Adax. Adax Rex. Europa oriental, s. m. s. IV – España, 418. Rey de los alanos.
Adax (o Adac) comandaba a los alanos que penetraron en la Península Ibérica por los Pirineos navarros en septiembre-octubre del 409, en unión de vándalos silingos, vándalos hasdingos y suevos, que en conjunto no sumarían más de doscientas mil personas y cincuenta mil combatientes. Los invasores formaban parte de un vasto plan de inmigración de grupos de bárbaros situados al otro lado del Danubio en Europa central en torno al 405. El detonante habría sido un aumento de la presión de las avanzadillas hunas y gótico-hunas, así como la llegada de grupos de godos greutungos y alanos que venían huyendo desde las llanuras ucranianas y pónticas negándose a una vasallización por los hunos. De los dos grupos que atravesaron entonces el Danubio en el límite entre las provincias romanas de Panonia II y Valeria, el más homogéneo, compuesto principalmente de godos y bajo el liderazgo de Radaigaiso, trató de invadir Italia. El otro, más heterogéneo y bajo el liderazgo del rey alano Respendial y el hasdingo Godegiselo, caminó más despacio y, enterado del desastre del primero, optó por caminar en dirección a Occidente más allá de la frontera romana, tránsito en el que se unieron grupos populares muy diversos, inclusive colonos militares romanos de Panonia y Valeria. Buena parte de todos ellos penetraron en territorio romano el 31 de diciembre del 506, atravesando el Rin helado en su confluencia con el Meno.
Durante tres años vagaron por las Galias, de Noreste a Sudoeste, sometiendo el territorio a profunda devastación y saqueo, y siempre presionados por las tropas del usurpador imperial Constantino III (fallecido en 411).
Los alanos no eran germanos, sino iranios, y su patria de origen se encontraba entre los mares Caspio y Negro. Sin embargo al igual que sus compañeros germanos de inmigración estaban estructurados de forma aristocrática, aglutinados en torno “monarquías militares” (Heerkönigtum) de tipo germánico. La de los alanos sería, junto a la de los hasdingos vandálicos, la más poderosa, contando con el inestimable apoyo de su aristocrática caballería pesada. Sin embargo la travesía de la Galia favoreció su desmembramiento en varios grupos, apareciendo nuevas “monarquías militares”. Una de ellas sería la que pasase a tierras hispánicas el 409.
La invasión de las provincias hispánicas se hizo con el acuerdo del usurpador imperial Máximo (muerto después de 417) y su poderoso lugarteniente Geroncio (fallecido en 411), al que servirían militarmente contra Constantino III. La definitiva derrota de unos y otros por las tropas del gobierno de Honorio (muerto en 423) en 411 no supuso la salida de los invasores bárbaros de la Península, ni su integración en el ejército imperial. Para subsistir procedieron al reparto de ésta en zonas de influencia, donde imponer sus requisas. Dado el poder y la movilidad militares a los alanos y su monarquía se les atribuyeron la Lusitania, donde se encontraba la capital Mérida, y la Cartaginense, con el estratégico puerto de Cartagena.
Liderada ya para esas fechas por Adax la monarquía alana tenía bajo su autoridad las menores de suevos y silingos.
En virtud de la alianza (foedus) firmada el 416 entre el rey godo Valia (fallecido en 418), éste luchó a lo largo de 416 y 417 contra esos grupos bárbaros y monarquías militares. Objetivo prioritario serían la monarquía de Adax y sus aliados.
Tras el aprisionamiento del rey silingo Fredbal, en una decisiva batalla cerca de Gibraltar alanos y sus subordinados silingos fueron totalmente derrotados.
La inmediata muerte del rey Adax acabó por desintegrar su monarquía militar. Los restos populares derrotados o se integraron en el ejército godo victorioso o escaparon para unirse a la monarquía militar de los hasdingos, cuyo rey Gunderico (fallecido en 428) y sus sucesores pasaron a llamarse reyes de los vándalos y de los alanos. Eso debía ocurrir ya a principios del 418.
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Luis Agustín García Moreno
