Bohórquez Gil, Bartolomé. Ubrique (Cádiz), 26.I.1855 – ?, 1929 post. Maestro de Instrucción Pública, teósofo y masón.
Tras realizar los estudios de Magisterio, un decreto del rectorado de la Universidad de Sevilla lo nombró en 1888 auxiliar en propiedad de la escuela elemental de niños de Ubrique. En 1882 se había iniciado en la logia masónica local América con el nombre simbólico de Catón para ocupar poco después el cargo de venerable maestro. Permaneció en el taller ubriqueño, tras un breve paréntesis en la logia Fiat Lux n.º 115 de Ronda, hasta 1889. Esta logia se distinguió por su destacada labor cultural mediante la fundación de instituciones educativas y culturales como el Círculo Instructivo Luz de la Sierra, la escuela de adultos Regeneración o el centro laico Ateneo. Posteriormente, fue destinado a Tarifa donde, además de su labor docente como director de un colegio de primera enseñanza, dirigió el Círculo Instructivo del Obrero que ofrecía clases nocturnas a los trabajadores. En esta localidad se afilió a la logia Bercelius y fue elegido en 1893 primer vigilante o vicepresidente del taller. Su ingreso en esta institución le permitió entrar en contacto con personas de parecidas inquietudes y continuar así su actividad cultural. Integrado en el Partido Liberal participó también en la vida política local y realizó algunas misiones en la provincia por encargo de sus jefes políticos. Colaboró también con varias publicaciones y en 1897 fundó el semanario El Eco de Tarifa, del que fue director. En este periódico aparecen ya algunos de los temas que siempre le preocuparon, como la religión y la idea de un dios cercano a los hombres, que anunciaban de alguna manera el paso que habría de dar hacia la teosofía.
Instalado en Valencia, Bohórquez trabajó como oficial de la Hacienda Pública, aunque no se desvinculó de la educación, puesto que también fue director de un colegio laico de primera enseñanza. Después de su experiencia masónica, encontraba en las sociedades teosóficas un nuevo espacio de sociabilidad donde desarrollar sus cualidades y sus deseos de ser útil a los demás. Sus deseos de conocer le llevaron a considerar la teosofía como la más perfecta de las doctrinas de su tiempo. En 1912 dirigió una sociedad de estudios psicológicos llamada El Faro del Porvenir y que fue representante de la Orden de la Estrella de Oriente de la Sociedad Teosófica. Durante estos años desarrolló una intensa labor como propagandista de las doctrinas teosóficas impartiendo conferencias, lo que le obligó a realizar frecuentes desplazamientos. Dirigió también la revista La Luz del Porvenir, que se definía como una publicación de “espiritualismo ecléctico”, al mismo tiempo que se entregaba a las tareas de organizar y extender la sociedad, realizando gestiones para formar una biblioteca internacional de temas teosóficos en Valencia. Esta ingente actividad lo convirtió en el referente del teosofismo en la zona. En 1914, fue elegido presidente de El Faro de la Paz, rama valenciana de la sociedad teosófica, y cuatro años más tarde obtuvo carta constitutiva para operar como entidad autónoma en Madrid. En septiembre de 1920 ingresó en la sección española de la Escuela Esotérica de Teosofía, en la que seguía profesando la fe cristiana —aunque libre de los dictados de cualquiera de sus iglesias— mostrando en sus escritos un gran conocimiento de la Biblia. En 1923 fue secretario de la Orden de la Estrella de Valencia y, ante el aumento de afiliados, creó un segundo grupo, observándose en ambos una importante participación de la mujer. Un año después participó en las sesiones del Consejo General de la Sociedad Teosófica Española, celebrado en Madrid. Hombre cercano a otra de las figuras del teosofismo español, Manuel Triviño, que fue elegido “organizador nacional de la orden”, aceptó en 1928 el cargo de secretario de la sociedad en la provincia de Valencia. Bohórquez tenía entonces setenta y tres años y su delicado estado de salud lo limitó bastante a la hora de hacer propaganda en los ciento setenta pueblos de su jurisdicción. A pesar de todo, ese mismo año fundó la revista Fiat Lux.
Durante sus años valencianos estuvo vinculado al Ateneo Científico. Esa dualidad era muy frecuente entre los teósofos españoles. El Ateneo, como lugar de diálogo, debate y crítica y librepensamiento, frente a la rigidez de la Orden. En 1929 recibió las felicitaciones de Triviño por haber conseguido la legalización de la rama valenciana. En el reglamento enviado al Gobierno Civil de Valencia para su aprobación se describían los fines de esta organización que pretendía reunir a todos los que creen que “el Instructor del Mundo está presente en la tierra” y colaborar con él para el establecimiento de sus ideales. En sus escritos Bohórquez desarrollaba estas ideas. El instructor era concebido como la percepción de la verdad por parte de cada individuo a través de las enseñanzas recibidas de los maestros de la Orden, o como resultado de su propio discernimiento. La Orden debía extenderse a todos los que buscan la verdad.
Durante sus últimos años se hizo más apreciable su distanciamiento de los órganos rectores del teosofismo español, e incluso ciertas diferencias con el nuevo presidente de la rama valenciana. Finalmente, en diciembre de 1929, se produjo su ruptura con la Orden de la Estrella.
Bohórquez fue un espíritu libre, que en esa eterna búsqueda de la verdad sintió tanto respeto por sí mismo y por los demás que sólo quiso seguir los dictados que fuesen resultado de su propia reflexión. Por ello exploró diferentes territorios. La línea abierta en la masonería de Ubrique o Tarifa presenta algunas similitudes en cuanto a su dedicación por llevar la luz de la cultura a todas las capas de la sociedad. Su trabajo intelectual como teósofo o propagandista de estas ideas a través de conferencias y publicaciones quiso llegar a todos por encima de diferencias políticas o religiosas.
Fuentes y bibl.: Archivo General de la Guerra Civil Española (Salamanca), Masonería, Expediente Personal de Bartolomé Bohórquez Gil, leg. 14/367; Documentación de la logia “América”, leg. 744-A-1; Documentación de la logia “Bercelius”, leg. 743-A-24.
A. Morales Benítez, “Bartolomé Bohórquez Gil: teósofo y masón”, en Aljaranda (Tarifa), 50 (2003), págs. 24-30.
Antonio Morales Benítez