durante su primer mandato como alcalde, destacó en la defensa de la ciudad que se tuvo que organizar como consecuencia de la amenaza carlista de 1837. Fue igualmente presidente de la Casa de Beneficencia de Valladolid y miembro de varias instituciones culturales creadas en la ciudad a partir de los años treinta y cuarenta, como el Liceo, del que también fue socio fundador y participante en la redacción de su reglamento; la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, de la que también fue socio fundador; el Círculo de Recreo y la Academia de la Purísima Concepción.
Formó parte de la Junta Directiva del Comercio de Valladolid y fue Presidente de la Asociación de Propietarios de España (comisión de Valladolid).
En los primeros años de su vida fue tan sólo un pequeño propietario minorista con su comercio en la plazuela de las Angustias, pero luego se convirtió en un comerciante al por mayor y, sobre todo, en harinero, lo que le permitió acumular un importante capital en poco tiempo. Esto explica que durante los “motines del pan” de 1856 varias personas intentaran quemar su residencia por la representación que ejercía en el gremio de la harina, producto de primera necesidad.
En 1841 y en 1856 aparece como primer contribuyente de la ciudad y será un importante comprador de tierras durante la desamortización de Mendizábal.
Entre 1836 y 1842 compró 359 hectáreas de buena calidad en las comarcas de Páramos del Esgueva, Campiña del Pisuerga y Tierra del Vino, por las que pagó 863.000 reales. En 1846 instaló una fábrica de harinas en Renedo. Además fue uno de los principales accionista del ferrocarril Alar del Rey-Santander y miembro de la comisión del mismo.
Bibl.: C. González García-Valladolid, Datos para la historia biográfica de Valladolid I, Valladolid, Imprenta de Hijos de Rodríguez, 1893, págs. 470-472; G. Rueda Hernanz, La desamortización de Mendizábal en Valladolid (1836-1851). Transformaciones y constantes en el mundo rural y urbano de Castilla la Vieja, Valladolid, Institución Cultural Simancas, 1980, págs. 256-257; J. Luengo Sánchez, El nacimiento de una ciudad progresista. Valladolid durante la Regencia de Espartero (1840-1843), Valladolid, Ayuntamiento, 2005; J. Luengo Sánchez, “Fernández Vítores, Juan Manuel”, en P. Carasa (dir.), Diccionario Biográfico de Alcaldes de Valladolid. Del absolutismo a la democracia. Alcaldes y vida municipal en Valladolid (1810- 2010), Valladolid, Ayuntamiento, 2010, págs. 356-359.
Jorge Luengo Sánchez