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Francisco Holbeque

Biografía

Holbeque, Francisco. Malinas (Flandes), s. xvi – ?, 1595. Destilador de Felipe II en Aranjuez.

Sin duda, la afición por la destilación fue inculcada a Felipe II por su tía María de Hungría, su tercera esposa Isabel de Valois y su consejero el cardenal Granvela, depositando en esta práctica la esperanza de hallar remedios para sus padecimientos. Por Reales Cédulas de Carlos V fechadas en 1536 y 1544, se manifestaba la voluntad del Rey de convertir la heredad de Aranjuez en un jardín italo-flamenco, pero fue Felipe II, siendo príncipe, quien empezó las obras en 1550. El año 1551 se inició el trazado del jardín bajo las ideas de Juan Holbeque (Jacques Holveck, Hollebecque, Hoivecq, según el autor que lo cite), jardinero de la reina María de Hungría, venido a España para trabajar al servicio del joven príncipe, y realizado por el arquitecto Juan Bautista de Toledo, quien retocó las ideas del jardinero en aras de que fueran más lógicas y posibles. Para su trabajo, tenía Toledo como ayudante a Juan de Herrera, quien, al fallecer el arquitecto en 1567, se hizo cargo de todo lo que Toledo había iniciado para el Rey. Como alcaide del Real Sitio nombró el Rey a Rugel Patie, de origen flamenco, tesorero y maestro de Cámara de María de Hungría, incorporado al séquito de Felipe II cuando éste regresó a España en 1559; el año 1561 el Rey le dio plenos poderes y libertad para que hiciera prados “a la manera de Flandes”, rodeados de árboles “como en aquellas partes se acostumbra”. En estos parterres se criaban plantas para destilar las aguas, por las que tanto interés tenía Felipe II. Así nació el “gran Jardín de la Isla” en las proximidades del palacio viejo de Aranjuez, en el que se instaló un destilatorio a cuyo cargo estuvo Francisco Holbeque (Frank Holbek), que vino de Flandes, hermano de Juan, con el nombramiento de simplicista y destilador real, designándose, a su vez, al maestro simplicista Luis de León el encargo de herborizar “por los reinos de Castilla”, para proporcionar plantas al destilador. La Real Cédula por la que se nombra a León indica que recibirá 1.000 reales, además de 300 ducados anuales como salario; todas las plantas, hierbas y simples que encontrase las enviaría a Madrid, donde se decidiría su utilización.

Francisco Holbeque estuvo dedicado, según consta en su contrato, “a servirnos en todas las cosas dependientes de su profesión”, y a la destilación de aguas medicinales, aromáticas y cosméticas, y quintaesencias. Residía en Aranjuez, pero debía desplazarse donde el Monarca le requiriera (El Escorial, Madrid, la casa de El Pardo, la del bosque de Segovia (Valsaín), la de Aceca, o al Álcazar de Toledo), “sin cobrar extraordinario alguno”. Administrativamente dependía de la Junta de Obras y Bosques, en materia sanitaria estaba supeditado a las órdenes de los médicos de Cámara, que le encargaban las aguas que precisaba el boticario mayor; económicamente, por Real Cédula de 1564 donde se le nombra “maestro simplicista y destilador de aguas”, se le asignó un sueldo anual de 100 ducados, aunque tres años más tarde (1567), por una nueva Real Cédula se le subió el salario a 300 ducados anuales.

En 1572 fue nombrado casero interino de Aranjuez, puesto vacante desde 1571, y en 1574 se le contrató definitivamente. En 1573 murió su hermano Juan, y Francisco asumió las obligaciones de éste hasta que, en 1580, fue confirmado jardinero mayor de Aranjuez; al tener que compatibilizar jardín y destilación, se le concedió dos ayudantes, Blas de Borgoña y su sobrino (venido de Flandes) Juan de Sauchois. En Aranjuez vivía Holbeque con su numerosa familia, que le ayudaba en los trabajos a desempeñar. El año 1583 falleció su esposa, y esta situación le llevó a pedir una ayuda económica al Rey “por la mucha necesidad”, justificándolo por las enfermedades que en su casa había tenido y por haber gastado mucho con motivo del fallecimiento de la esposa. Hacia mediados de 1595 se considera que ocurrió el fallecimiento de Holbeque, pues el Rey nombró como destilador a Antonio Canegieter, hasta entonces destilador de El Escorial.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Palacio, Cédulas Reales, t. II, fols. 75-76, 91 y 448v.-450v.; Cédulas Reales, t. III, fols. 48-48v., fols. 299v.-300; Cédulas Reales, t. IV, fol. 117v.; Archivo Patrimonial de Aranjuez, Caja 165, exp. 6; Archivo General de Simancas, Casas y Sitios Reales, leg. 252:3, fols. 125-131; Casas y Sitios Reales, leg. 275:1, fols. 15-16; Casas y Sitios Reales, leg. 321, fol. 3.

F. Íñiguez Almech, Casas reales y jardines de Felipe II, Roma, 1952; F. C heca, Felipe II mecenas de las artes, Madrid, Nerea, 1992; M. Rey Bueno y E. Alegre Pérez, “La ordenación normativa de la atención sanitaria en la Corte de los Habsburgo españoles”, en Dynamis, n.º 18 (1998); M. Rey Bueno, Tradición y modernidad. La asistencia farmacéutica en la Corte española de los siglos xvi y xvii, tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 1999; M.ª M. Rey Bueno y M.ª E. Alegre Pérez, “Renovación en la terapéutica Real: los destiladores de Su Majestad, maestros simplicistas y médicos herbolarios de Felipe II”, en Asclepio, vol. LIII, fasc. I (2001); J. Puerto Sarmiento, La Leyenda verde: naturaleza, sanidad y ciencia en la Corte de Felipe II (1527-1598), Valladolid, Junta de Castilla y León, 2003.

 

María Esther Alegre Pérez

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