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Francisco Rabaneda Cuervo

Biografía

Rabaneda Cuervo, Francisco. Paco Rabanne. Pasajes (Guipúzcoa), 18.II.1934 – Portsall (Francia), 3.II.2023. Modisto y diseñador de alta costura y pret à pôrter.

Creador de un estilo de moda vanguardista con materiales como el plástico o el metal y de la marca que lleva su nombre en perfumes y licencias de moda, su vida y su trabajo se desarrollaron en París, donde la familia se exilió tras la muerte del padre, y donde su madre siguió trabajando como première (oficiala o costurera de primera) del modisto Balenciaga.

En 1952 se matriculó en la École des Beaux Arts para estudiar arquitectura, allí conoció a intelectuales y artistas, en un ambiente de ebullición cultural que marcaría su vocación creativa. Para financiar sus estudios diseñó y produjo diversas clases de accesorios y botones para firmas como el zapatero Charles Jourdan. Montó, para estos encargos, con sus hermanos, un pequeño negocio de marroquinería vanguardista y dejó, a principios de los años sesenta, los estudios de arquitectura. Trabajó entonces en pequeñas joyas de fantasía para firmas como Givenchy, Dior y Balenciaga, en las que empleó un material nuevo: el plástico transparente e incombustible llamado Rhodoid. Ligero, rígido, muy barato, el Rhodoid está disponible en placas de todos los colores y es fácilmente recortable. Desde los primeros años sesenta, Paco experimentó con estas placas, las unió con anillas o clavos y creó, con este material, pendientes que tuvieron enorme éxito. Luego produjo toda clase de accesorios y hasta pequeños “boleros” hechos de estas pastillas multicolores que encajaron plenamente con el estilo Pop y el nuevo gusto juvenil iconoclasta y heterodoxo que precedió a la explosión de la minifalda. Estos accesorios baratos y asequibles para los jóvenes se vendieron muy bien en las nuevas boutiques, supusieron su primer éxito y anunciaron el estilo vanguardista y de ruptura con el que sería conocido en todo el mundo.

El 1 de febrero de 1966 lanzó una colección de “12 robes importables en materiaux contemporains” (“vestidos inllevables en materiales contemporáneos”), una propuesta que es como un manifiesto: llega una nueva forma de vestir. Estos trajes femeninos están hechos con pastillas de plástico Rhodoid enganchados con clavos, anillas y engarces metálicos, y fueron presentados por maniquíes negras —algo insólito en aquel momento— que bailaban frenéticamente músicas Pop. Su propuesta era una provocación completa, en un momento en el que la moda competía por cambios radicales en la indumentaria femenina y masculina de la mano de creadores jóvenes como Mary Quant en Londres y André Courrèges en París, ídolos musicales como los Beatles o los Rolling Stones y movimientos como beatniks y hippies. La propuesta de Rabanne fue acogida con división de opiniones en el mundo de la moda: Cocó Chanel le dio el sobrenombre de “el metalúrgico”, pero la prensa también le llamó “el Julio Verne de la moda” y lo calificó de visionario.

La energía creativa de Rabanne prosiguió ese año con otras propuestas transgresoras: pieles en pastillas cosidas con tachuelas, mallas de metal o plumas de avestruz unidas, para un abrigo, por bandas adhesivas transparentes. Un par de gafas de Rohdoid y astrakán, muy celebradas por su excentricidad, están datadas en esta primera oleada creativa que prosiguió en el verano de 1966 con una colección completa de vestidos de papel de colores irisados hecho con “trama de nylon ignífugo, suave”, según descripción del modisto. Obsesionado por lo que llamó “vestido democrático”, el papel, cortado y modelado sobre unos “planos de arquitecto”, Rabanne se mostraba orgulloso de este invento que “requiere 3 minutos para ser fabricado, es de una materia barata y ecológica (sic), un producto de consumo democrático, muy ligero y efímero, que me hubiera gustado que pudiera encontrarse en máquinas distribuidoras automáticas de estaciones y aeropuertos”, según cuenta en su web oficial. Este ambicioso proyecto quedó en flor de una temporada: las instalaciones para fabricar el traje del papel no encontraron financiación.

En plena euforia creativa que busca la novedad y la diferencia en los materiales y los procesos de fabricación, lanzó, en 1967, el vestido “Giffo”, hecho de un plástico pulverizado sobre un molde que incluye piezas como los botones: el plástico flexible se adapta luego al cuerpo femenino y con él hace vestidos y abrigos, pero el proyecto, complejo en el proceso de fabricación, se paró en los prototipos pese a la previsión de poder producir un impermeable por minuto.

