Moreno y Díaz de Escandón, Francisco Antonio. Mariquita (Colombia), 25.X.1736 – Santiago de Chile (Chile), 22.II.1792. Abogado, alcalde ordinario de Santafé, fiscal protector de la Real Audiencia de Santafé y Chancillería del Nuevo Reino de Granada, regente de la Audiencia de Santiago de Chile, oidor y alcalde de Corte en la Audiencia de Lima.
Nació en el hogar formado por Miguel Moreno y Moreno Juberías y Matarranz, natural de Alcolea del Pinar, y Manuela Díaz de Escandón y Goyón, nacida en Mariquita, hija legítima del capitán Diego Díaz de Escandón, alcalde ordinario de dicha ciudad.
Adelantó sus estudios escolares en Santafé de Bogotá.
El 19 de octubre de 1749 vistió la beca de colegial del Real Mayor de San Bartolomé. Estudió Latinidad y Letras. Concluyó los cursos de Filosofía y obtuvo los grados de bachiller y maestro. Cursó Teología, Derecho Canónico y Jurisprudencia Civil. Se recibió de abogado e intervino activamente en el foro y en las Cátedras de Instituta y Derecho Canónico en la Universidad Javeriana, y ocupó importantes cargos en la Administración pública.
El 10 de junio de 1759 contrajo matrimonio en la Catedral Metropolitana de Santafé con María Teresa de Isabella y Aguado Martínez y Rodrigo, nacida en la villa de Morón (España), dama de noble linaje, hermana de su señoría el canónigo de la iglesia arzobispal y rector de San Bartolomé, monseñor José Antonio de Isabella. Fueron padres de cinco mujeres y dos hombres. En 1764 viajó a la Corte, en Madrid, donde se “hizo notable por sus luces e ingenio. Era conocido por El Indiano, y señalado por las calles”. Regresó en 1765 con el nombramiento de fiscal protector de la Real Audiencia de Santafé y se posesionó en enero de 1766. En este mismo año lo nombraron juez del ramo de tabaco y aguardiente. Tanto el virrey Pedro Messía de la Cerda como el señor arzobispo Pedro Felipe de Azúa le tomaron gran aprecio. El prelado lo tenía como su asesor jurídico y el virrey de consejero.
Cuando Messía de la Cerda recibió la célebre Pragmática-Sanción del 27 de febrero de 1767 sobre la expulsión de los miembros de la Compañía de Jesús, suscrita por el rey Carlos III, encomendó al fiscal Moreno Díaz y Escandón el cumplimiento del Real Decreto (“Fue de la única persona que se confió el Virrey”).
A continuación hizo parte de la Junta Superior de Aplicaciones y creó los reales hospicios para pobres inválidos de ambos sexos.
En 1774 por Real Cédula lo designaron visitador de las provincias del distrito de la Real Audiencia de Santafé. El nuevo virrey, Manuel Guirior, encargó a Francisco Antonio Moreno la elaboración de “un plan y método de estudios adaptados a las circunstancias locales que sirviesen de pauta a la enseñanza y cortase los abusos introducidos”. El 12 de septiembre del mismo año el abogado bartolino presentó su Método provisional e interino de los estudios que han de observar los colegios de Santafé, por ahora y hasta que se erige la Universidad Pública, o su Majestad dispone otra cosa. El mismo día el virrey Guirior y la Junta de Aplicaciones lo estudiaron y de inmediato lo pusieron en ejecución.
Al doctor Moreno Díaz y Escandón lo nombraron director real de estudios. Este trabajo consideró la educación como una función del Estado. Determinó que la enseñanza primaria debía ser gratuita y que la superior debía estar bajo la inspección oficial del Gobierno. Nadie podía abrir escuelas sin ser previamente examinado y aprobado. Preconizó la libertad de investigación y “Emancipó a las inteligencias del miedo de pensar”. El plan acogió los principios regalistas y utilitaristas de la época contra la tradición escolástica. Durante dos años se observó, pero ante la oposición de los padres dominicanos, la Corona y el Consejo de Indias lo improbaron.
El fiscal Moreno Díaz y Escandón propuso al virrey Guirior la creación de una Biblioteca Pública Real, con los 4182 libros inventariados dejados por los padres jesuitas en sus diversos colegios. El 9 de enero de 1777 se cumplió la solemne inauguración de la actual Biblioteca Nacional de Colombia, una de las más antiguas de América, en un salón del edificio de las Aulas, donde funcionó el Colegio de San Bartolomé. Dirigió este establecimiento inicialmente el presbítero Anselmo Álvarez.
