Aragón Foureaux, José María. Pompoff. 1888 – Madrid, 2.II.1970. Artista de circo.
La familia Aragón constituye una de las más ilustres dinastías del circo no solamente español, sino también universal. Esta familia tiene su origen en Granada a mediados del siglo XIX, cuando el gran Cirque Foureaux se encontraba de gira por España. Virginia Foureaux Sivertus, que actuaba como écuyère en este circo propiedad de su padre, conoció entonces a Gabriel Aragón Gómez, que por entonces era seminarista en el Seminario diocesano de Granada. Gabriel Aragón, con quien se casaría Virginia más tarde en Moscú, abandonó los estudios eclesiásticos y comenzó a actuar como payaso recorriendo varios países y adoptando el nombre artístico de Pepino.
El matrimonio Aragón Foureaux tuvo quince hijos, a los que el padre dio una excelente preparación atlética en varias especialidades: Arturo Aragón Foureaux fue el segundo payaso de la familia adoptando el nombre de Tonino y formando pareja con su padre. Le siguió Gabriel Pantaleón Aragón Foureaux, Tonino II, que formó pareja con Humberto Guillaume, Antonet, fallecido prematuramente en Barcelona a consecuencia del tifus. Tomó después el relevo Emilio Aragón Foureaux como Tonino III.
Otros hijos del matrimonio fueron Ulda e Isabel, quienes realizaban un número doble de trapecio de equilibrio truncado por un accidente ocurrido en una actuación en Moscú, con tan mala fortuna que, a pesar de caer ambas en la red, el trapecio al desplomarse acabó fatalmente con la vida de Isabel. Virginia, desde entonces, sería alambrista.
Al morir Gabriel Aragón Gómez, el fundador de la dinastía, toda la familia se trasladó a Turín, donde Arturo, el hijo mayor, se casó con la hermana de Enrico Briatore, Rico, que pertenecía a la célebre pareja de payasos Rico y Alex. Por entonces se independizaron dos de sus hijos, José María y Teodoro, a los que poco después se les unió Emilio para fundar el famosísimo trío internacional de payasos: Pompoff, Thedy y Emig.
José María Aragón Foureaux, Pompoff, llevaba la cara pintada de blanco en la que destacaban los manchones rojos de los labios y las orejas y el negro de las cejas. Vestía un rutilante traje de lentejuelas, era serio pero simpático, y con un porte elegante y distinguido, llevando siempre guantes blancos, prendas hoy desgraciadamente desaparecidas.
Teodoro Aragón Foureaux, Thedy, se presentaba con una gruesa nariz postiza y su pelo rojizo alrededor de la calva. Portaba unas descomunales ropas con grandes zapatos y empleaba un habla castiza.
Emilio Aragón Foureaux, Emig, creó un tipo de payaso, “el negrito cubano”, con la cara pintada de negro.
Iba vestido con un traje de botones y hablaba al estilo de los cubanos. Era el mayor del trío y además intervino como apoderado de sus hermanos. Su gestión fue imprescindible para el éxito del grupo.
Todos ellos eran conocedores de siete idiomas, de los cuales dominaban a la perfección no solamente las formas cultas, sino también los giros populares. Emig llevaba a sus hijos a conocer los museos y monumentos de los lugares que visitaban y además se interesó en que todos ellos estudiasen música e idiomas.
Los tres tenían una presencia y un saber estar aristocrático y exquisito en escena hasta entonces desconocidos en la pista, además de un gran empaque y hasta señorío. Ellos dignificaron, sin duda, la profesión.
Fueron no solamente grandes payasos, sino también magníficos músicos que tocaban varios instrumentos (violín, piano, etc.), incluso otros que ellos mismos creaban; así utilizaban vejigas de cerdo logrando originales sonidos. También eran excelentes acróbatas. Todos ellos eran muy exigentes en sus trabajos, que preparaban con minuciosidad, gran rigor y dedicación.
La nota más destacada en sus actuaciones era la gran ingenuidad, inocencia, humanidad y quintaesencia de la ternura, hasta el punto que de ellos pudo decir Jacinto Benavente, Premio Nobel de Literatura y gran aficionado al circo, que eran “los payasos más humanos que había conocido en el circo”.
