González de Vera, Gil. ?, s. m. s. xvi – p. s. xvii. Secretario de Felipe II.
Probablemente, era hijo o familiar de Luis González de Vera, oidor de la Chancillería de Valladolid y consejero del cardenal Tavera. Hacia 1554, Gil González de Vera ingresó en la oficina del secretario Hernando de Somonte, encargado de los asuntos de Cruzada y de Hacienda. Poco después se desplazó a Flandes, al servicio del secretario Francisco de Eraso.
En su despacho se ocupó, como oficial, de los diversos negocios de Estado, Guerra y Hacienda, adquiriendo experiencia y conocimientos. La caída en desgracia de Eraso, su procesamiento y posterior defunción, dejaron, sin embargo, a González de Vera huérfano de patrón y sin ocupación en la Corte. La causa de su mal no era, según él mismo afirmaba, sino “ser poco negociador y entremetido, y hauer atendido más el tiempo que estuue ocupado a seruir con cuidado y limpieza que a granjear valedores”. En esta situación, a mediados de noviembre de 1580, se atrevió a reclamar un oficio a Felipe II, de entre los que se hallaban vacantes por las defunciones de Martín de Gaztelu, Jerónimo de Zurita y Gutiérrez de Cuéllar. Felipe II no atendió sus peticiones y, durante una larga temporada, González de Vera continuó sin ocupación conocida en la Corte. Como regidor de Soria, fue elegido procurador en las Cortes de 1586-1588, actividad que le valió una recompensa de 40.000 maravedís de renta de por vida situados sobre los naipes. Transcurridos unos años, en 1596 se reformó y dividió en dos oficios la Secretaría del Consejo de Hacienda y el 27 de febrero recibió título de secretario y el encargo de uno de ellos. Las instrucciones que recibió un mes después reiteraban las recomendaciones ya expresadas en 1588 acerca de la gestión de esta institución (diligencia, limpieza, procedimientos, etc.), pero además establecieron que el reparto de los asuntos se efectuara tomando el río Tajo como línea divisoria territorial.
González de Vera protestó entonces por el contenido de alguna de las instrucciones, se negó a acatarlas y no prestó el debido juramento. Tras varios meses, el presidente del Consejo de Hacienda, Francisco de Rojas, harto de su actitud, decidió expulsarle de su puesto el 30 de julio de 1597. Aunque no consta que se reintegrara en este oficio, por Cédula de 17 de enero de 1600 se le permitió seguir percibiendo su quitación de 100.000 maravedís.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, secc. Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 21, n.os 1159-1171; Archivo Zabálburu, carpeta 129, n.º 21. C. J. de Carlos Morales, El Consejo de Hacienda de Castilla. Patronazgo y clientelismo en el gobierno de las finanzas reales, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1996; J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales, Felipe II (1527-1598). La configuración de la Monarquía Hispánica, Salamanca, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1998.
Carlos Javier de Carlos Morales
