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Francisco Maldonado

Biografía

Maldonado, Francisco. Chiconabtla (México), 1511 – México, s. m. s. XVI. Indio mexicano cristiano, cacique.

Todo lo que se sabe sobre este indio cristiano, Francisco Maldonado, se refiere a la denuncia que en 1539 efectuó ante la Inquisición de México, la primera en su historia, pues la biografía, extensa, que del cacique “Maldonado, Francisco” da Mercedes García Fernández en el Diccionario biográfico, vol. IV de la Enciclopedia de Historia de España (1991), se refiere a una probanza de méritos y servicios, efectuada entre los años 1612 y 1629, por lo que no puede referirse a la misma persona, aunque sí a la misma estirpe. Quizás este último pudiera ser hijo o, quizás, nieto, del biografiado aquí.

Según el proceso inquisitorial, publicado en 1910, resulta que Francisco Maldonado era un indio natural de Chiconabtla, cristiano, que en la Ciudad de México denunció, ante el primer obispo de México, a su tío, el cacique de Tetzcoco. El auto cabeza del proceso empieza así: “En la Iglesia de Santiago de Tatelalco de esta cibdad de Mexico, Domingo veinte i dos dias del mes de Junio, año del nacimiento de nuestro Salvador Jesu.Xto del mill é quinientos é treinta é nueve años, ante el Reverendisimo Señor Don Fray Juan de Zumarraga, por la gracia de Dios é de la Santa Yglesia de Roma, Primer Obispo de esta dicha Cibdad de Mexico, del Consejo de Su Magestad y Inquisidor Apostolico contra la heretica pravedad [sic] e apostasia en esta dicha cibdad [...] parescio presente Francisco, indio, natural de Chiconabtla, siendo interpretes el Padre Fray Antonio de Ciudad Rodrigo, Provincial de la Orden del Señor Sant Francisco en esta Nueva España, é su compañero Fray Alonso de Molina, é Fray Bernardino, letor del Colegio de Santiago, por lengua de los cuales dixo: que viene a denunciar y a decir lo que sabe de Don Carlos, principal é vecino de Tezcuco [...] y es que puede haber veinte dias, poco mas ó menos, que haciendo ciertas procesiones é rogativas [...] en el pueblo de Chiconabtla, por consejo del Padre Provincial, por el agua, y porque moria mucha gente, el dicho Don Carlos fue al dicho pueblo de Chiconabtla, [...] è como el dicho Don Carlos vido hacer las dichas procesiones [...] murmuró de ello diciendo que para qué hacian aquello; y después [...] el dicho Don Carlos llamo a éste que declara diciendo que le queria hablar, y ido a donde él estaba, el dicho Don Carlos delante de Don Alonso su cuñado y Don Cristóbal y de otros dos principales de Tezcuco, que iban con el dicho Don Carlos, reprendiendole mucho: ‘pobre de ti [...] é qué es esto que haces, piensas que es algo lo que haces?’ —dándole a entender que era inorante é simple, y que no sabia lo que se hacia [...] y esto que te digo yo lo sé mejor que tú porque eres mochacho; por eso dejate de esas cosas que es vanidad, y esto dígote, como de tio a sobrino, y no cures de andar en eso ni andar haciendo creer á los indios lo que los Frailes dicen [...] todo lo qual dixieron los dichos interpretes, que lo dice el dicho Francisco, indio, y lo firmaron y asimismo firmó el dicho Francisco”.

El proceso continúa con la declaración de numerosos testigos y del propio imputado, y en el apartado o capítulo XXIV aparece una interesante “Ampliación de la denuncia que hizo Francisco Maldonado” el 11 de julio de 1539, ante el obispo, en el pueblo de Chiconabtla: “[...] le dio su dicho escrito de su letra en lengua de indios, cerca de lo que sabia de Don Carlos Chichimecatecotl, de Tezcuco, porque está en romance, le mandó que por lengoa, del padre Juan Gonzalez, clerigo que presente estaba... E luego, el dicho Francisco, habiendo jurado en forma de derecho e leyendo por lo que le dio en escripto, dijo e depuso por lengoa del dicho Juan Gonzalez, lo siguiente: [...]”.

