Brecht, Jacques. ?, p. s. XVII – 1664 post. Consejero del Consejo de Flandes.
Llegó a España en 1638 para asumir en propiedad una de las dos secretarías del Consejo Supremo de Flandes y la desempeñó hasta finales de la década de 1650, cuando regresó a Bruselas. El artífice de su promoción y de su traslado a Madrid fue Pierre Roose, miembro del dicho Consejo desde 1631 y todopoderoso presidente del Consejo Privado de Bruselas desde finales de 1632. Roose visitó la Corte de Felipe IV (1630-1632) para elaborar las instrucciones que el cardenal infante don Fernando habría de observar tras sustituir a la infanta Isabel en el gobierno de las provincias leales. Al abandonar Madrid, recibió el encargo de proponer personal adecuado para reforzar el Consejo Supremo de Flandes, cuya dotación se trataba de ampliar desde 1628. El presidente se comprometió a reclutarlo, pero aplazó el asunto durante varios años, temeroso de que el reforzamiento de la institución mermara su protagonismo recién adquirido en el asesoramiento de negocios relativos al ámbito flamenco. A la muerte del secretario Juan Osvaldo de Brito, en agosto de 1637, Roose fue apremiado por Olivares a proponer, por lo menos, un nuevo secretario para el Consejo y, en su respuesta, incluyó el perfil de su candidato: “No es menor esta merced de las muchas y grandes que tan a menudo me vienen de la mano de V. exª el mandarme V. exª proponga yo [...] de la mía un secretario del Consejo Supremo de Flandes [...] y aviendo mirado a todos no ay quien [...] yguale a Diego Brecht, secretario o grefier de las Finanzas [...]. Repútole por recto, secreto y noticioso de las cosas de acá, pues gran parte de las pocas que alcanço pasaron por sus manos descifrando, cifrando, notando y poniendo en claro debaxo de mi dictamen [...]. Hele animado con que podrá servir sin embaraço de compañero, pues el secretario [Antonio] Carnero, me esribe que no se vuelve Gabriel de Roy”. Según parece, la existencia de dos secretarías ligadas al Consejo Supremo de Flandes sedujo poco a Brecht, y Roose trató de solventar el inconveniente asegurándole que el otro secretario, Gabriel de Roy, ya no regresaría a España, con el consiguiente incremento de influencia que eso depararía al único titular residente en la Corte.
Entonces, Jacques Brecht era miembro del collège de secretarios del Consejo Privado (que nutría las secretarías de los tres Consejos colaterales, de Estado, Privado y de Finanzas, de Bruselas) y servía como greffier del Consejo de Finanzas desde 1625 o 1626; sin embargo, llevaba tiempo colaborando estrechamente con Roose, tal vez en asuntos relacionados con la instauración del Almirantazgo de los comercios de los países obedientes de Flandes y provincias septentrionales en territorio flamenco: a finales de 1624, Roose había recibido el encargo de secundar a Gabriel de Roy en las negociaciones relativas a la aceptación del proyecto por parte de los estados provinciales, los gobiernos municipales y las comunidades de mercaderes de las ciudades más importantes y, durante 1628, Antonio Carnero mantuvo correspondencia regular con Brecht en calidad de secretario de la Junta del Almirantazgo de Madrid (se conserva correspondencia en los Archives Générales du Royaume de Belgique, Conseil Privé Espagnol, registro 1562).
El nuevo secretario del Consejo de Flandes no llegó a viajar a España en la armada de Lope de Hoces, como se pretendía. Partió de Bruselas a mediados de abril de 1638, días después de que la escuadra tomara tierra en La Coruña. El viaje lo hizo en compañía de toda su familia y del futuro asentista flamenco de Felipe IV, Louis Roger Clarisse, como el propio Jacques Brecht admitiría al testificar en los interrogatorios efectuados en Madrid con motivo del ingreso de Clarisse en la Orden de Santiago (1640). Entonces declaró conocerlo bien “porque vinieron juntos de Flandes a esta Corte”. En el mes de julio de 1638, Brecht se hallaba en Alcalá de Henares preparando su traslado a la Corte, que demoró hasta agosto por razones de salud, pues los fuertes calores del riguroso verano de 1638 le provocaron fiebres a él y a su mujer, que acabó falleciendo tiempo después. El 15 de agosto tuvo “audiencia muy grata y larga del señor conde duque y después del Rey”, pero su mejoría fue lenta. “El secretario Brecht no acaba de combalezer —le refería Antonio Carnero a Roose en septiembre—, aunque se halla mejor. La que está de cuidado es su muger, porque tiene fuerte mal en caminar de día en España por el rigor de los caniculares.” Según parece, su título fue expedido ese mismo mes de septiembre.
“Oy he estado con el sr. secretario Brecht —mencionaba Carnero en una carta dirigida a Roose el día 30—. Está mejor de sus quartanas [...]. Su patente está firmada. No falta ya sino que jure para que comienze a exercer.” Aun así, Brecht no pudo afrontar sus obligaciones hasta bastante después. A comienzos de febrero de 1639 tuvo una prolongada sesión de trabajo con Olivares y debió de entrar en ejercicio en el transcurso de ese mismo mes o en el siguiente.
En abril, Felipe IV le autorizó a retener el puesto de greffier de Finanzas y a gozar sueldo y emolumentos, designando la persona que habría de servirlo en nombre suyo durante su ausencia de Bruselas, todo “en consideración de sus servicios y de haver venido a continuarlos cerca de mi real persona y padeçido en el viaje y después que llegó las incomodidades y trabajos que son notorios”. No mucho después, a finales de 1642, fue honrado con el título de caballero, que le atribuía la distinción y el tratamiento de messire. Y en enero de 1643, su hijo Pierre Brecht, todavía menor, obtuvo la futura sucesión del oficio de greffier y comenzó a percibir sus gajes por expreso deseo suyo.
