Miranda y Olmedilla, Fernando. Taboada (Lugo), c. 1780 – Vivero (Lugo), 1839. Juez y político.
Nació en la casona da A Peroxa, en Taboada, en el seno de una familia hidalga muy acomodada, convirtiéndose con el tiempo en un gran propietario territorial y señor de la casa de Lagariños en Chantada.
Residía, en tiempo de la Guerra de la Independencia, en Ribadeo, partido del que era juez y más tarde elector y comandante de la Milicia Nacional, además de su primer contribuyente. Según Emilio González López, su formación fue la de un espíritu ilustrado que mantuvo una gran sintonía ideológica con Antonio Raimundo Ibáñez, el marqués de Sargadelos. En la guerra, su filiación afrancesada le obligó a un retiro político del que no resurgió hasta 1833. Situado claramente en las filas del liberalismo exaltado, fue nombrado procurador en las elecciones del Estatuto Real de 1834, colocándose en el sector político más progresista y, por lo tanto, en la oposición a Martínez de la Rosa. En la Fisonomía natural y política de los procuradores [...], publicada en 1836 cuando era un diputado muy bien relacionado con Mendizábal, se le define como “valiente, patriota a toda prueba y progresista sin fin”, y realmente cumplió hasta el final de su vida con esta condición, pues falleció en Vivero en 1839 en un enfrentamiento con los carlistas cuando pretendía evitar que entrasen en aquella villa.
Bibl.: F. Lanza Álvarez, Ribadeo antiguo, La Coruña, Ediciós do Castro, 1973, págs. 348-349; E. González López, El reinado de Isabel II en Galicia, La Coruña, Ediciós do Castro, 1984, págs. 61-62; P. Vivero Mogo, Os comezos da administración liberal na provincia de Lugo, tesis de licenciatura Santiago de Compostela, 2000 (inéd.), págs. 160-161 y 288; A. Prado Gómez, La Diputación provincial en la época isabelina, t. I, Lugo, Diputación Provincial, 2005, pág. 121.
Antonio Prado Gómez