Ese mismo año, diseñó vestidos para las películas Two for the road (Dos en la carretera) de Stanley Donen y protagonizada por Audrey Hepburn y Les aventuriers (Los aventureros) con Alain Delon. En 1968, mezcló pieles y cueros tejidos —previamente convertidos en tiras finas y suaves— con aluminio para hacer toda clase de prendas y cambió completamente el concepto del uso de estos materiales en la moda al dotar a sus creaciones de suavidad y capacidad de adaptación al cuerpo. Empezó también a tejer jerséis y vestidos de aluminio que llevaron actrices como Brigitte Bardot, Françoise Hardy o Jane Fonda, para quien realizó el vestuario de la película de Roger Vadim, Barbarella.

En ese año de 1968, en plena efervescencia contestataria del mayo francés, Rabanne contactó con la firma española de perfumes Antonio Puig, para producir su primer perfume, Calandre, que vio la luz en 1969. Esta colaboración llevó a la empresa española a instalar una fábrica en Chartres, desde donde se lanzarían todas las fragancias Rabanne —Paco Rabanne pour homme, en 1973, Sport en 1986, XS en 1993, Paco en 1996, y Ultraviolet en 1998—, todas ellas con gran éxito mundial ya que se utilizó en su composición, por primera vez, aromas de maderas exóticas.

En 1969, Rabanne estaba en su máximo apogeo.

Sus vestidos más famosos eran piezas que se disputan los museos y él se había convertido en uno de los referentes de la moda mundial en la cual influía rompiendo tabúes, convencionalismos y también procesos de fabricación y de gusto estético a través de la mezcla insólita de texturas, colores y materiales.

Sus colecciones de ese año reinventan el encaje: lo hizo de placas de plástico blando de formas diversas ensambladas por metales. Bajo ese encaje, proponía transparencias que dejan ver la piel o cotas de malla de metales ligeros. “Nuestra creación debe ser un juego, puesto que la moda es algo inútil. Pero ya que la sociedad en la que vivimos nos obliga a cambiar sin pausa, cambiémosla rápidamente, inventando sin parar artilugios impensables, cuanto más locos mejor”, decía el modisto en marzo de 1969 a la publicación francesa Le fait publique. Esta es su filosofía y su concepto de la moda que impulsa la alta costura, en cuya Chambre syndicale —poderoso sindicato fundado por Worth que certifica la calidad de sus miembros— no fue admitido hasta 1971.

A partir de estas fechas Rabanne se convirtió ya en un “clásico” que se reinventa a sí mismo en su total look de mallas de plástico, reciclado de botellas usadas de agua mineral o de cortinas de ducha, mallas de pieles o de metal cada vez más perfeccionadas. Crea sus trajes escultura (1986) y recibe toda clase de premios.

En 1990 comenzó su división prêt à porter a la vez que mantenía viva su colaboración con la firma Puig, publicó varios libros y comenzó una trayectoria esotérica que le llevó a hacer revelaciones sobre sus “otras vidas” y predicciones de catástrofes universales que mantuvieron viva su presencia en la prensa internacional como impredecible visionario.

Los cambios en la economía de la moda le llevaron, en 1999, a cerrar su casa de alta costura, pero su firma, apoyada siempre por Puig, tiene ciento cuarenta licencias de moda y un excelente mercado en perfumes. En 2002 cedió el diseño de sus productos a Rosemary Rodríguez, quien fue sucedida por Patrick Robinson en 2005, y centró su interés en la creación de un Museo Paco Rabanne en la tierra que le vio nacer.

El Ministerio de Cultura le concedió en noviembre de 2010 el Premio Nacional de Diseño de Moda.

 

Obras de ~: Trajectoire, Paris, Michel Lafon, 1991; La fin des temps, Paris, Michel Lafon, 1994; Le temps present, Paris, Michel Lafon, 1994; Le feu du ciel, Paris, Michel Lafon, 1999; Le fil d’Ariane, Paris, Michel Lafon, 2005.

 

Bibl.: M. Rivière, “Moda”, en J. M.ª Jover Zamora (dir.), Historia de España de Menéndez Pidal, Madrid, Espasa Calpe, 1966-2001; M. Rivière, Diccionario de la moda del siglo XX, Barcelona, Grijalbo, 1996; L. Kamitisis, Paco Rabanne (Fashion memoir), Londres, Thames & Hudson, 1999; F. Chacón, “Paco Rabanne, Nacional de Moda” en El Mundo, 12 de noviembre de 2010, pág. 57; www.pacorabanne.com.

 

Margarita Rivière

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