Montserrat Navarro, Pantaleón. Maella (Zaragoza), 27.VII.1807 – Frascati (Italia), 21.VII.1870. Canónigo, obispo de Badajoz y Barcelona.
De familia noble, realizó sus estudios superiores en la Universidad de Zaragoza, licenciándose en Leyes y Cánones. Arcipreste, canónigo penitenciario y director del seminario diocesano de la sede de Tarazona, de la que llegó a ser también vicario capitular, fue designado obispo de Badajoz en 1862 (cuya silla le debe principalmente las terceras y modélicas Constituciones de su Seminario Conciliar); reemplazó casi sin solución de continuidad (1864) en Barcelona al muy famoso y controvertido José Costa y Borrás, auténtico líder de un extenso sector del episcopado isabelino. No obstante la brevedad de su gobierno, éste se distinguió por entibiar un tanto el encendido clima intelectual y periodístico de la ciudad condal en los años anteriores al estallido de la Gloriosa, con el que de nuevo la capital del principado se convirtió en el principal escenario del pensamiento y la propaganda anticlericales, pese a los denodados esfuerzos en contra del prelado. Llegado el Concilio Vaticano I, la excelente formación y clara inteligencia del obispo barcelonés brillaron con singular vigor en la que quizá fuera la intervención más doctrinalmente destacada y perspicaz de las de los representantes españoles en la Asamblea. Su nítida defensa (10 de junio de 1870) de la infalibilidad pontificia, no fue obstáculo para definir y ponderar un episcopalismo conforme a la mejor tradición de la Iglesia, que, difuminado en la Roma y el catolicismo del momento, vendría a ser, tiempo adelante, germen y semilla de corrientes muy fecundas de la eclesiología más ortodoxa.
Bibl.: P. Rubio Merino, El Seminario conciliar de San Atón de Badajoz (1664-1964), Badajoz, Monte de Piedad y Caja General de Ahorros de Badajoz, 1964; J. M. Cuenca Toribio, “La jerarquía eclesiástica en el reinado de Isabel II”, en Atlántida, 36 (1968), págs. 6900-6921; J. Martín Tejedor, “El episcopalismo de Montserrat y Navarro en el Concilio Vaticano I”, en Estudios Eclesiásticos, 45 (1970), págs. 533-565.
José Manuel Cuenca Toribio
