Robleda, Martín. Robleda (Salamanca), 1513 – Madrid, 1561. Franciscano (OFM), primer obispo electo de Chile.
Era hijo de Juan Miguel y Vicenta Sánchez, cristianos viejos y oriundos de Robleda. Ingresa de joven en el convento franciscano de la Observancia de Ciudad Rodrigo (Salamanca) y a los veinte años pasa a estudiar en el convento de la provincia de Santiago en Salamanca, donde profesa en 1538 y completa sus estudios de Teología y Cánones en la Universidad de Salamanca. Posee una gran cultura humanística con dominio de las lenguas clásicas; además de conocer el italiano, por lo que es bastante probable que pasara algún tiempo en Italia completando los estudios.
Posiblemente de esa época proceda la amistad que le unía al italiano Vicencio del Monte, sobrino del papa Julio III. Es considerado un gran predicador y docto en Teología. El 13 de noviembre de 1550 la infanta María escribe a los provinciales franciscanos de Castilla para que envíen ochenta y cinco frailes al Perú, según el acuerdo hecho con el general de la Orden.
La expedición de franciscanos fue de treinta y siete y entre ellos se encontraba Fr. Martín de Robleda.
Llegaron al puerto del Nombre de Dios en Panamá el 24 de enero de 1552 y Fr. Martín, con veintiún frailes más, se dirigió al convento de la Ciudad de los Reyes (Lima), donde llegaron siete meses después. En 1551 había dirigido el futuro Felipe II una Real Cédula a la provincia franciscana del Perú, rogándole que enviasen a Chile tres religiosos, en atención a la solicitud hecha por Pedro de Valdivia; en cumplimiento de esta cédula, el provincial envió a Chile a cinco frailes, el 20 de agosto de 1553, dirigidos por Fr. Martín de Robleda, como custodio o comisario general. La actividad desarrollada por Fr. Martín desde que llegó a Santiago de Chile fue desbordante, a los dos días se reunió con el cabildo y consiguió del conquistador Juan Fernández de Alderete la donación de la ermita de Santa Lucía y siete solares para edificar el convento.
Al mes siguiente partió para Concepción y se entrevistó con el gobernador, Pedro de Valdivia, el cual señaló el sitio y lugar para la casa y el convento; aunque por los desastres de Tucapel y Marigüeñu, desastre en el que estuvo a punto de perder la vida Fr. Martín, se abandonó Concepción y no se levantó el convento hasta 1559. En este momento tiene una importante relación con Valdivia, a quien recrimina por su conducta personal y familiar y le reprende severamente por la dureza con que trata a los indios, lo que hizo que dictara algunas leyes de protección indígena. Cuatro meses después ya estaba de nuevo en Santiago recibiendo la donación de la ermita de Nuestra Señora del Socorro y ocho solares, que le hizo el justicia mayor, Rodrigo de Quiroga. Hecho que lo enfrentó al clérigo Rodrigo González Marmolejo, por entender que era propiedad del clero secular.
Por este conflicto tuvo que acudir Fr. Martín a la Real Audiencia de Lima en 1556, la cual dio dos provisiones en su favor y fueron excomulgados el Cabildo y los curas. Fr. Martín de Robleda, como hombre de gran valía, fue nombrado por los cabildos chilenos procurador ante la Corte, para informar al Monarca de la difícil situación en que se encontraba Chile; no acepta por sus muchas obligaciones, pero designa en su lugar a otra persona y escribe una carta de presentación al Emperador el 10 de febrero de 1554. Poco después, los franciscanos del Perú lo designan custodio de los custodios para asistir, en su representación, a la Congregación General de la Orden que tuvo lugar en Aquila (Italia).
A finales de 1556, se traslada a España, ya presentado por el Consejo de Indias como obispo de Santiago, con el fin de reclutar frailes para Chile y para ello escribe una carta, el 21 de enero de 1557, a Felipe II y otra a la Casa de Contratación; por ellas se libran 420 pesos de oro y se expiden en Valladolid tres cédulas de pasaje y matalotaje de los veintitrés frailes que lleva Fr. Martín a Chile. En octubre de 1559 rinde información en Salamanca por medio de procurador de causas y se hace la probanza de cristiano viejo para poder ser confirmado obispo de Santiago por el Papa, que, desde 1556, figura en todos los documentos como obispo electo de Chile. El retraso de la confirmación papal se explica por el enfrentamiento existente entre Carlos V y el papa Paulo IV, que hizo que no se confirmara ningún nombramiento entre 1555 y 1559. El 6 de abril de 1560 se encarga a Martín Ruiz que corra a Roma con el despacho de las bulas del obispo de Chile a favor de Fr. Martín de Robleda; pero llegaron tarde, ya que murió repentinamente en marzo de 1561 en Madrid, cuando gestionaba en la Corte asuntos chilenos.
Bibl.: D. Córdova y Salinas, Crónica franciscana de la provincia del Perú, Lima, 1651 (Washington, 1957, págs. 1023, 1026, 1095, 1106); A Góngora y Marmolejo, Historia de Chile desde su descubrimiento hasta el año 1575, Santiago de Chile, 1867, cap. 10 (selecc., pról.. y notas de N. Osorio, Santiago de Chile, Ed. Universitaria, 1960); C. Errázuriz, Orígenes de la Iglesia chilena, Santiago de Chile, Imp. de El Correo, 1873; T. Thayer Ojeda, Reseña histórico-biográfica de los eclesiásticos en el descubrimiento y conquista de Chile, Santiago, Imp. Universitaria, 1921, págs. 122 y ss.; L. Roa y Ursúa, El reino de Chile. Estudio histórico, genealógico y biográfico, Valladolid, Talleres Tipográficos Cuesta, 1945, págs. 256 y ss.; E. Schäfer, El Consejo real y Supremo de las Indias, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947, págs. 565-605; J. Castro Seoane, “Aviamiento y catálogo de las misiones que en el s. XVI pasaron de España a Indias y Filipinas, según los Libros de Contratación”, en II Missionalia Hispanica (Madrid) (1958), págs. 434-438; F. Mateos, La Iglesia americana y Carlos V, en II Missionalia Hispanica, t. XV, n.º 45 (1958); E. García Lozano, Los franciscanos castellanos y leoneses y el origen de la iglesia chilena, en Los castellanos y leoneses en la empresa de las Indias, t. II, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1993, págs. 65-82.
Emilio García Lozano
