Fivaller y Brú, Juan Antonio de. Duque de Almenara Alta (I). Barcelona, 3.XI.1758 – Palma de Mallorca (Islas Baleares), 3.I.1846. Consejero de Estado y gentilhombre de Cámara de Fernando VII.
Nació en Barcelona y fue bautizado en la parroquia de San Miguel Arcángel. Hijo de Juan de Fivaller y de Rubí, señor de Almenara Alta, y de María Antonia de Brú y Destcállar.
Casó en Barcelona el 11 de julio de 1784 con María Bernardina de Taberner Darníus de Ardena y González de la Cámara, V condesa de Darníus y de Illas, marquesa de Villel, que había nacido en la misma ciudad y falleció en Sarria el 19 de octubre de 1834, hija de Bernardino de Taberner, IV conde de Darníus, y de Josefa González de la Cámara.
A Juan Antonio de Fivaller y Brú, marqués consorte de Villel, conde consorte de Darníus, barón de Castellar y de Monroig, se le concedió la Llave de gentilhombre con ejercicio el 4 de septiembre de 1795, honor que disfrutó junto con el de caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, Rodas y Malta, así como los que le correspondían hereditariamente, como ser regidor decano de Barcelona, doce de Soria, perpetuo de Molina de Aragón y alférez mayor de Barcelona.
Consejero de Estado y persona de confianza de la Monarquía, Carlos IV en 1806 le concedió la Grandeza de España. Durante la Guerra de la Independencia formó parte de la Junta Central Suprema y Gubernativa del reino por Cataluña y sus servicios le hicieron merecedor de la Gran Cruz de Carlos III por Real Decreto de 15 de octubre de 1814. Preocupado por el desarrollo de las artes y la cultura catalana, en 1816 ingresó en la Real Academia de Buenas Letras de Cataluña, institución que gozaba del patrocinio de la Corona.
Persona de fuertes convicciones monárquicas, con la llegada del Trienio Liberal, dada su condición de consejero real, sufrió las vicisitudes propias del momento político. Habiendo triunfado la Revolución liderada por Riego, fue expulsado y desterrado de Cataluña por orden del jefe político revolucionario, José Castellá, y fue custodiado por una unidad de artillería al mando de Juan Salvá hasta Vinaroz (Castellón), el 12 de marzo de 1820. Su precipitada salida de Barcelona se ordenó a instancias del pueblo, que se había concentrado enfrente de su casa, según se leía en la Gaceta de Madrid del jueves 6 de abril de 1820.
Llegado a Vinaroz, unos pasquines que pedían su cabeza en el Ayuntamiento, la casa de Correos y el convento de los Recoletos, donde estaba alojado, obligaron a su traslado a Ruidons (Tarragona) en agosto de 1822. Los problemas se recrudecieron ante la intervención de la Santa Alianza contra el Gobierno Liberal y, en la noche del 21 de abril de 1823, una partida de milicianos fue a prenderle, por orden del jefe político Jacobo Gil de Avalles, y se le deportó a Ceuta, adonde llegó tras una penosa singladura de veintiséis días en una barcaza y allí fue detenido hasta su liberación por la llegada de las tropas del duque de Angulema. El 28 de junio de 1823 se le concedió pasaporte para volver a la Península, preferiblemente Castellón. Finalmente desembarcó en Valencia, tras veinte días de viaje, y el 19 de octubre se le concedió permiso para viajar a Madrid. Llegó a la capital el 13 de noviembre para ponerse al servicio del rey Fernando VII, que le concedió el escudo de fidelidad el 14 enero de 1824 por sus servicios y padecimiento durante el Trienio Liberal.
Reinstalado plenamente en su cargo de consejero, su fidelidad al Monarca le supuso la concesión del título de duque de Almenara Alta, el 24 de enero de 1830.
Falleció en Palma de Mallorca el 3 de enero de 1846.
Fuentes: Archivo Histórico Nacional, Estado Carlos III, exp. 1433, OM Religiosas Santiago, exps. 252 y 253, OM Caballeros Santiago, mod. 142, Consejos 9885-1; Archivo General de Palacio, PER 1335-10; Archivo General Militar (Segovia), 1.ª Sección A-1278.
Diego Valor Bravo de Medina