Tisnacq, Charles de. Charles van Tisenaecken. ?, p. s. xvi – Bruselas (Bélgica), 17.IV.1573. Guardasellos en el Ministerio Colateral de Madrid, presidente y consejero del Consejo Privado de Flandes y consejero del Consejo de Estado y del de Brabante.
Era hijo de Simón de Tisnacq, caballerizo de María de Hungría, y de la dama Marie van Thielt. Después de finalizar sus estudios de Derecho, Tisnacq comenzó a ejercer la magistratura, donde no estuvo mucho tiempo, ya que el 26 de julio de 1527 se le concedió un asiento en el Consejo de Brabante como consejero extraordinario. Posteriormente, el 4 de junio de 1545, fue nombrado consejero ordinario y abogado fiscal del mismo Consejo. Comenzaba de esta manera una fructífera carrera en la Administración.
Desde el Consejo de Brabante pasó al Consejo Privado el 3 de enero de 1550 como consejero y maître des requêtes (relator). Posteriormente, entró en el Consejo de Estado durante el gobierno de Emmanuel Filiberto de Saboya, aunque no consiguió en 1557 el nombramiento como canciller de Brabante al ser derrotado por Scheyfve, que contaba con el apoyo de muchos nobles del Toisón. Su gran oportunidad, sin embargo, le llegó en 1559. En ese momento, Felipe II iba a dejar los Países Bajos para retornar a Castilla y quería a su lado a un guardasellos y un secretario, que formasen lo que Rabasco Valdés convino en llamar el Ministerio Colateral. Charles de Tisnacq fue nombrado conseiller-garde des sceaux auprès du souverain el 17 de junio de 1559, mientras que Josse de Courtewille fue elegido secretario.
Tisnacq emprendió viaje con el monarca cuando este partió de Flandes para permanecer en la Corte durante diez años. Durante ese tiempo ejerció, además de como guardasellos, como tesorero de la Orden del Toisón desde 1562. Su figura adquirió un importante papel como correa de transmisión, al comunicarse con la gobernante Margarita de Parma, sus antiguos colegas del Consejo de Estado o, incluso, con Egmont y Horn en 1563 cuando estos le comunicaron sus quejas sobre Granvela. Tisnacq era partidario de este último e hizo todo lo posible por parar las quejas que contra él se iban vertiendo por parte de los nobles neerlandeses o por Simón Renard.
Su momento de mayor actividad en Madrid fue, sin duda, el previo al comienzo de los tumultos en Flandes. Junto a Courtewille, Hopperus o Viglius, defendía una postura intermedia en el conflicto, ya que a todos ellos les disgustaban las ideas de los nobles aunque creían en la moderación en asuntos religiosos. No eran bien vistos en la Corte por su postura entre dos aguas aunque, desde luego, se mostraban más partidarios de las tesis “ebolistas”, que propugnaban moderación en la toma de decisiones, que de las “albistas”, que conllevaban una mayor beligerancia. El origen de esta simpatía provenía de la influencia de Viglius, reconocido ebolista pese a su relación clientelar con el cardenal Granvela, con el que todos los ministros flamencos que acudieron a Madrid mantenían una relación espiritual y de clientelazgo. El auge de la facción “castellanista” desde 1565 hizo que Charles de Tisnacq tuviese una difícil posición en la Corte y, debido a eso, se comenzó a especular con su retorno a Flandes ante las reformas que pretendía llevar a cabo Margarita de Parma en los consejos colaterales para separar las presidencias del Consejo de Estado y del Privado, que estaban en manos de Viglius y del que no se fiaba la duquesa. Felipe II quería nombrar a Tisnacq presidente del Consejo de Estado pero la gobernadora y Viglius preferían a Hopperus, sobrino de Viglius, en dicho puesto y a Tisnacq para el Privado.
La decisión final, sin embargo, fue que Hopperus fuera llamado a Madrid para sustituir a Tisnacq como guardasellos y que éste retornara a Flandes.
