Gómez de Ayala y Castro, Pío. Madrid, 12.VIII.1769 – Nápoles (Italia), c. 1850. Diplomático.
Hijo de Laureano Gómez de Ayala y García (Santa Cruz de Retamar, 1722), caballero de Carlos III (1791), contador de temporalidades, y de María Romualda de Castro y Zambrana (Osuna, 1744), ingresó en la carrera diplomática de mano de Floridablanca, como agregado a la Secretaría del Ministerio de España en Dinamarca (14 de abril de 1790), adonde llegó el 30 de septiembre. La caída de su protector en 1792 hizo que se alargara su estancia en Copenhague: en 1798 era “el más antiguo de los jóvenes de lenguas que tiene el Rey agregado a sus embajadores y ministros”, quedando sin efecto sus instancias para lograr un puesto de oficial en la primera Secretaría de Estado o de secretario de embajada en Lisboa (1800). Marchó con licencia a España pero se encontró en París con Azara, quien se lo llevó, como oficial, al Congreso de Amiens (27 de enero de 1801). Firmada la paz el 25 de marzo de 1802, Gómez de Ayala fue nombrado, el 5 de mayo, secretario de la embajada en Nápoles, y, el 10 del mismo mes, caballero de la Orden de Carlos III. Llegó allí el 30 de junio y, tras la salida del embajador, marqués de Mós, el 15 de septiembre de 1805, quedó encargado de los negocios. Cuando ocurrieron los acontecimientos de 1808, se apresuró a ir a Bayona a jurar al rey José (27 de julio) y, de vuelta a Nápoles, el 25 de octubre de 1809 fue premiado con la Cruz de caballero de la Orden Real de España y confirmado en su cargo el 31 de julio de 1811. Separado con motivo de quejas del gobierno napolitano y de sus dificultades con el vicecónsul Barberi (11 de marzo de 1812), se retiró a Florencia, desde donde intentó justificar su conducta al servicio del régimen intruso (1814). Regresado a España, presentó un expediente de purificación (1822), luego huyó a Francia para manifestar su adhesión a la causa del Rey. Otra vez en España logró una plaza de oficial interino en la primera Secretaría de Estado (24 de abril de 1823) y pidió, sin éxito, los consulados de Génova, Hamburgo o Liorna (1823- 1824). Tras unas semanas de intendente de policía en Extremadura (18 de septiembre de 1824), viajó con licencia a Italia, sobre todo a Florencia y Nápoles. El 6 de julio de 1828 consiguió ser nombrado cónsul en Liorna, donde residió hasta marzo de 1833. Embarcado en Nápoles para España el 8 de abril, fue jubilado el 8 de febrero de 1834. Mantuvo el contacto con Nápoles, adonde hizo varios viajes y, desde Madrid, no paró de solicitar el consulado de Nápoles.
Por fin, el 3 de diciembre de 1844, se le encargó que pasase a Nápoles “a arreglar la biblioteca y archivo de la legación de S. M.”, cometido con el que cumplió hasta 1848. Entre julio y octubre del mismo año hizo un corto viaje a Madrid, volviendo luego a Nápoles, donde falleció un poco más tarde. Se había casado, ya entrado en años, con Isabel García Marchiore, con la que tuvo una hija en 1841.
Fuentes y bibl.: Archivo General del Ministerio de Asuntos Exteriores, Personal, leg. 117, exp. 5721; Archivo General de Simancas, Dirección General del Tesoro, invent. 16, g. 22, leg. 52; Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 3559; Orden de Carlos III, exp. 1167.
D. Ozanam, Les diplomates espagnols du xviiie siècle, Madrid- Bordeaux, Casa de Velázquez-Maison des Pays Ibériques, 1998.
Didier Ozanam