Luna, Rodrigo de. ?, f. s. xiv – Valladolid, 17.IX.1440. Prior de la Orden Militar de San Juan en los reinos de Castilla y León (1428-1440) y estrecho colaborador de su sobrino, el condestable Álvaro de Luna.
No se conocen la fecha y el lugar de su nacimiento. No obstante, sí se sabe que pertenecía al linaje aristocrático de los Luna, una de las familias más importantes de la alta nobleza en Aragón durante la Edad Media. Era sobrino de Pedro de Luna, más conocido como papa Benedicto XIII, y tío de Álvaro de Luna, el valido del rey Juan II de Castilla.
Las primeras noticias que existen sobre Rodrigo de Luna se remontan al año 1400, cuando el rey Martín I de Aragón solicitó al castellán de Amposta (prior de la Orden Militar de San Juan en el reino de Aragón) que confiriera el hábito de la Orden a Rodrigo de Luna y le atribuyera la encomienda sanjuanista de Horta.
Efectivamente, debió de entrar entonces en la Orden de San Juan, porque al año siguiente figura ya como miembro de la Orden al reiterar el monarca aragonés al castellán de Amposta su petición de concesión de la encomienda de Horta para Rodrigo de Luna. Parece que al final logró efectivamente dicha encomienda, ya que tuvo que renunciar a ella en 1403 cuando su tío, el papa Benedicto XIII, le nombró comendador de Masdeu, Puig-Reig y Cervera en Cataluña. Además, Benedicto XIII también le confirió en 1405 la encomienda catalana de Bajoles. Así pues, Rodrigo de Luna asistió como comendador de Bajoles y de Masdeu a las reuniones del Capítulo Provincial del priorato sanjuanista de Cataluña en los años 1411, 1412 y 1414. En 1415, de nuevo Benedicto XIII le nombró comendador de la importante encomienda de Monzón, en el reino de Aragón. Su relación con su tío, el Papa, debía de ser efectivamente muy estrecha, ya que en 1418 se documenta a Rodrigo de Luna al lado de Benedicto XIII en su retiro de Peñíscola. Se sabe que el rey Alfonso V de Aragón intentó entonces infructuosamente obtener la renuncia del terco Papa al pontificado para poner fin al Cisma de Occidente, recurriendo a la intercesión de Rodrigo.
La carrera de Rodrigo de Luna dio un giro inesperado cuando su sobrino, Álvaro de Luna, se convirtió en valido del rey Juan II de Castilla. En 1428, a instancias de Álvaro, el monarca castellano hizo que Rodrigo de Luna fuera nombrado prior de la Orden de San Juan en los reinos de Castilla y León. No obstante, Rodrigo hizo compatible el disfrute de dicho cargo con el ejercicio simultáneo del puesto de comendador sanjuanista de Monzón, en Aragón. Una guerra posterior entre Aragón y Castilla provocó que el rey Alfonso V de Aragón le secuestrase el castillo de Monzón. Sin embargo, el monarca aragonés se lo devolvió tras el final del enfrentamiento en 1438. Rodrigo de Luna pudo así conservar la encomienda aragonesa de Monzón hasta su muerte.
En cualquier caso, lo cierto es que, a partir de 1428, Rodrigo de Luna se convirtió en un fiel colaborador de su sobrino Álvaro de Luna y del rey Juan II de Castilla.
Se sabe que les prestó servicios preferentemente militares contra sus adversarios tanto exteriores como interiores. En 1431 participó en la batalla de la Higueruela, ganada por las tropas castellanas al ejército del rey musulmán de Granada. En 1439 se encontraba en el ejército reunido por Juan II para reprimir la rebelión del almirante de Castilla y del adelantado Pedro Manrique. En 1440 de nuevo se hallaba participando en un intento de Juan II por recuperar la ciudad de Ávila, ocupada por los infantes de Aragón.
Por otra parte, su relación con Álvaro de Luna y con Juan II fue de bastante intimidad. Se tienen de ello varios ejemplos. En agosto de 1436 se encontraba entre los acompañantes de Juan II y Álvaro de Luna en un viaje entre Madrid y Toledo. En 1439 el monarca castellano envió al prior Rodrigo de Luna a Alaejos para consolar a su cuñado, el infante Enrique de Aragón, cuando falleció su esposa, la infanta Catalina, hermana de Juan II. Ese mismo año, además, se sabe que Rodrigo de Luna comió en una ocasión con el rey de Castilla en la localidad de Paradinas.
En cuanto a su gestión como prior de la Orden de San Juan en Castilla, el cronista castellano del siglo xv, Alonso de Palencia, señala que Rodrigo de Luna observó lo mejor que pudo las constituciones sanjuanistas y que empleó con inteligencia a los miembros de la Orden en el gobierno de las villas de su señorío.
Documentalmente se pueden destacar dos logros. En 1433, un Capítulo General de la Orden reunido en Rodas confirmó a Rodrigo de Luna un antiguo privilegio de los priores de Castilla en virtud del cual, cuando el prior iba a la guerra contra los musulmanes y contra los enemigos del reino, todos los miembros castellanos de la Orden estaban obligados a seguirlo.
El segundo acontecimiento relevante del priorazgo de Rodrigo de Luna fue el acuerdo que entabló en 1434 con la Mesta para regular los derechos que debía pagar el ganado trashumante a su paso por el extenso señorío de la Orden de San Juan en La Mancha.
Rodrigo de Luna murió en Valladolid en la noche del sábado 17 de septiembre de 1440. La Crónica del halconero de Juan II menciona que el rey de Castilla sintió mucho su fallecimiento.
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Carlos Barquero Goñi