Los tres tuvieron hijos que fueron incorporando a sus actuaciones: José María Aragón Foureaux, Pompoff, fue el padre de Víctor Aragón, que actuaba sin maquillaje, y de José Aragón Hipkins, Nabucodonorsorcito, excelente violinista, de una portentosa mímica.
No hablaba nunca en pista y llegaba de igual forma a todos los espectadores, gracias a su comicidad elegante y distinguida, sin gestos burdos ni ordinarios de los que siempre huía. Nabucodonorsorcito fue un claro exponente de la italiana commedia dell’arte. En el año 1991 recibió el Premio Nacional de Circo.
En principio, actuaban Pompoff, Thedy y Emig. Posteriormente y de una forma sucesiva se presentaban en pista junto con sus hijos Zampabollos, Nabucodonorcito y Víctor, pero resultaba que acabaron siendo realmente demasiados payasos para un número, y faltando protagonismo para alguno, Emig acabó separándose del grupo, decidido a promocionar la carrera de sus hijos.
Puede decirse, sin duda, que no ha habido ciudad española que no haya disfrutado con la gracia y las “entradas” tradicionales de esta saga. Los públicos de Europa y América han reído y sonreído sin límites con esta célebre familia que ha sabido mantener vivas las más puras esencias circenses heredadas del viejo clown Pepino, fundador de la dinastía de los Aragón. Zampabollos actuaba como pianista, Nabucodonorsorcito como violinista, ambos verdaderos concertistas, y Pompoff tratando de atenuar las discordias continuas que surgían en escena: se movía el piano innumerables veces para acercarlo a la banqueta; se discutía porque no había más que una partitura para los dos; no se acertaba a colocar debidamente el violín, etc.; todo ello realizado con los mil matices del más fino humor y un acompañamiento musical idóneo. Residían en Madrid, en una villa del Puente de Vallecas, desaparecida en el año 2004 al convertirse en un nuevo edificio.
Después de actuar en España, en los años cuarenta, ya terminada la Guerra Civil, Pompoff, Thedy y familia fueron contratados por el famoso Sullivan Show, en Nueva York. Se trataba de un programa de la televisión norteamericana con una gran audiencia y éxito. Allí actuaron junto a personajes de la talla de Judy Garland, Jack Paar, Bob Hope, Dean Martin, Frank Sinatra y Danny Kaye. Entonces, “Pompoff, Thedy and Family”, modificaron su atuendo, es decir, las lentejuelas y los zapatones, y se vistieron de frac con zapatos de charol, actuando desde entonces con la cara limpia, algún pequeño toque de nariz respingona y peluca. Ajustados a la medida y a las reacciones de aquel público americano ascendieron a la cota máxima de prestigio y popularidad.
En el año 1967, el imaginativo e infatigable Arturo Castilla los trajo al Circo Price que entonces dirigía, se les impuso la Medalla de Oro del Trabajo y se descubrió en el hall del Price una placa conmemorativa.
Posteriormente Thedy despidió al Circo Price, cuando lo derribaron en el año 1970, tocando sentidamente, con una concertina en cada mano.
Al fallecer Pompoff en 1970, Thedy en 1974, y más tarde Zampabollos, se forma la familia Pompoff compuesta por José y Víctor Aragón y un hijo de este último, Sandro. Pero Víctor falleció y José sufrió un ataque de apoplejía que le separó de las pistas. A partir de entonces los descendientes de Víctor formaron el grupo Los Sandros.
Bibl.: S. Gasch, El circo y sus figuras, Barcelona, Barna, 1947; J. Armiñán, Biografía del circo, Madrid, Escelicer, 1958; J. de Silva, Gaby, Fofó y Miliki. Historia de una familia de circo, Barcelona, Plaza y Janés, 1974; J. M. Armero y R. Pernas López, Cien años de circo en España, Madrid, Espasa Calpe, 1985; F. J. Rodríguez, Risas y Lágrimas. Historia de los payasos españoles, pról. de P. Tonetti, Madrid, Territorio Editorial, 1990; E. Aragón Bermúdez, Miliky, Recuerdos, Barcelona, Ediciones B, 1996; J. F. Higuera Guimerá, El circo en España y el circo Price de Madrid, Madrid, La Avispa, 1998.
Juan Felipe Higuera Guimerá
