Inojedo y Jaraba, Francisco. Cuenca, p. t. s. XVII – Pamplona (Navarra), 1670. Alcalde de la Real Corte Mayor de Navarra y consejero del Consejo Real de Navarra en plaza de castellano.
Miembro de una prestigiosa familia, su primer cargo en la Administración navarra fue como alcalde de la Corte Mayor. Su nombramiento se firmó 12 de junio de 1642, para ocupar la vacante dejada por la muerte de Álvaro Flores. Permaneció cinco años en este tribunal. En enero de 1648, la Diputación informaba al virrey de que Inojedo llevaba muchos días en Madrid y pedía que se le ordenase volver a Pamplona lo antes posible. A su regreso se ocupó de la leva de tropas navarras para la guerra de Cataluña.
Cuando fue ascendido a oidor del Consejo Real de Navarra, dejó su alcaldía a Diego de Benegas, nombrado para el cargo el 24 de julio de 1647.
Su designación como consejero data del 4 de julio de 1647, en sustitución de Antonio de Piñahermosa, que había sido ascendido a oidor de la Chancillería de Granada.
Durante sus años de oidor se ocupó de los más diversos temas. En 1653, el regente en cargos del virrey Juan de Arce y Otalora le designó juez del contrabando. En julio de 1662, Francisco de Inojedo y el fiscal Diego Martínez de Álamos recibían los 8.000 ducados que los habitantes de Viana debían a la Real Hacienda, para emplearlos en la construcción de cuatro galeones, y lo entregaban a Pedro Aguero. En abril de 1663 se comisionó al oidor, junto con Fermín de Eguiarreta, oidor de Comptos, y Miguel de Balanza, en cuyo poder estaba una de las llaves del Arca de Tres Llaves del reino, para asistir a una operación de cambio de moneda, ya que se había prohibido el uso de reales sencillos. En marzo de 1665 fue nombrado superintendente de la fabricación de 2.000 ducados de moneda de vellón (1.500 maravedís y 500 cornados), en sustitución de Miguel López de Dicastillo, que se encontraba ejerciendo como corregidor en Bilbao. En septiembre de 1668, mediante un auto acordado del Consejo, se le comisionó para recibir de los secretarios del Consejo y escribanos de Corte una relación de las sentencias pronunciadas desde 1645 con la que poder establecer las cantidades proporcionales que debían corresponder al pago de las obras del archivo de pleitos. Se estipuló entonces que se debían destinar a las obras un real por cada sentencia, y medio por cada declaración en los tres tribunales reales de Navarra. En noviembre de 1668 fue recusado en un pleito sobre las tabernas reales por ser consultor del virrey y considerarse que esa circunstancia le inhabilitaba para juzgar el caso.
Tras casi veintidós años como consejero, debido a su salud, no pudo cumplir con sus funciones desde junio de 1668 y se jubiló del cargo. En su lugar fue nombrado Bernardo de Medina Obregón el 18 de febrero de 1669. En 1670 se decidió que los pleitos que él había visto, pero que estaban sin sentenciar, los volviese a juzgar otro oidor del Consejo. No obstante, entre 1669 y 1670 aún se le siguió considerando miembro del Supremo Tribunal navarro a efectos del reparto de las propinas dadas a los jueces y de las cantidades entregadas para luminarias para celebrar la mejoría experimentada por Carlos II en junio de 1667.
En 1666 pidió una merced de acostamiento por sus servicios, que se le denegó por no ser natural navarro, pero que se concedió a su hijo Tomás. Al morir Francisco Inojedo, su viuda Antonia María de Echávarri Sangüesa también solicitó una merced de acostamiento como viuda de oidor.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Navarra, Mercedes Reales, lib. 26, fol. 220r.; lib. 27, fols. 150r. y 160r.; lib. 29, fols. 265r. y 273v.; Actas de Diputación, lib. 3, fol. 4r.; lib. 4, fol. 263v.; Cámara de Comptos, leg. 1, carpeta 8; secc. Tribunales Reales, Archivo Secreto, tít. 2, fajo 1, n.º 17; tít. 3, fajo 1, n.os 32-33 y 38; tít. 7, fajo 1, n.º 61; tít. 10, fajo 1, n.os 30 y 33; secc. Tribunales Reales, subsecc. 3.ª, Libros de Gobierno y Administración, Consultas al Rey, lib. 4, fols. 44v. y 224v.; Autos Acordados, lib. 41, fols. 275r. y 280r.
M.ª D. Martínez Arce, Aproximación a la Justicia en Navarra durante la Edad Moderna. Jueces del Consejo Real en el siglo XVII, Pamplona, Fecit, 2005, págs. 30, 66, 122, 126, 132, 149-151, 161, 172, 184, 196, 202, 204, 246 y 251.
María Dolores Martínez Arce