El viaje se postergó porque se pretendía que viajara junto a Felipe II cuando este acudiera a solventar la rebelión, algo que no ocurriría nunca. No fue por lo tanto hasta 1569, ya con el duque de Alba en Flandes, cuando se comenzó a efectuar la reforma de los consejos colaterales. Finalmente se decidiría que Viglius conservara la presidencia del Consejo de Estado y Tisnacq pasara a la del Privado, con fecha del 9 de septiembre de 1569, aunque sustituyendo a Viglius cuando su salud se lo impidiera.
No se puede considerar este nuevo destino como un premio para Tisnacq, aunque desde luego recibía un puesto importante, ya que significaba que Felipe II apoyaba al duque de Alba y no a él en el conflicto que ambos mantenían. Las malas relaciones entre los consejeros flamencos de Madrid y Fernando Álvarez de Toledo, que ya se manifestaron desde 1565, se agudizarían cuando el noble castellano llegó a Flandes en 1567. La aplicación del Perdón General mostró las primeras desavenencias ya que, mientras el gobernador pretendía acabar con la rebelión antes de promulgarlo, Hopperus y Tisnacq pretendían que se publicara lo antes posible con el fin de aplacar la revuelta.
Alba, aprovechando que su posición en la Corte era aún fuerte, protestó contra la postura de ambos y contra la poca discreción que se usaba en Madrid en los asuntos relacionados con los Países Bajos. Aunque Hopperus intentó acercarse al gobernador para evitar nuevos problemas, el duque continuó presionando y consiguió que Charles de Tisnacq fuera castigado por su indiscreción. Según parece, el guardasellos advirtió a Egmont, Horn y Orange de las acusaciones hechas contra ellos por fray Lorenzo de Villavicencio e hizo públicos dos despachos del Rey, uno sobre Inglaterra y otro sobre el “Perdón General”.
Los últimos años de su vida, ya en su tierra natal, a la que llegó el 28 de enero de 1570, se caracterizaron por los diversos enfrentamientos que siguió manteniendo con el duque de Alba desde su oficio de presidente del Consejo Privado al unirse a los detractores del gobernador. Tisnacq no pudo asistir a la caída en desgracia del noble castellano ya que falleció unos meses antes de que éste saliera de Flandes.
Charles de Tisnacq había contraído matrimonio con Catherine Boissot, hija del receptor del dominio real en Malinas, Pierre Boissot. Tuvieron tres hijos, Charles, que fue capitán interino de los Archeros de Corps así como lugarteniente de la Corte feudal de Brabante, Engelbert, que fue canónigo de San Pedro en Anderlecht, y Catherine que se casó con el barón de Selles. A la viuda, se le concedió una pensión de 1000 florines tras la muerte de Tisnacq y vivió hasta el 24 de mayo de 1598.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Estado, legs. 538-552; Secretarías Provinciales, leg. 2524, fol. 13.
J. J. de Smett, Biographie nationale, vol. XXV, Bruxelles, Académie Royale des Sciences, des Lettres et des Beaux- Arts de Belgique, 1866-1986, págs. 334-340; E. Poullet y Ch. Piot (eds.), Correspondance du Cardinal de Granvelle, 1565-1586, vol. I, Bruxelles, F. Hayez, 1877-1896, pág. 17, nota 1; P. D. Lagomarsino, Court factions and the formulation of Spanish policy towards the Netherlands (1559-1567), tesis doctoral, Cambridge, University, 1973 (inéd.), págs. 66, 121, 157, 169, 177, 184, 190, 195, 237 y 240; J. M. Rabasco Valdés, “Una etapa del Consejo de Flandes y de Borgoña: Del Ministerio Colateral a las Ordenanzas de 1588”, en Anuario de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Granada (1979), pág. 67; E. Aerts et al., Les institutions du gouvernement central des Pays-Bas Habsbourgeois (1482-1793), vol. I, Bruxelles, Archives Générales du Royaume, 1996 (Serie Studia, vol. 56), pág. 82; J. E. Hortal Muñoz, “La concesión de mercedes en los Países Bajos durante el gobierno del duque de Alba. La importancia del control del gobierno de las ciudades y de las provincias”, en J. Bravo Lozano (ed.), Espacios de poder: Cortes, ciudades y villas, Alicante, Caja de Ahorros del Mediterráneo, 2002, págs. 189 y 200.
José Eloy Hortal Muñoz