Tras la muerte de Gabriel de Roy, en 1647, Felipe IV designó un nuevo titular para la otra secretaría del Consejo de Flandes y el nombramiento del secretario Jean Botin disgustó a Brecht, que manifestó su voluntad de regresar a Flandes, “a servir allá algún puesto, como lo deseo, y más no aviendo aquí en qué ocupar a dos secretarios”, en su correspondencia privada. Seguramente estaba pensando en escalar posiciones dentro del Consejo de Finanzas de Bruselas, aspiración que vio satisfecha en 1652, cuando se le concedió una plaza de consejero. El entonces gobernador de las provincias leales, el archiduque Leopoldo-Guillermo de Austria, llegó a proponer una terna de candidatos para ocupar la secretaría del Consejo de Flandes, “en casso que Brecht resuelva el venir a servir su puesto”, en febrero de 1653. Pero Jacques Brecht no dejó Madrid hasta finales de 1658 o comienzos de 1659, facultado para percibir los gajes, casa de aposento y emolumentos que le correspondían “todo el tiempo que estuviere en Flandes, para donde se encamina, como si actualmente sirviera el dicho oficio de secretario sin que entretanto pueda goçar otro sueldo ninguno, siendo como es mi intención que después buelva a exercerle”. Ha de entenderse, por eso, que su plaza de consejero de Finanzas fue meramente honorífica. De hecho, fue declarada supernumeraria en el marco de una reforma de personal vinculada a los tres Consejos colaterales y ejecutada en 1664.
Fuentes y bibl.: Archives Générales du Royaume de Belgique, Conseil Privé Espagnol, registre 1562, fol. 191r. y (correspondencia) fols. 44r.-v. y 47 r.-v.; reg. 1502, fol. 1r. (Olivares a Roose, Madrid, 18 de diciembre de 1624); reg. 1504, fols. 141r.-v. y 153r.-v. (Antonio Carnero a Roose, Madrid, 15 de febrero de 1638 y 30 de mayo de 1638); reg. 1504, fol. 158r.-v. (Antonio Carnero a Roose, Madrid, 24 de julio de 1638); reg. 1506, fols. 50-51 (Jacques Brecht a Roose, Madrid, 18 de agosto de 1638); reg. 1504, fol. 162r.- v. (Antonio Carnero a Roose, Madrid, 13 de septiembre de 1638); reg. 1504, fol. 163r.-v. (Antonio Carnero a Roose, Madrid, 30 de septiembre de 1638); reg. 1504, fol. 168r.-v. (Antonio Carnero a Roose, Madrid, 1 de febrero de 1639); reg. 1507, fol. 222r.-v. (Jacques Brecht a Roose, Madrid, 6 de enero de 1648); Secrétairerie d’État et de Guerre, reg. 254, fol. 113r.-v. (Leopoldo a Felipe IV, Bruselas, 22 de febrero de 1653); Archivo Histórico Nacional (Madrid), Órdenes Militares, Santiago, exp. 1979; Estado, lib. 263, fols. 66v.-67r. (Felipe IV al Cardenal-Infante, Madrid, 11 de abril de 1639); Archivo General de Simancas, Secretarías Provinciales, leg. 2440, 103 (Consejo de Flandes, Madrid, 21 de octubre de 1642); Secretarías Provinciales, leg. 2241, 3 y 10 (Consejo de Flandes, Madrid, 13 de enero de 1643 y 21 de enero de 1643); Archivo General de Palacio (Madrid), Administrativa, leg. 368 (“Copia auténtica de la orden que Su Majestad remitió al marqués de los Balbases, presidente de Flandes por el secretario Jacques Breq”, s. l., 25 de agosto de 1658).
J. M. Rabasco Valdés, El Real y Supremo Consejo de Flandes y Borgoña (1419-1702), tesis doctoral, vol. I, Granada, Universidad, 1978 (inéd.), págs. 267-280, 434, 436-437; A. Vandenbulcke, Le pouvoir y l’argent sous l’Ancien Regime. La venalite es offices ans les Conseils Collateraux des Pays-Bas espagnols (seconde moitié du xviie siècle), Kortrijk-Heule, 1992, págs. 103, 127, 128, 157, 168-169; A. Esteban Estríngana, “La participation des négociants des Pays-Bas méridionaux dans le système d’asientos de la Monarchie Catholique au xviième siècle”, en L. Fontaine, G. Postel-Vinay, J. L. Rosenthal y P. Servais (eds.), Des personnes aux institutions. Réseaux et culture du crédit du xvie au xxe siècle en Europe, Louvain-la-Neuve, Bruylant-Academia, 1997, pág. 85; A. Esteban Estríngana, Mecanismos institucionales y financieros de la Monarquía Católica. El eje Madrid-Bruselas en el siglo xvii (1591-1643), tesis doctoral, Alcalá de Henares, Universidad, 2001 (inéd.), págs. 319 y 348-354; “Entrar en asientos con naturales de Flandes. Asentistas flamencos en la Corte de Felipe Iv”, en M. B. Villar García y P. Pezzi Cristóbal (eds.), Los extranjeros en la España Moderna. Actas del I Coloquio Internacional, vol. II, Málaga, M. B. Villar, 2003, pág. 204.
Alicia Esteban Estríngana
