Alonso, Bernabé. Toledo, s. m. s. xvi – Sobrado de los Monjes (La Coruña), 1658. Monje cisterciense (OCist.) de Sobrado, abad del monasterio, teólogo, exegeta e historiador.
Nació en Toledo en la segunda mitad del siglo xvi y aunque Carlos de Visch —y Nicolás Antonio que lo copió—, le dieron el nombre de Bernardo se llamaba Bernabé. Habiendo ingresado en Sobrado en 1597, resultó un monje muy aventajado en la piedad y en las letras, aunque muy poco le fue dado poder demostrarlo, porque la muerte tronchó su vida cuando comenzaba a irradiar sabrosos frutos. Prueba de sus grandes valores, la da fray Mauricio Carbajo, historiador de la casa, quien al recoger su semblanza entre los varones ilustres, le aplica estos conceptos: “Salió aventajado en los estudios, fue sujeto de especial erudición y talentos, por uno y otro y por lo que dejó escrito es digno de toda memoria”. La profundidad como historiador se puede deducir con dos referencias que Enrique Flórez le atribuye, una corrigiendo el parecer de Yepes y Manrique al tratar de los orígenes del monasterio de Sobrado, y otra atribuyéndole una escritura del siglo xii relacionada con el monasterio de san Pedro de Montes, aludiendo a san Pedro Cristiano.
Su fama traspasó nuestras fronteras, ya en vida del ilustre hijo de Sobrado, pues cuando Carlos de Visch escribía su Biblioteca de Autores Cistercienses, en 1646, al referirse a él aludiendo a las obras que tenía escritas en idioma español, le tributa un merecido elogio, al par que manifiesta una gran esperanza de que se vieran impresas las que tenía preparadas. Seguía trabajando con gran entusiasmo en 1556, cuando le sorprendió la dignidad abacial que le impusieron sus hermanos, fiados de sus excelentes dotes de hallar en él un verdadero padre de la comunidad, como quiere san Benito.
Comenzó a trabajar con verdadero afán por el bien de sus hermanos, pero poco pudo hacer, por haberle sorprendido la muerte dos años más tarde, en 1658. Fue una pérdida muy sensible no sólo para los monjes de Sobrado, sino para toda la Congregación de Castilla en la que gozaba de gran prestigio. El dato más significativo que refiere de su breve paso por la abadía, y que demuestra la fe que alentaba en los cristianos de aquellos tiempos, es el hecho de haber dado el hábito monástico a dieciséis jóvenes, cifra fuera de serie, por tratarse de sujetos destinados a engrosar las filas de la propia comunidad.
Obras de ~: In Cantica Canticorum juxta sensum litteralem et moralem commentaria, ms., s. l., s. f.; Predicación y peregrinación de Santiago en España, ms., s. l., s. f.; De inmunitate eclesiástica, ms., s. l., s. f.
Bibl.: M. Carbajo, Historia del Monasterio de Sobrado, s. f. (inéd.), pág. 542; C. de Visch, Bibliotheca scriptorum sacri ordinis cisterciensis, Coloniae Agrippinae, apud Ioannem Busaeum [...], 1656, pág. 49; E. Flórez, España Sagrada, vols. XVI y XIX, Madrid, Antonio Marín, 1754, pág. 210 y pág. 34, respect.; N. Antonio, Bibliotheca nova, vol. I, Madrid, Joaquín de Ibarra, 1783, pág. 221 (trad. de G. de Andrés y M. Matilla Martínez, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999); R. Muñiz, Biblioteca Cisterciense Española, Burgos, Joseph de Navas, 1793, pág. 15; D. Yáñez Neira, “Fray Bernabé Alonso”, en Anales Toledanos, XII (1977), pág. 103.
Damián Yáñez Neira, OCSO
