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Bartolomé Muntané Cirici

Biografía

Muntané Cirici, Bartolomé. Igualada (Barcelona), 25.V.1899 – 3.VIII.1977. Militar y caballero Laureado de San Fernando.

Ingresó en la Academia de Infantería a los diecinueve años. En 1921 fue promovido al empleo de alférez y destinado al Regimiento de Vergara, pasando al año siguiente al de Ceuta.

Al ascender a teniente, en 1923, fue destinado al Regimiento de Jaén, y de éste a la Mehalla Jalifiana de Tetuán, destacando por su valerosa intervención en el mes de agosto en el levantamiento del sitio de Tifaruin.

Al conocerse la angustiosa situación en que por falta de agua se encontraba la guarnición de la posición de Kudia Tahar, cercada por el enemigo y que desde el 3 de septiembre de 1925 resistía los constantes ataques del numeroso enemigo que la rodeaba, el mando dispuso el día 7 que se organizase un grupo de cincuenta soldados indígenas voluntarios, que con un oficial deberían tratar de atravesar las líneas enemigas para socorrer la referida posición.

Formado este grupo con gente voluntaria, los demás oficiales juzgaron imposible el éxito de la empresa y manifestaron que iría gustoso el que fuese designado, y al presentarse entonces el teniente Muntané e indicársele el propósito, aun juzgándolo también de difícil realización, se ofreció voluntario, y a fin de aprovechar los momentos de entusiasmo de su gente distribuyó entre ella cuanto había de llevarse, y con sus armas y municiones salieron inmediatamente para las líneas más avanzadas, desde las que, al comenzar la noche, y previas acertadísimas disposiciones para la marcha, en los momentos en que el enemigo, empeñado en un ataque a la posición, había descuidado la vigilancia, se consiguió llegar sin baja alguna y entregar el convoy al jefe de aquélla en las primeras horas de la madrugada del día 8.

Terminado su cometido y al salir de la posición para incorporarse a la columna, el enemigo, que les descubrió, rompió fuego sobre ellos y les obligó a refugiarse en la posición Tienda Fortificada, en la que fueron cañoneados, ocasionando la muerte de dos de sus askaris y heridas a otros nueve y al kaid, y viéndose forzados a salir para evitar más bajas, se ocultaron entre las peñas próximas hasta la noche, en que, reunidos, continuaron la marcha.

A pesar de las precauciones adoptadas, fueron descubiertos, atacados y obligados a retroceder, si bien antes se lanzaron en decidida ofensiva para retirar las nuevas bajas, un sargento y un askari muertos y otros dos heridos. Nuevamente se acogieron a unas piedras, en las que, atrincherados, se defendieron durante dos días, decidiendo salir en la noche del primero, pero tuvieron que regresar, pues, creyéndoles enemigos, fueron tiroteados por sus propias tropas. Al amparo de una aguada próxima que encontraron, siguieron hasta la madrugada del día 13, teniendo durante la noche anterior que resistir un intenso ataque, pero al advertir que éste cesaba y que el enemigo se retiraba, emprendieron nuevamente la marcha, llegando a Tuab, donde fueron atendidos los heridos y continuando a Gorgues para incorporarse a la columna.

Su heroica actuación mereció ser recompensada con el empleo de capitán por méritos de guerra y con la Cruz Laureada de San Fernando, concedida por Real Orden de 6 de diciembre de 1928. Por igual hecho recibieron también la Cruz Laureada el comandante Francisco García Escámez, los capitanes José Gómez Zaracíbar y Miguel Rodrigo Rodrigo, y los tenientes José Martínez Anglada y Antonio Nombela Tomasich.

Tras su ascenso pasó a la situación de reemplazo en la 4.ª Región Militar, siendo en 1927 destinado al batallón de Montaña de Alfonso XII, regresando a continuación a la Mehalla Jalifiana de Tetuán.

El 14 de junio de 1929 le fue impuesta en Madrid la Cruz Laureada por Alfonso XIII. Dicha Cruz, en oro y plata con diamantes, rubíes y esmeraldas, le había sido regalada por suscripción popular del Ayuntamiento de Igualada, y se encuentra hoy en día depositada en el Museo de esta población.

En 1930 pasó a los Mozos de Escuadra de Barcelona, donde continuó al proclamarse la República, siendo trasladado en 1935 al batallón de Tiradores de Ifni como jefe del 1.er Tabor.

Al estallar la Guerra Civil continuaba en Ifni, que se mantuvo fiel al Gobierno con el apoyo del Tabor de Muntané, pero el 15 de agosto, aprovechando que éste había marchado a inspeccionar los puestos del interior, y al tener conocimiento del asesinato de Capaz, triunfó la rebelión, se detuvo a Muntané y se le dio opción a unirse al levantamiento o a marchar a la zona francesa, tomando esta última decisión, y, aunque después se puso al frente de una de sus mías en un intento de recuperar el mando, fue tarde, viéndose obligado a huir.

Ya en la Península, ingresó en el Cuerpo de Asalto y tuvo el mando de una de las agrupaciones de la columna Riquelme, pasando luego a las órdenes del coronel Salafranca (hermano del Laureado capitán Juan Salafranca) en el frente de Talavera, donde resultó herido en una mano y tuvo que ser hospitalizado.

En octubre de 1936 fue ascendido a comandante (más tarde convertido en mayor) por el Gobierno de la República y nombrado para prestar servicio en el Cuerpo de Seguridad de Barcelona. En diciembre de 1937, siendo todavía mayor, se le dio el mando del 2.º Regimiento de la 3.ª División del Ejército de Cataluña y, una vez sustituido éste por el Ejército del Este, el de la Brigada 139, con la que marchó a Andalucía.

En abril de 1938 fue nombrado jefe de la Comandancia Militar exenta de Almería, cesando en el mando de la Brigada. En septiembre, al organizarse en Andalucía la División 71, se le puso a su frente, regresando en diciembre a Cataluña para tomar el mando de la División 44, en Aragón.

En la batalla del Ebro mandó una agrupación compuesta por la División 44 reforzada con una compañía de blindados y un grupo de 105, y en marzo de 1939 tomó el mando del 11.º Cuerpo de Ejército, pasando más tarde al Estado Mayor del ejército del Este, mandado por Perea.

Perdida la guerra, se exilió a México, donde residió por espacio de treinta y siete años, regresando enfermo a Madrid, donde se le rehabilitó el empleo de comandante, retornando a su lugar de nacimiento, donde fallecería al poco tiempo de su llegada. Estuvo casado con María Soledad Ponte Fernández.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. M-4767.

J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.

 

José Luis Isabel Sánchez

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