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Pedro Tamarón Romeral

Biografía

Tamarón y Romeral, Pedro. La Guardia (Toledo), 6.XII.1696 – Bamoa (México), 21.XII.1768. Obispo, escritor, cancelario de Universidad, maestrescuela, chantre, defensor y fiscal de obras pías, comisario y calificador del Santo Oficio.

Poco se sabe de su vida en España. Pasó a Venezuela en 1719 como capellán familiar del recién nombrado obispo de Caracas, José de Escalona y Calatayud. Allí hizo sus estudios universitarios y se doctoró en la Universidad de Caracas, que había sido creada en 1725 y en la que participó como uno de los fundadores. En aquella diócesis ocupó varios cargos como el de defensor y fiscal de las obras pías, comisario y calificador del Santo Oficio, vicario de las carmelitas descalzas, párroco en San Carlos y en Valencia del Rey y párroco en la iglesia del Sagrario de la catedral, donde estaba ejerciendo en 1727. Por fin accedió a una canonjía y fue maestrescuela y chantre.

En Caracas le tocó vivir los tristes sucesos de la Universidad por las disputas que se entablaron a partir de 1737 entre el claustro y el cancelario, cargo este último que detentaba el maestrescuela de la catedral.

Él mismo accedería a ocupar ese cargo en 1740, por lo que se vio implicado en los sucesos. Las quejas del vicerrector de la universidad en la Corte, por la intervención en los claustros del cancelario, hizo que se le llamase a España en 1743 para dar cuenta de sus actuaciones. El Consejo de Indias le reprendió, pero le mantuvo en sus funciones con la orden expresa de que no volviese a intervenir en los claustros, frente a las pretensiones del obispo y de las autoridades académicas, que querían liquidar su poder.

Después de haber renunciado a un beneficio en la Catedral de Charcas era preconizado para el obispado de Durango el 29 de diciembre de 1757, tomando posesión del mismo el 22 de marzo de 1758.

Si algo caracterizó su episcopado, fueron sus famosas visitas al mismo, en un territorio extenso y mal delimitado del que no existía demasiada información y sobre el que él haría la descripción más valiosa hasta aquel momento. Inició la primera el 22 de octubre de 1759, en que atravesó la Sierra Madre Occidental, llegó hasta las provincias del Pacífico y, volviendo a atravesar la sierra, llegó hasta Taos, en Nuevo México, desde donde regresó a la capital de la diócesis. Poco después inició la segunda, el 7 de noviembre de 1761; esta vez por los territorios de Avino, San Juan del Río, Pánuco y Nombre de Dios. La tercera la realizaría entre abril y junio de 1763, en que llegó hasta el valle de Topía, Canelas y Zape. La cuarta la desarrollaría entre noviembre y diciembre del mismo año, en los territorios del suroeste de Durango. La última salida recogida en su descripción sería a los pueblos de Guarisamey y Humacén, aunque todavía se añade un viaje que el prelado hizo a Veracruz. Producto de las informaciones recogidas iba a ser una gran obra, que no se publicó íntegramente hasta la edición de 1937. Con anterioridad se habían hecho publicaciones parciales como las de La Semana Católica de México, en 1898, la de José María Vigil o la que en 1929 se publicó en el Boletín de la Biblioteca Nacional de México.

Uno de los mayores intereses del prelado al frente de su diócesis fue el de la promoción de su clero secular, para cuya formación había fundado un seminario antes de 1765. Por ello, tras las visitas, puso de manifiesto sus intenciones por recuperar las principales parroquias que detentaba el clero regular. La primera tentativa la llevó a cabo en Nuevo México, en 1765, al conseguir que se quitasen a los franciscanos los curatos de El Paso del Norte, Santa Cruz de la Cañada, Albuquerque y Santa Fe. Para ello contó con el apoyo del virrey marqués de Croix, aunque al final hubo que devolver las parroquias a los franciscanos, pues ningún clérigo se presentó a la oposición para ocuparlas.

No cejó en su empeño el obispo y tras la expulsión de los jesuitas, en 1767, vio una manera de entregar a su clero algunas de aquellas misiones, pero tampoco esta vez tuvo éxito. Precisamente todo aquello sucedía en un momento en que se trataba de dividir el obispado por su enorme extensión, aunque ello no se llevaría a efecto hasta 1783, en que se creó la diócesis de Sonora.

Su espíritu viajero no había disminuido con los años, por lo que el 21 de diciembre de 1768 emprendía el que sería su último viaje por la diócesis, pues moriría durante el mismo en Bamoa (Sinaloa). Su cuerpo fue trasladado a la villa de Sinaloa, donde permaneció hasta poder ser trasladado a la Catedral de Durango.

 

Obras de ~: Triunfo Glorioso y Carro de San Elías, México, 1733; Triunfos de la Gracia en la Santísima Imagen de María, que con el título del Socorro se venera en la Nueva Valencia del obispado de Caracas, Madrid, 1749; Demostración del vastísimo obispado de la Nueva Vizcaya-1765, ed., introd. y acotaciones por V. A. Robles, México, José Porrúa e Hijos, 1937.

 

Bibl.: F. A. de Lorenzana y Butrón, Concilios Provinciales primero y segundo, celebrados en la muy Noble y muy Leal Ciudad de México en los años 1555 y 1565, México, Higal, 1769; J. M. Beristain y Souza, Biblioteca Hispano Americana Setentrional, t. III, Amecameca, Tipografía del Colegio Católico, 1883; V. de P. Andrade, Noticias biográficas sobre los ilustrísimos prelados de Sonora, de Sinaloa y de Durango, México, Imprenta del Museo Nacional, 1899; I. del Río, La aplicación regional de las reformas borbónicas en Nueva España, Sonora y Sinaloa, 1768-1787, México, Universidad Nacional Autónoma (UNAM), 1995.

 

Jesús Paniagua Pérez