Otra importante iniciativa del ilustre mariquiteño fue la solicitud de “una imprenta y algunos instrumentos”, hecha en carta al ministro José de Gálvez, por intermedio del virrey Manuel Antonio Flórez, el 4 de enero de 1777. El mandatario la ratificó en oficio del 15 de enero del mismo año, e insistió en carta del 15 de mayo de 1778. Por Orden Real del 30 de enero de 1779 enviaron a Bogotá, desde Cádiz, 24 cajones de letras de imprenta junto con otros implementos tipográficos.
Francisco Antonio fue promovido a la Fiscalía del Crimen en la Audiencia de Santafé el 27 de marzo de 1776 y cuatro años después, el 12 de abril de 1780, lo trasladaron con el mismo empleo a la ciudad de los virreyes, en Lima, donde también desempeñó la Fiscalía de lo Civil. En 1785 el granadino mariquiteño pasó a ser oidor de la Audiencia de Lima.
De la capital del Perú siguió a Santiago de Chile, donde se posesionó el 16 de noviembre de 1789 del cargo de regente. Su esposa no lo pudo acompañar por razones atendibles que comunicó al arzobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora, quien informó al ministro José de Gálvez. A los cincuenta y cinco años falleció en Santiago Francisco Antonio Moreno y Díaz de Escandón, la figura “mas notable de aquella época en el Nuevo Reino de Granada, por sus grandes talentos e importantes destinos que obtuvo”. Murió de tabardillo o insolación. Su entierro lo ofició el señor obispo de Santiago con gran pompa (“Fue mucho el concurso de gente, y toda manifestó singular sentimiento”, según las crónicas). Su cuerpo estaba amortajado con el hábito de San Francisco y en medio del ataúd le colocaron la vestidura de los togados. Cerca del altar de San Pedro, en la Catedral de Santiago, se encuentran sus restos mortales cubiertos por una lápida donde se alcanza a leer su nombre.
Su bisnieto José Manuel Marroquín, ex presidente de la República de Colombia, escribió: “Desde su adolescencia o su juventud, quedó privado de la dentadura, sin que hubiera conservado una sola pieza en toda la boca; y lo admirable es que no experimentaba dificultad alguna para hablar ni para hacer uso de toda especie de viandas”.
Obras de ~: Estado del Virreinato de Santafé, Nuevo Reino de Granada [Santafé], 1772 [en Boletín de Historia y Antigüedades (BHA) (Bogotá), vol. XXIII, n.os 264-265 (septiembre-octubre de 1936), págs. 547-616]; Método provisional e interino de los estudios que han de observar los colegios de Santafé, por ahora y hasta que se erige la Universidad Pública, o su Majestad dispone otra cosa [Santafé], 1774; Indios y mestizos de la Nueva Granada a finales del siglo XVIII [Santafé], 1779 (Bogotá, Banco Popular, 1985).
Bibl.: G. M. Marroquín, “Francisco Antonio Moreno y Escandón”, en Papel Periódico Ilustrado (Bogotá), año IV, n.º 80 (15 de abril de 1885), págs. 266-272; P. M. Ibáñez, “Moreno y Escandón, Francisco”, en J. Ospina, Diccionario Biográfico y Bibliográfico de Colombia, t. II, Bogotá, Águila Colombiana, 1937; D. Ortega Ricaurte, Cosas de Santafé de Bogotá, Bogotá, Academia Colombiana de Historia-Editorial ABC, 1959 (Biblioteca Eduardo Santos, vol. XVII); J. M. Uricoechea y Montoya, “Noticias Genealógicas. Moreno”, en BHA, vol. XXXXLIIX, n.º 575 (septiembre de 1962); A. Cacua Prada, Historia del Periodismo Colombiano, Bogotá, Sua, 1985 (2.ª ed.); 200 años. Orígenes del Periodismo Colombiano, Bogotá, Kelly, 1991; Historia de la Educación en Colombia, Bogotá, Academia Colombiana de Historia, 1997 (Biblioteca de Historia Nacional, vol. CL).
Antonio Cacua Prada