Alcalde y Merino, Bernardo. Licenciado de Falces. Falces (Navarra), 24.VIII.1707 ant. – ?, s. xviii. Torero.
Francisco de Goya inmortalizó en varios grabados de su Tauromaquia al Licenciado de Falces, torero en una época en la que el toreo estaba comenzando a dar sus primeros pasos. Entonces, torear consistía, fundamentalmente para los diestros navarros, en jugar y recortar al toro, regidos por unas normas y unos conceptos que nada tienen que ver con el toreo moderno.
Ése era el que, al mismo tiempo, estaba comenzando a esbozar Pedro Romero, entre otros, en Andalucía.
Hijo de una familia de la nobleza Navarra, Bernardo Alcalde fue bautizado el 24 de agosto de 1707.
Alcanzó, tras pasar por el grado de estudiante, el de licenciado y, según José Daza, también el de presbítero.
Cossío recoge un texto que le sitúa toreando, ya famoso, en Pamplona en 1733, en el recibimiento que en esa ciudad se iba dar a doña Ana de Neouburg, viuda de Carlos II: “Resolvió Su Señoría que privadamente se solicitase saber si don Bernardo Alcalde, llamado en lo común el Estudiante de Falces, de singular y extraordinaria destreza y sin igual en el ejercicio de torear, tenía ánimo de concurrir a la fiesta de toros”. Actuó el Licenciado, y lo hizo vestido con el traje de los estudiantes: “Chupa y calzón de terciopelo negro, sombrerillo castellano, medias encarnadas, y solvitas de tafetán encarnado listeado, que dispuso la ciudad”. Más adelante, incluso se encargó de seleccionar los toros que iban a lidiarse en la ciudad de Pamplona. Disfrutó de gran fama durante muchos años, y Nicolás Fernández de Moratín le dedicó cumplidos elogios en su Carta histórica sobre el origen y progresos de las fiestas de toros en España, dirigida el 25 de julio de 1776 al príncipe de Pignatelli, en la que dice: “Fue insigne el famoso Melchor y el célebre Martincho, con su cuadrilla de navarros, de los cuales ha habido grandes banderilleros y capeadores, como lo fue el diestrísimo Licenciado de Falces”.
Cossío recoge las alabanzas (que son elogio y, al mismo tiempo, descripción de las suertes que practicaba, algunas de ellas dibujadas por Goya) que José Gomusa le hizo en su Carta apologética de las funciones de toros, con una canción al fin en obsequio del célebre Pedro Romero. Dedicada a los buenos españoles que estiman el mérito dondequiera que lo hallan: “Apenas hay en España quien no tenga noticia (y hay muchos sanos aún que le conocieron) del famoso Licenciado de Falces, así llamado por el lugar de su nacimiento.
Este consumado profesor varió en extremo las suertes del arte e hizo ver palpablemente la infalibilidad de ellas. Hizo varias veces rendir al toro sin salir del recinto de un pequeño círculo, marcado por él mismo en la arena, sin desembozarse siquiera de la capa.
Saltó por encima de él, poniendo el pie derecho sobre testuz, cuando lo inclinaba para herirle [es ésta la suerte del trascuerdo]. Le cubrió con parches de pez los ojos estando tendido en el suelo, e hizo otras mil cosas que no hoy no se hacen porque no hay quien sepa hacerlas”. Hacía, pues, suertes, saltos y cuarteos de habilidad y valor, quedando también constancia de que toreaba con la capa (“ejecutó difíciles y primorosas suertes de capa al estilo de su país”, escribió José de la Tixera).
Bibl.: N. Fernández de Moratín, Carta histórica sobre el origen y progresos de las fiestas de Toros en España, Madrid, Imprenta Pantaleón Aznar, 1777; J. Gomusa, Carta apologética de las funciones de toros, con una canción al fin en obsequio del célebre Pedro Romero. Dedicada a los buenos españoles que estiman el mérito dondequiera que lo hallan, Madrid, 1793; J. de la Tixera, La fiesta de toros, Barcelona, Costa, Giudice y García, 1927; J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol.
3, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 18-20; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989, págs. 167-168; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.), págs. 22-23; J. M.ª Sanz Suescun, Los toreros falcesianos y el origen de las fiestas. Textos ampliados de la Historia de la Muy Noble y Muy Leal Villa de Falces, y del Viejo Reino, Pamplona, Ulzama Digital, 2001.
José Luis Ramón Carrión