Filibert de Burgundia, Jaime Benedito. Valencia, c. 1497 – s. m. s. xvi. Jurista, regente de la Cancillería y Audiencia del reino valenciano.
Miembro de la pequeña nobleza urbana, fue doctor en Leyes y Cánones. Destacó como abogado de crédito en la capital del reino donde ya ejercía hacia 1520. Aunque actuó como examinador de la Facultad de Derecho en fechas sin determinar de la primera mitad del siglo xvi, su dedicación preferente parece haber sido el libre ejercicio de la abogacía. Esa misma tendencia se corrobora por el esporádico ejercicio de cargos administrativos, concretados en sendos nombramientos como abogado fiscal de la Lugartenencia de Gobernación de Játiva en 1522 y como asesor del Justicia Criminal de Valencia en 1534. Intervino en las Cortes de 1542 como abogado del brazo militar.
La remodelación de la Audiencia valenciana, establecida en las citadas Cortes, fue la ocasión para su introducción en la alta administración regnícola.
El ínterin del Alto Tribunal, producido entre el cierre acordado en las Cortes de 1542 y la refundación mediante Pragmática en 1543, situó a Filibert como asesor del lugarteniente general, Alfonso de Aragón.
La buena opinión del duque de Calabria sobre el jurista tuvo una influencia decisiva en el debate de opciones sobre la regencia de la cancillería valenciana desarrollado en la Corte imperial. Los estamentos valencianos también apoyaron su candidatura en el deseo de romper la tónica de designar regentes extranjeros iniciada por Carlos I tras “las Germanías”. Pedro de La Gasca, visitador real, señaló las dotes de Filibert para el cargo tras comprobar su pericia en asuntos relativos a la Inquisición valenciana y a la bailía general que le había encomendado. Carlos I le nombró regente de la Cancillería el 20 de diciembre de 1544, poniéndolo al frente de la remodelada Audiencia valenciana.
Tras cinco años de ejercicio en este puesto, le cupo el dudoso honor de ser el primer —y único— presidente del Alto Tribunal sentado por un visitador regio en el banquillo de acusados. A resultas del proceso de visita desarrollado por el obispo de Elna, Miguel Puig desde 1549, fue condenado en 1552.
Esa situación no pareció afectar demasiado su crédito profesional: el mismo año de su condena judicial intervino en las Cortes como tachador del brazo militar, desarrolló una amplia actividad como miembro de las Juntas de Estamentos y fue uno de los embajadores nombrados por dicha organización para presentar ante la lugarteniente general de Carlos I en la Corona de Aragón, la princesa doña Juana, las quejas del reino contra el visitador real Diego Hernández de Córdoba en 1554.
Filibert no tuvo descendencia dentro del matrimonio, pero en las Cortes de 1542 fue legitimada su hija natural Dorotea Francisca.
Bibl.: T. Canet Aparisi, La magistratura valenciana (s. xvixvii), Valencia, Publicaciones del Departamento de Historia Moderna, 1990, págs. 158 y 216-218; V. Graullera Sanz, “Los Regentes de la Audiencia valenciana en la época foral”, en Dels Furs a l’Estatut. Primer Congrés d’Administració valenciana: de la Història a la modernitat, Valencia, Consejería de Administración Pública, 1992, pág. 693; J. Marti Ferrando, El poder en el territorio (Valencia, 1536-1550), Valencia, Biblioteca Valenciana, 2000, págs. 95-96; T. Canet Aparisi, “La justicia del Emperador: la refundación carolina de la Audiencia valenciana”, en VV. AA., Carlos V y la quiebra del humanismo político en Europa (1530-1558), vol. II, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, págs. 189-197; T. Canet Aparisi, “Juzgar a los jueces. El sistema de Visitas a la Audiencia en la Valencia de Carlos V”, en B. Anatra y F. Manconi (eds.), Sardegna, Spagna e Stati italiani nell’età di Carlo V, Roma, Carocci Editore, 2001, págs. 313-317.
Teresa Canet Aparisi
