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Pehr Löfling

Biografía

Löfling, Pehr. Tollfors (Suecia), 31.I.1729 – San Antonio de Caroní (Venezuela), 22.II.1756. Naturalista sueco, botánico de la expedición de Límites al Orinoco (1754-1761).

Hijo de Erik Löfling, contable de una herrería de Tollfors, y de Bárbara Strandman, recibió una educación doméstica en su localidad natal, perteneciente a la parroquia de Valbo, en Gastrikeland (Suecia). Continuó su formación matriculándose en la Universidad de Upsala en 1745, inclinándose por los estudios de Medicina. Interesado por la Botánica, pronto se integró en el círculo de alumnos cercanos a Carl von Linné, el más importante especialista en taxonomía biológica de la época. Löfling completó su aprendizaje en Historia Natural efectuando estudios botánicos y zoológicos, principalmente a través de sus trabajos de campo realizados en los alrededores de Upsala. Algunos de ellos fueron publicados, como su disertación sobre las yemas de los árboles, “Gemmae arborum” (1749), y sus pequeñas aportaciones al campo de la zoología de invertebrados, que se editaron en las actas de la Sociedad Real de Ciencias de Upsala. Este mínimo bagaje científico puede parecer insuficiente para presentarlo como mérito a la hora de elegir a Löfling como naturalista encargado de estudiar la flora hispana. Sin embargo, en su favor contó la estrecha relación profesional que mantuvo con su maestro Linné, fraguada cuando éste enfermó en 1750 y le llamó a su lado para que le ayudara a redactar la Philosophia Botanica.

La venida de Löfling a España se produjo en el marco de una política científica ilustrada, cuyo programa incluía la contratación de técnicos y especialistas extranjeros que introdujeran en España los modernos conocimientos científicos y tecnológicos. Así, la economía española podría impulsarse y desarrollarse a través del fomento de disciplinas útiles y prácticas, como era el caso de la botánica, cuya aplicación podía permitir la explotación de los recursos naturales. El proceso que condujo a la contratación de Löfling por la Corona española fue relativamente rápido. En una cena Robert More, naturalista aficionado, miembro de la Royal Society de Londres, que se encontraba de viaje científico por Europa, comentó a José de Carvajal, secretario de Estado español encargado de Asuntos Exteriores, que coincidía con la apreciación realizada por Linné en su obra Bibliotheca Botanica, al considerar que la flora española era tan rica como desconocida. Carvajal se propuso terminar con esta situación. Posteriormente More, al llegar en su viaje europeo a Upsala, comentó a Linné la conversación con Carvajal. Esto animó a Linné a entrar en contacto con Gerolamo Grimaldi, embajador de España en Suecia, al que propuso enviar un alumno suyo a España para que evaluara los recursos botánicos hispanos. Linné en su propuesta solicitaba apoyo financiero a la Corona de España, ya que la Academia de Ciencias de Estocolmo, institución que apoyaba el viaje, no disponía de fondos para cubrir todos los gastos que éste generaba. A comienzos de 1751, llegó a Linné la respuesta favorable de la Corte española aceptando su propuesta. Informó de la buena noticia a los círculos científicos y académicos suecos, a los que comunicó, al igual que a los representantes españoles, que había pensado en Löfling para realizar la misión científica en España. En Suecia se apoyó esta propuesta y, así, la propia Academia de Ciencias de Estocolmo le acogió entre sus miembros y le ayudó a equiparse con los instrumentos científicos adecuados para efectuar sus trabajos.

Mediante un pasaje para Oporto (Portugal) en un barco de la S.O.K., compañía sueca de Indias Orientales, Löfling partió de Suecia el 16 de mayo de 1751. La travesía de Löfling duró setenta y un días hasta desembarcar en Oporto el 25 de julio. De allí se dirigió a Lisboa, en donde contactó con el francés Louis Godin, compañero de Jorge Juan y Antonio de Ulloa en la expedición geodésica franco-española a Ecuador. Acompañado por Godin, Löfling partió hacia España a finales de septiembre y, tras veinte días de viaje, llegaron a Madrid el 20 de octubre de 1751.

