Echavarría Zuloaga, Juan Bautista de. Marqués de Soto Hermoso (I). Lima (Perú), 23.VI.1683 – 16.XI.1726. Oidor Supernumerario de Lima, oidor de Lima, caballero de la Orden de Santiago.
Hijo de Martín de Echavarría Zuloaga y de Elena de Aroche. En un matrimonio previo Elena había estado casada con Esteban de Olais y su hijo era Esteban de Olais. Martín, natural de Oyarzun (Guipúzcoa), emigró a Perú en 1670; caballero de Santiago, fue un exitoso comerciante y sirvió como prior del consulado de Lima en 1703 y 1711. El abuelo materno de Echavarría, Domingo de Aroche Regil, era natural de Irunaranzu (Guipúzcoa), y sirvió como contador de la Inquisición en Lima. La esposa de Aroche, Floriana de España, había nacido en Lima en 1625. Los abuelos paternos de Juan Bautista fueron el capitán Martín de Echavarría y Gracia de Zuloaga, ambos de Oyarzun.
El virrey de Perú caracterizó al padre de Echavarría como adinerado en 1721. Echavarría tuvo dos hermanos llamados Agustín y Francisco Javier: Agustín fue alcalde de Lima en 1732, escribano mayor del cabildo de Lima, corregidor de Tarma en 1736-1737 y segundo marqués de Soto Hermoso, hasta su muerte en 1737. Francisco Xavier fue el tercer marqués de Soto Hermoso; escribano mayor del cabildo de Lima y corregidor de Quispicanchi de 1738 a 1741; murió en 1741 debiendo 67.000 pesos relacionados con su nombramiento y servicio de corregidor. Se casó con Gabriela de Mollinedo y Céspedes, hija de Manuel de Mollinedo y Azaña.
Echavarría recibió la educación acostumbrada en el colegio de San Martín, en Lima, entrando el 20 de febrero de 1697, y culminando con el doctorado por la Universidad de San Marcos. La Audiencia de Lima le recibió como abogado.
Habiendo viajado a España, Echavarría compró un nombramiento como oidor supernumerario de Lima por cuatro mil doblones por título de 3 de julio de 1708, con dispensación por haber nacido localmente y permiso para casarse con una mujer natural. Obtuvo una licencia el 5 de marzo de 1710 para navegar a Lima con tres criados.
Como oidor Echavarría fue nombrado para tomar juicio de residencia del virrey príncipe de Santo Buono que se marchaba. Fue desalojado de su puesto por una orden del 20 de marzo de 1720, posiblemente en conexión con esfuerzos de parar el beneficio de puestos. Echavarría fue restaurado por otra orden el 15 de abril de 1723, ya que la Corona no podía establecer una “causa”. Reclamando un sueldo debido de más de 13.000 pesos, Echavarría ofreció aceptar un título nobiliario como compensación. La Corona accedió y le otorgó el título de marqués de Soto-Hermoso el 23 de julio de 1727. La acción llegó demasiado tarde para que Echavarría pudiera disfrutarla, ya que había fallecido. Echavarría recibió merced de hábito de la Orden de Santiago en 1710.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Lima, 345, 422, 596; Contratación, 5465, n.º 2, ramo 15; 5465, n.º 2, ramo 32; Archivo General de Simancas, Secc. XXIII, Dirección General del Tesoro, invent. 2, leg. 5, doc. 46.
G. Lohmann Villena, Los americanos en las órdenes nobiliarias (1529-1900), t. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Gonzalo Fernández de Oviedo, 1947, págs. 472-473; L. A. Eguiguren, Diccionario histórico, cronológico de la Real y Pontificia Universidad de San Marcos y sus colegios. Crónica é investigación, t. II, Lima, Imprenta Torres Aguirre, 1949, pág. 212; M. Moreyra y Paz-Soldán, El tribunal del Consulado de Lima: cuaderno de juntas (1706-1720), t. I, Lima, Instituto Histórico del Perú, 1956, págs. 266-267, n. 111; G. Lohmann Villena, Los ministros de la Audiencia de Lima en el reinado de los Borbones (1700-1821). Esquema de un estudio sobre un núcleo dirigente, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1974, págs. 40-41; M. A. Burkholder y D. S. Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers in the Americas, 1687-1821, Westport, Connecticut, Greenwood Press, 1982, pág. 106; I. Macías Domínguez, La llamada del Nuevo Mundo: La emigración española a América (1701-1750), Sevilla, Universidad, Secretariado de Publicaciones, 1999, pág. 199.
Mark A. Burkholder
