Mateos Pontón, Francisco. El Tenazas. Mairena del Alcor (Sevilla), 1739 – Sevilla, 25.II.1795. Bandolero.
En los años que siguieron a la ejecución de Diego Corrientes (1781), el bandolerismo se incrementó notablemente en una Andalucía marcada por la más absoluta miseria, la injusticia social y las malas cosechas.
De los primeros años de Francisco Mateos Pontón, no se conoce gran cosa. Hijo de Francisco Mateos, vivía en una casucha de la calle Gandul en Mairena, alternando, al igual que su progenitor, el oficio de jornalero del campo con el de panadero. Se sabe, por expediente fechado en 1764, que era “gastador y jugador de naipes en juegos prohibidos”. Hacia 1775 pasó a formar parte de la banda de Diego Corrientes, al parecer tío suyo. Detenido con él en 1781, no tardó en recuperar la libertad y en organizar una cuadrilla que, según testimonios dignos de crédito, en 1793 llegó a contar con más de cuarenta hombres, que mostraban terrible ferocidad en sus acciones.
Su zona de operaciones se encontraba en la villa de Mairena; su principal foco, en los caminos de entrada y salida de Sevilla y, en general, en toda la comarca de los Alcores. Forajidos audaces, no retrocedían ante el derramamiento de sangre, todo ello ante la sospechosa indiferencia de las autoridades. Así, el alcalde de Mairena, Diego Antonio María de la Vega, recibió un requerimiento del marqués de los Llanos para que le diera cuenta de las acciones de los forajidos: “habiendo extrañado no darme Vms. cuenta de las muertes violentas y robos de consideración, que se ejecuten en ese pueblo y su término [...] Para hacerlo yo al Excmo. Sr. Gobernador del Consejo, les ordeno que de cualquier muerte o robo que se ejecute en su Jurisdicción me remita incontinente testimonio”. Se llegó, incluso, a dictar un auto de la Real Audiencia, en 1786, para prevenir más desmanes: “porque los robos, que recientemente se han ejecutado, lo son en el término de Coria, Dos Hermanas, y en las inmediaciones de Alcalá de Guadaira, Mayrena del Alcor, y el Viso, se encarga particularmente a las Justicias de estos cinco pueblos, que juntos y unidos recorran todos sus términos, defendidos y ayudados por los escopeteros”.
A finales de 1794, quiso el azar que casi toda la partida fuera sorprendida durmiendo en una venta cercana a Sevilla. Ya en la Cárcel Real de esta ciudad, se inició el proceso contra Mateos Pontón y el resto de su cuadrilla. Las declaraciones de los aprehendidos sirvieron para encarcelar a sus cómplices y encausar a los encubridores, clérigos —entre ellos un presbítero de Mairena, apellidado Castellón—, miembros de las fuerzas del orden —como el oficial de milicias Rodríguez Sarraca, vecino de la misma localidad— y autoridades locales —como los alcaldes Luis Pernia o Diego A. María de la Vega—, a los que se prohibió ejercer cargos públicos, “por no haber evitado la vecindad en la Villa de gente viciosa, jugadora, sospechosa de mala conducta y por tener relación con fulleros y ladrones”. Otros cargos municipales —el alguacil mayor, Juan Luis Bermejo, el regidor decano, José Espinosa de los Monteros, y el síndico de la villa, Juan José Pérez— fueron suspendidos de sus empleos y multados con 200 ducados por la Real Audiencia.
Finalmente, las sentencias de ésta fueron de pena de muerte para cinco bandoleros (el Tenazas, José Téllez, alias Ballico, Pedro Guillén Barco, Juan González Rasgado y Lázaro de Mena), ahorcados un martes por la mañana, y descuartizados sus cuerpos, con la excepción de Mena —al que se concedió sepultura eclesiástica por ser de familia noble—. Los reos arrostraron el trance con serenidad y sangre fría. Sus cuartos y cabezas fueron expuestos —a modo de aterradora advertencia— en diversos cruces de caminos. Para otros tres bandoleros, la sentencia fue de diez a quince años de trabajos forzados; para otros diecisiete, el castigo consistió en largos años de prisión y por último, la absolución, con el pago de costas, para doce de ellos.
Se les hizo presenciar las ejecuciones y pasar bajo los cuerpos de los ajusticiados.
Fuentes y bibl.: Ayuntamiento de Mairena del Alcor (Sevilla).
L. Alonso de Tejada, Gente de trabuco, Barcelona, Bruguera, 1976; M. Gavira Mateos, “Francisco Mateos Pontón, ‘el Tenazas’”, en VV. AA., El Bandolerismo en Andalucía: Actas de las VI Jornadas sobre el Bandolerismo en Andalucía, Jauja, Ayuntamiento de Lucena, 2003.
Fernando Gómez del Val