La llegada a España en 1751 de Löfling marcó un punto decisivo en el desarrollo de la botánica española, ya que supuso la primera toma de contacto directa y clara con el sistema botánico linneano. Si bien es cierto que las obras del botánico sueco ya se conocían y se podían encontrar en instituciones españolas o en las bibliotecas de médicos y boticarios, lo cierto es que la posesión de estas obras linneanas era un reconocimiento al valor científico de los trabajos de Linné, que nadie en Europa dudaba, pero no significaba que su metodología y nomenclatura se aceptaran entre los botánicos españoles más importantes, que eran fieles a la orientación de Joseph Pitton de Tournefort. Si en cuanto al ambiente científico general Löfling halló unas condiciones favorables para desarrollar su estudio teórico, también se encontró con una serie de inconvenientes para realizar su trabajo. En primer lugar, por su condición de extranjero con capacidad de evaluar las posibilidades de los recursos naturales y de informar a sus compatriotas, como de hecho hizo en cartas a Linné, se le impidió circular libremente por la Península, incluso para herborizar. Sus actividades se hallaron en un estado permanente de control. Los dos años que antecedieron a su partida hacia Cádiz para embarcarse, Löfling los pasó sin poder moverse de Madrid. A pesar de todo, Löfling desarrolló una buena labor científica en la capital. A los dos años, además de un centenar de descripciones zoológicas y diversas petrológicas, su flora de Madrid alcanzaba ya las mil trescientas especies de plantas.

A mediados de 1753, se le comunicó que se preparase para marchar a Cádiz, desde donde se embarcaría en una expedición hacia América, aunque en principio se mantuvo en secreto el área concreta que recorrería. Fueron múltiples las circunstancias para que un naturalista sueco, que en principio tenía en contra suya la doble condición de ser extranjero y protestante, participase en una expedición española a las colonias americanas, área que la Corona había establecido como muy restrictiva. Las más importantes razones eran de tipo económico y así, a Löfling se le adelantó que entre sus actividades en el continente americano emprendería un estudio sobre el posible aprovechamiento y explotación comercial de la canela.

Löfling partió de Madrid en dirección a Cádiz, localidad a la que llegó el 5 de noviembre. Después de una estancia allí de tres meses, el 15 de febrero de 1754 Löfling, junto con el resto de sus compañeros, embarcó rumbo a América. Se nombró como comisario principal de la expedición a José Iturriaga y Aguirre, buen conocedor del territorio venezolano por sus vínculos con la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas. El segundo comisario fue Eugenio de Alvarado, militar criollo, mientras que Antonio de Urrutia y José Solano Bote, fueron designados tercer y cuarto comisarios respectivamente. Aunque el trazado de los límites entre los territorios coloniales americanos de España y Portugal, tal como se había acordado en el tratado que ambas naciones habían firmado en 1750, era el objetivo fundamental de la Expedición de Límites, la estrategia general diseñada por el Gobierno español también contemplaba otras tareas secundarias. Junto a la redacción de informes geográficos, estadísticos, etc., se pedían estudios de materias económicas, que incluyeran la posibilidad de explotación de recursos naturales. Por eso, la Corona española estimó oportuno que, aparte de los comisarios y geógrafos encargados de establecer las fronteras acordadas, se integrase en la expedición un grupo de naturalistas y dibujantes científicos para que evaluasen, describiesen metódicamente y dibujasen los ejemplares botánicos y zoológicos que constituían recursos naturales de la región en torno al río Orinoco. Este grupo estuvo constituido por Löfling, junto con los médicos Benito Paltor y Antonio Condal como ayudantes y los jóvenes dibujantes Bruno Salvador Carmona y Juan de Dios Castel. Además de naturalistas y dibujantes, la expedición contó con un personal científico de apoyo, compuesto por cosmógrafos, cartógrafos, astrónomos, cirujanos y pilotos. El 11 de abril de 1754, tras cincuenta y cinco días de viaje con vientos desfavorables, pudieron desembarcar en Cumaná.