Sigue con frases contra la religión católica, diciendo que todo eso son engaños de los frailes. Que su abuelo y su padre nunca le dijeron que vendrían otros a cambiar sus creencias. Que los dioses que ellos tenían ya vivían en el cielo. Que los frailes que les enseñan unos visten de un color (los de San Agustín) y otros de otro (los de San Francisco) y que sus oraciones son distintas. “Mira hermano, que te lo prohibo y te lo vedo, y te lo reprehendo y riño, porque eres mi sobrino, que no los hagas lo que te dicen el Visorrey y el Obispo y el Provincial [...] que también yo me crié en la iglesia y casa de Dios como tú, pero no hago ni vivo como tú [...]”. Siguió apostrofando a su sobrino en contra de la religión y de los frailes, diciéndole: “Huyamos de los padres religiosos y hagamos lo que nuestros antepasados hicieron, y no haya quien nos lo impida [...] comamos y bebamos y tomemos placer y emborrachémonos como solíamos hacer, [...] y tú sobrino Francisco, mira que recibas y obedezcas mis palabras [...]”. De la religión pasaba al ataque contra los invasores del reino de sus antepasados. “¡Estoy muy enojado é sentido! [...] ¿quién viene aquí a mandarnos y aprehendernos e sojuzgarnos? Que no es nuestro pariente ni nuestra sangre [...]”. Todo esto lo oyeron, además del testigo Francisco, don Alonso, señor de Chiconabtla, Cristóbal, indio vecino de Chiconabtla, y dos principales de Tezcuco, Zacanpatl y Coaunochitly, y otro llamado Poyoma, y un principal de Chiconabtla, “y que todos los suso dichos se escandalizaron de lo que el dicho Don Carlos les dijo [...]”.

Termina la declaración del indio Maldonado: “Y en ello se afirmaba y se afirma, porque así es la verdad para el juramento que hizo, y encargósele el secreto en forma, y Su Señoría y el dicho Francisco y el dicho intérprete, lo firmaron de sus nombres.- Fray Juan, Obispo de México.- Juan González.- Miguel López.- Francisco Maldonado” (Proceso..., págs. 39-44). Se trataba del primer proceso inquisitorial: se consultó a la Audiencia y al virrey. El resultado fue trágico. Fue condenado Carlos a la hoguera y entregado al brazo secular. La sentencia se consumó el 30 de noviembre de 1539. Enviada copia del proceso a España, Carlos I, por Cédula Real de 22 de noviembre de 1540, ordenó que se devolvieran los bienes secuestrados a la familia, y mostró su enfado con el obispo Zumárraga, a quien le escribió “que tratara a los indios con más amor que rigor”.

Este proceso demuestra el respeto de los conquistadores por el mantenimiento de la nobleza y los señoríos de los indios (caciques, “principales”). También demuestra, por las declaraciones en su idioma vernáculo, el mantenimiento de las lenguas indígenas, en este caso se trataba del dialecto maya “chontal”; su texto más antiguo es el llamado “texto chontal”, en el que Francisco Maldonado, a quien se considera hijo o nieto del biografiado (Artola, IV, 1991: 517), presentó su probanza de méritos o servicios en 1612.

 

Bibl.: Comisión Reorganizadora del Archivo General y Público de la Nación, Proceso Inquisitorial del Cacique de Tetzcoco, México, E. Gómez de la Puente, Editor, 1910; R. García Granados, Diccionario Biográfico de Historia Antigua de Méjico. Vol. III, Indios cristianos de los siglos XVI y XVII, México, D.F., Instituto de Historia, 1953, pág. 118; B. Garza Cuarón y G. Baudot, Historia de la literatura mexicana. Vol. I, La literatura amerindia de México, Madrid, México, Siglo XXI, págs. 54 y 188; M. Artola (dir.), Enciclopedia de Historia de España, vol. IV, Madrid, Alianza, 1991, págs. 517-518; VV. AA., Diccionario Porrúa de Historia, Biografía y Geografía de México, vol. III, México, Editorial Porrúa, 1995 (6.ª ed.), págs. 2542-2543; H. Musacchio, Milenios de México, vol. III, México, Hoja Casa Editorial, S. A. de C. V., 1999, pág. 2126.

 

Fernando Rodríguez de la Torre

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