Cruz, Marina Josefa de la. Bujalance (Córdoba), f. s. XVII – Villafranca (Córdoba), 1758. Cofundadora de la Congregación Hijas del Patrocinio de María.
Lo que se conoce de la hermana Marina Josefa de la Cruz es su adhesión a la obra del padre Luis Pérez Ponce que se inicia en Aldea del Río, hoy Villa del Río, y continúa en Villafranca, ambas en la provincia de Córdoba. Según testimonios se escribió su biografía, aunque no ha llegado a la actualidad.
En 1712, tras su nombramiento de vicario de Villafranca, el padre Luis Pérez Ponce se lleva a esta localidad tres maestras para continuar allí su obra educativa.
Estas maestras son Isabel del Santísimo Sacramento, Marina Josefa de la Cruz, ambas hermanas y naturales de Bujalance, e Isabel de San José. Marina Josefa de la Cruz forma parte del grupo inicial de la Congregación de la Beatísima Virgen María, a la que el padre Luis da Constituciones y deja todos sus bienes.
En la comunidad ejerce los cargos de hermana mayor y maestra de novicias, aportando su fina sensibilidad femenina, su perspicacia agudísima, su sosegada y exigente mirada evangélica. Escribe un precioso documento en el que comenta las Constituciones del padre Luis: “Advertencias varias y utilísimas reflexiones que dejó escritas la venerable hermana Marina Josefa de la Cruz, sobre las Reglas y Constituciones del colegio de niñas educandas que fundó en Villafranca el grande Siervo de Dios, D. Luis Pérez Ponce. Tomadas de la copia que usó el escritor de la vida de la venerable”, documento a través del cual se revela la riqueza de su personalidad.
Entregada a la causa de Dios en su trabajo sencillo y callado en un pequeño pueblo de Córdoba, pero con una gran formación y cultura, y con una vida de oración y entrega a los hermanos, lo que Marina dice, en realidad, es tan intemporal y tan profundamente cristiano que es válido en cualquier época y lugar. Sus Advertencias nos hablan de generosidad, de entrega absoluta a Dios, hasta el punto de rendir nuestra voluntad a la suya, dejar que sea Dios el que actúe en nuestro sentir y nuestro obrar llevando así a las hermanas a la plenitud humana y cristiana. Junto con esta obediencia a Dios habla del amor, un amor práctico, de todos los días, lleno de pequeños detalles que engrandecen la vida evangélica de las hermanas.
Lo primero en la comunidad es Dios y su Voluntad, llevar su amor a todos, entregarse a la labor de formación integral de las niñas y mujeres..., todo gira en torno a estas realidades; por eso, las hermanas no deben ser esclavas de su egoísmo, pero tampoco de prácticas de piedad, de horarios y estructuras que quitarían humanidad a la labor llena de Evangelio de la Congregación. Escribe: “No debe, pues, nuestro amor contentarse con menos que con desear dar por este amor la vida, y aunque esto así se haga, quedamos con una deuda infinita, por ser siempre limitado nuestro amor. Mirar que este Señor nos amó antes que lo amásemos y que nos amó sin habernos menester” (Advertencias, cap. 7, n.º 6).
La Congregación Hijas del Patrocinio de María, que nació el 19 de marzo de 1919 por la fusión de dos obras cordobesas, las fundadas por el padre Cosme Muñoz Pérez en Córdoba y el padre Luis Pérez Ponce en Villafranca, y es hoy la depositaria de este rico legado, reconoce y considera a la hermana Marina Josefa de la Cruz cofundadora y alma de la primera comunidad que mantuvo vivo el espíritu de su fundador.
Bibl.: G. Vilches (definidor de la Provincia de Andalucía del señor san Basilio Magno), Vida del Venerable Padre Luis Pérez Ponce, Córdoba, en la Librería, por Diego de Valverde y Leyva y Diego Rodríguez, 1741; Hijas del Patrocinio de María, Documentos Fundacionales, Fuenlabrada (Madrid), Anzos, 1989.
José Martín Brocos Fernández