La expedición tuvo que permanecer en Cumaná tres o cuatro meses, en cuyo período de tiempo pudo realizar diferentes viajes de herborizaciones por la provincia a los lugares más ricos desde un punto de vista botánico. Además, efectuó en estas fechas las primeras descripciones zoológicas, de aves, reptiles y diferentes especies de peces de la costa de Cumaná. Posteriormente, en las primeras semanas del mes de julio Löfling herborizó en Ipure, Macarapan y Cumanacoitia, volviendo con la descripción de más de medio centenar de plantas y algunas zoológicas. A finales de mes, junto con Paltor y Juan de Dios Castel, se embarcó hacia Barcelona, donde cayeron enfermos nada más llegar. Desde Barcelona se dirigieron a las misiones de los capuchinos del Piritu, al río Unare, Tocuyo, Puruey y Clarines. En estas localidades, y en los caminos que iban entre ellas, así como en diversas quebradas, herborizaron durante la segunda semana de agosto. Regresaron a Barcelona y de aquí en lancha a Cumaná a finales de mes. El trimestre siguiente Löfling permaneció en Cumaná, en donde apenas pudo trabajar, ya que unas fiebres y sucesivas recaídas le dejaron sin fuerza para ello. La expedición partió hacia la Guayana a primeros de diciembre de 1754, para desde allí dirigirse por el Orinoco arriba hasta el río Negro. Se formaron dos grupos. Löfling, acompañado de Condal y Castel, fue en una ruta que le hizo volver a Barcelona y a las misiones del Piritu, para desde allí atravesar la llanura y seguir hasta el Orinoco y la Guayana. El otro grupo, en el que estaban Paltor y Castel, tomaron el camino de Paria hasta la isla de Trinidad y, por barco, de ésta al Orinoco, para coincidir todos en la Guayana. Una vez establecido en este territorio, en los primeros días de mayo de 1755 Löfling efectuó algunas excursiones y recorrió, acompañado de Paltor y Carmona, las misiones de Suay, Caroní, Murucuri, Agacagua y Altagracia, donde aprovechó para buscar arbustos de quinas “cunnaurima” y “oroyuro”. A mediados de septiembre, encontrándose en la Guayana, padeció unas calenturas. Tras su traslado de Murucuri a San Antonio de Caroní, se produjo su fallecimiento en febrero de 1756. Allí fue enterrado al pie de un naranjo, con sus propios vestidos en lugar de mortaja, sin olvidarse de la peluca que usaba en sus viajes.

La principal aportación de Löfling en el campo de la botánica americana fueron sus estudios de la flora de Cumaná y de las aplicaciones médicas de las plantas. En relación a sus actividades botánicas, se conservan dos tomos manuscritos de su Flora Cumanensis, de trescientas setenta y cinco hojas con cerca de trescientas descripciones y un Primer borrador de la Flora Cumanensis. Las fechas límites de las descripciones de la Flora Cumanensis abarcan desde su llegada a Cumaná en abril de 1754 hasta el primer trimestre de 1755. De su estancia en Guayana hay borradores de descripciones botánicas intercaladas entre las hojas de su diario de herborizaciones, en las que las últimas fechas son de varios meses anteriores a su fallecimiento. Linné, tras conocer la muerte de su discípulo, consiguió las notas manuscritas de sus trabajos americanos a través de Daniel Scheidenburg, capellán de la legación sueca en Madrid. Con las cartas y descripciones botánicas que Löfling había mandado a Linné desde España en el período 1751-1753, así como con el material americano que le había enviado Scheidenburg, Linné publicó en 1758 en Estocolmo el Iter Hispanicum de Pehr Löfling. El libro fue dedicado por Löfling al por entonces rey de España Fernando VI.

En cuanto a sus resultados zoológicos, sin duda la aportación más importante de la expedición en esta disciplina científica es el manuscrito titulado Ychthiologia Orinocensis sive cathalogus piscium sui in hoc Fluvio piscantur, que comprende medio centenar de descripciones de peces del río Orinoco, además de las de tres reptiles y de cuatro aves, que se encuentran intercaladas entre las ictiológicas. Es necesario resaltar la importante labor llevada a cabo por Löfling en el campo de la ictiología. En su haber se contabilizan alrededor de un centenar de descripciones de peces. La mayoría de ellas quedaron manuscritas, como la de los peces del litoral de Cádiz, del Atlántico, de las costas de Cumaná y del río Orinoco, pero otras fueron publicadas en el catálogo del gabinete de historia natural de la reina de Suecia y en el Systema Naturae de Linné, lo que permite considerar a Löfling como un autor relevante en la historia de la ictiología española y americana.

