Orbés Casanova, Isidro Marcelino. Marceline. Jaca (Huesca), 15.V.1873 – Nueva York (Estados Unidos), 5.XI.1927. Payaso acrobático que triunfó en Londres y Nueva York a principios del siglo XX.
Nacido en una familia sin relación con el mundo del espectáculo, siendo aún un niño se integró en la troupe de los Martini, familia circense con la que empezó, a los ocho años, ordenando sillas para los artistas durante las actuaciones. Muy pronto llegó a trabajar sobre el trapecio y posteriormente se centró en la acrobacia. También adquirió habilidades como amaestrador de animales. Cuando actuaban en España, los Martini pasaban la mayor parte del tiempo contratados en los circos Price de Madrid y Alegría de Barcelona, con cuya compañía solían salir de gira por todo el país. En 1892 falleció el patriarca de la troupe y esta se disolvió.
Tras unos meses de incertidumbre, en los que Orbés recorrió varios países de Europa en busca de trabajo, acabó en Bruselas, donde se convirtió en payaso. La ropa que compró en una tienda de segunda mano fue su seña de identidad en escena: un holgado traje de etiqueta y un sombrero de copa abollado. Dentro de los roles clásicos en la tradición del payaso, eligió ser un augusto, el clown alocado que se contrapone a la racionalidad del carablanca. Un augusto acróbata.
Vinculado primero al Grand Cirque Internationale de Sam Lockhart, con sede en Francia, fue con el Circo Real Holandés de Óscar Carré con el que recorrió Reino Unido. En 1896, en Manchester, contrajo matrimonio con Louisa Johnson, con la que enseguida surgieron desavenencias. Un año después empezó a trabajar para el Circo Hengler, y en 1900 fue contratado para el Hippodrome de Londres, en el corazón del distrito teatral de la capital británica. Allí se radicó, cambiando la vida itinerante por las ventajas de las grandes capitales.
Por el escenario del Hippodrome pasaron las principales estrellas mundiales del circo. En su escenario destacó Marcelino Orbés y su carrera despegó definitivamente a finales de 1900, cuando le dieron el papel humorístico en la pantomima Cinderella (La cenicienta). Estrenada el 26 de diciembre de 1900, en la obra trabajó en un papel menor Charles Chaplin, entonces solo un niño de once años. El creador de Charlot escribiría años después en Historia de mi vida: “El número de Marceline era divertido, encantador. Londres estaba loco con él”. Actuó posteriormente en las pantomimas del Hippodrome The Bandits (1902), Dick Whittington (1903), The Redskins (1903) y The Golden Princess and the Elephant Hunters (1903).
Hizo famoso a su personaje, Marceline, un augusto ingenuo al que todo le salía mal. Sus números eran una mezcla de humor y acrobacias que ejecutaba sin aparente dificultad a pesar de su corta estatura (1,57 metros). Saltaba sobre nueve o más hombres alineados y encadenaba mortales hacia delante o hacia atrás sin apoyo de ningún tipo. No hablaba sobre el escenario, pero los silbidos que empleaba en sus números eran conocidos e imitados en toda la ciudad.
En 1905 fue contratado por el Hippodrome de Nueva York, teatro recién construido que, con sus 5.200 localidades, se convirtió en el de mayor capacidad del mundo. Para llenarlo en sus dos funciones diarias se confeccionaron espectáculos musicales que incluían números circenses y gigantescas fantasías visuales. El éxito de Marceline, apoyado por una campaña propagandística que le calificó como The World's Greatest Clown (El mejor payaso del mundo) fue enorme. Por ello, los responsables del teatro llegaron a anunciar en 1906 que le firmaban un contrato vitalicio, algo que luego se revelaría como un acto publicitario. Al poco de llegar a Nueva York se enamoró de una bailarina del Hippodrome, Ada Holt, con la que convivió varios años.
Actuó en las obras del Hippodrome A Yankee Circus on Mars (1905), A Society Circus (1905), Pioneer Days/Neptune's Daughter (1906), The Auto Race (1907), Sporting Days/The land of birds (1908), A Trip to Japan (1909), The International Cup (1910) y Around the World (1911), muchas de ellas diseñadas pensando en él. Diferencias artísticas con los responsables del teatro le llevaron a no comenzar en él la temporada 1912-1913. Esa decisión marcó el inicio del declive de su carrera porque, paralelamente a su éxito artístico, se había ido desarrollando el cine que, ofreciendo entretenimiento barato y sin límite, empezaba a golpear a la industria de las artes escénicas. En algunas obras del Hippodrome neoyorquino formó pareja artística con Slivers Oakley, considerado el mejor payaso estadounidense, que acabaría suicidándose en 1916.
Una productora preparó The Marceline Hippodrome Show, espectáculo circense que tuvo problemas desde el principio: el estreno se retrasó meses y, a los pocos días de iniciarse la gira, el 24 de septiembre de 1913 en Washington, los artistas se declararon en huelga porque no cobraban. Regresó al Hippodrome para participar en Wars of the World (1914) pero lo abandonó poco después tras negarse a una reducción de sueldo. Rodó una película con Thanhouser, The Mishaps of Marceline, de la que no se han conservado copias, y ya no quiso saber nada del séptimo arte.
Tras refugiarse en su restaurante, uno de los negocios ruinosos que emprendió, las deudas le obligaron a volver a actuar. Primero en el circo, donde no tuvo suerte: en 1918 se enroló en el Barnum and Bailey, pero la gira fue suspendida por la epidemia de gripe; en 1920 se integró en el Sells Floto y fue vendido poco después. Tuvo una nueva oportunidad en el Hippodrome, con nuevos gestores, para actuar en Good Times (1920), Get Together (1921) y Better Times (1922), pero en ellas disfrutó de un protagonismo cada vez menor. Su última actuación en el coliseo donde ganó fama y fortuna fue el 9 de mayo de 1923.
A partir de entonces Marcelino Orbés solo encontró trabajo en el vodevil, al principio en grandes empresas, como los circuitos Keith-Albee o Loew, pero también se vio obligado a trabajar en grandes almacenes y ferias de condado. Sin trabajo ni dinero, olvidado por el público, en la madrugada del 5 de noviembre de 1927 se suicidó de un disparo en su habitación del hotel Mansfield de Nueva York. Una asociación de vodevil tuvo que hacerse cargo de su funeral y entierro en el cementerio de Kensico. En la ceremonia destacaba un enorme arreglo floral enviado por Charles Chaplin. Tradicionalmente se asegura que éste se inspiró en Marcelino Orbés para incorporar el gag del bastón a su personaje de Charlot, algo que no reconocieron en vida ninguno de los dos artistas. Su influencia fue enorme: más de treinta años después de su muerte, Buster Keaton aseguraba en una entrevista que “Marceline es el mejor payaso que he visto nunca”.
Bibl.: E. V. Lucas, A Wanderer in London, Londres, The MacMillan Company, 1906, pags. 67-74; N. Clarke, The Mighty Hippodrome, New Jersey, A. Barnes and Co., 1968; F. J. Rodríguez, Risas y lágrimas. Historia de los payasos españoles, Territorio, 1990; J. Turner, Victorian Arena. The performers. A Dictionary of British Circus Biography, vol. I, Liverpool, Lingdale Press, 1995, págs. 88-89; M. García Cantarero, Marcelino, el mejor payaso del mundo, Zaragoza, Mira Editores, 2017; V. Casanova Abós, Marcelino, muerte y vida de un payaso, Zaragoza, Pregunta Ediciones, 2017.
Mariano García Cantarero