Löfling apenas dispuso de unos cuantos meses entre los años de 1754 y 1756, parte de los cuales padeció continuas fiebres, para realizar sus estudios de historia natural en Venezuela. A pesar de los escasos medios de que dispuso para realizar su tarea, dentro de la historiografía de la ciencia, se reconoce la importante labor científica que desarrolló Löfling, pionero en la aplicación de la nomenclatura y método linneanos en Sudamérica, al dar a conocer en Europa la flora y la fauna tropical venezolanas.

 

Obras de ~: “Gemmae arborum sub praesidio D. D. Caroli Linnaei propositae a Petro Loefling, medelpado. 18 Nov. 1749”, en Ammoenitates Academicae, Stockholm, II, n.º 14, XXIV (1751), págs. 363-396; “Monoculus cauda foliacea plana”, en Acta Societatis Regiae Scientiarum Upsaliensis, 1751, págs. 42- 46; “Beskrifvning pa Tüane fina Coraller”, en Kongl. Svenska Vetenskaps-akademiens, Stockholm, 13 (1751), págs. 109-122 (la reseña en España de esta publicación de Löfling apareció en la Gaceta de Madrid del 31 de octubre de 1752, n.º 44, pág. 350). El Archivo del Real Jardín Botánico de Madrid conserva la voluminosa obra manuscrita, personal y científica, de Pehr Löfling.

 

Bibl.: C. Linné, Iter Hispanicum [...], Stockholm, Lars Salvii, 1758; “Observaciones de Historia natural hechas en España y en América por Pedro Loefling: traducidas del sueco, según la edición de Carlos Linneo, por D. Ignacio de Asso”, en Anales de Ciencias Naturales, t. 3, n.º 9 (1801), págs. 278-315, t. 4, n.º 10 (1801), págs. 155-191, y n.º 12 (1801), págs. 324-339, t. 5, n.º 13 (1802), págs. 82-104, y n.º 15 (1802), págs. 296-340 (reimpr. en las Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 5 (1907), págs. 11-134); D. Ramos Pérez, El tratado de Límites de 1750 y la expedición de Iturriaga al Orinoco, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1946; S. Rydén, Pedro Loefling en Venezuela (1754-1756), Madrid, Ínsula, 1957; S. Rydén y A. H. Och Uggla, “Pehr Löflings Oration i Medelpado- Jämtländska Nationen den 24 Maj 1749”, en Norrlandica, Norrlands Nation Skrif, serie V (1961), págs. 98-123; S. Rydén, Pehr Löfling: En Linnélärjunge i Spanien och Venezuela, 1751-1756, Stockholm, Almquist & Wiksell, 1965; W. Blunt, El naturalista: vida, obra y viajes de Carl von Linné (1707-1778), Barcelona, Ediciones del Serbal, 1982; M. A. Puig-Samper, J. L. Maldonado Polo y M. Lucena Giraldo, “Loefling y la botánica española. La expedición al Orinoco”, en Asclepio, XXXIX, fasc. 2 (1987), págs. 69-83; F. Pelayo López (ed.), Pehr Löfling y la Expedición al Orinoco (1754-1761), Madrid, Turner, 1990; M. Lucena Giraldo, Laboratorio Tropical. La expedición de Límites al Orinoco, 1750-1767, Caracas, Monte Ávila Editores, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1991; F. Pelayo López y M. A. Puig- Samper, La obra científica de Pehr Löfling en Venezuela, Caracas, Cuadernos Lagoven, 1992; M. Lucena Giraldo y A. de Pedro, La frontera caríbica: expedición de límites al Orinoco, 1754-1761, Caracas, Cuadernos Lagoven, 1992; M. A. Puig-Samper, “Difusión e institucionalización del sistema linneano en España y América”, y P. E liasson y S. Sorlin, “Swedish Science and the New World”, en A. Lafuente, A. E lena y M. L. Ortega (eds.), Mundialización de la ciencia y cultura nacional, Aranjuez, Doce Calles, 1993, págs. 359-359 y págs. 619-634, respect.; La Comisión naturalista de Löfling en la Expedición de Límites al Orinoco, Madrid, Lungwerg, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Real Jardín Botánico, Caja Madrid, 1998.

 

Francisco Pelayo López

 

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